Política Inconfesable: Sinvergüenzas…


Rodrigo Villar

En un paréntesis sobre estas líneas, deseo insistir en reconocer la determinación, el arrojo y la disposición a resolver los grandes problemas históricos de Oaxaca, de parte del gobernador Alejandro Murat Hinojosa.

Es signo de este espacio exponer la descomposición política y económica que imperó en nuestro estado, no obstante el arranque del gobernante es halagüeño y esperanzador.

Así como él le impone un nuevo sello a sus tareas de gobernanza, creo que el resto de los sectores sociales estamos obligados a contribuir desde nuestras respectivas trincheras, a crecer como sociedad resolviendo la pobreza y el escaso desarrollo local.

Es necesario reconocer, y por eso ocupo este espacio para ponderar el esfuerzo de Murat Hinojosa.

Ahora bien, por donde volteamos encontramos hechos que resultan intolerables para la conciencia social.

 

REBASANDO LOS LÍMITES

Transas aquí, transas allá, por doquier. Lamentablemente, como he señalado, desde hace años la decadencia nos alcanzó, incluso, nos sobrepasó.

Resulta que los políticos nos restriegan sus trapacerías, vicios, cinismo y actitudes burlonas frente a la nariz !y no pasa nada!

Esos es lo más inexplicable y paradójico en medio de la cultura de la sobre-información, provista por los medios de comunicación electrónica, como los periódicos de prestigio, los periódicos digitales, las redes sociales y de ahí para abajo.

Estamos tan (des) informados que no hacemos caso a lo relevante, a los sucesos que nos afectan los bolsillos, la libertad y la dignidad.

Ahí se encuentra nuestro talón de Aquiles, nuestra batalla perdida (no la guerra, aclaro). Es la incapacidad de sorprender e indignarse por las trapacerías de los funcionarios y políticos que impunemente se burlan de la sociedad silenciosa, el gran sector que no protesta ni demuestra su hartazgo.

inconfesable-alejandro

DIPUTADOS FEDERALES, EL COMENTADO BONO

Un ejemplo de lo que aquí comentamos: en la Ciudad de México, en concreto en la Cámara de Diputados se organizó un atraco en despoblado a las heridas arcas del gobierno, es decir al presupuesto federal -el que usted y yo pagamos a través de los impuestos-.

Resulta que otra vez, los diputados federales se atendieron de una forma grotesca y brutal con el pago de un bono de 150 mil pesos. Ellos le llamaron subvención extraordinaria -para justificar sus raterías- para festejar el fin de año.

Así de cínicos se repartieron solo entre los 500 representantes populares -mal llamados así-, la friolera de 75 millones de pesos, tan sólo en ese bono navideño.

Pero la vorágine no paro ahí, gustosos vieron como engrosaron sus cuentas bancarias este mes de diciembre. Cada uno de ellos se embolsaron 503 mil pesos , (si, no se equivoca usted, poco más de medio millón de pesos), en sueldo, aguinaldo, ayuda para transporte, trabajo legislativo en los distritos electorales, y más conceptos que resultan inconcebibles.

No es la primera vez que los diputados se sirven con la cuchara grande, siempre desde que tenemos razón ese poder de la unión se atiende de la forma más humillante para nosotros que no hacemos nada.

La pregunta que debemos atender es, hasta cuándo vamos a permitir estás burlas al interés general.

Hasta cuando el pueblo soportará que su dinero pase a engordar las cuentas bancarias de funcionarios corruptos.

Estos personajes se han aficionado a burlarse y a mandar el dinero robado a cuentas bancarias en el extranjero, con un aderezo que se llama prestanombres.

Ya no es posible observar dos Méxicos, el de mayoría pobres y depauperizada, y el de los privilegios donde una minoría cada vez concentra más las ganancias, y los presupuestos que pertenecen a todos.

Eso es una asombrosa contradicción, que por infortunio sólo vemos en México.