Política Inconfesable: Por la salud de la República


El presidente Andrés Manuel López Obrador

Rodrigo Villar

La República es el espacio de todos. En ella nos asentamos, nos identifica y por supuesto produce orgullo y sentimiento de pertenencia. El término, su conceptualización y uso no pertenece a nadie en lo particular, ni es prerrogativa de nadie usufructuarla para beneficio personal o político.

El uso y abuso en que incurren los políticos para, demagógicamente, agregar a su verborrea palabras y conceptos de identidad nacional, en el fondo contiene una dosis de fanfarronería que les viene bien, cuando de la construcción de una narrativa patriótica y revolucionaria se trata.

Desde hace unos 20 años atrás, Andrés Manuel López Obrador hizo suyo el uso de palabras y conceptos políticos relacionados con el liberalismo mexicano del siglo XIX. Y las razones para elevar ese discurso al rupturismo con el sistema sostenido por el PRI y su reproductor panista, son distintas y justificadas.

Andrés Manuel López Obrador durante su campaña

Como postura de oposición le funcionó a López Obrador, quien persistió a los ataques del engranaje político-comunicativo que lo llevó en muchas ocasiones, casi, a tocar la lona. No hay que olvidar que el tabasqueño, siempre tuvo la páginas abiertas en La Jornada, el periódico de la Ciudad de México, y la revista Proceso, también de la capital. A pesar de la campaña que trató de aniquilarlo  con ese respaldo, se sostuvo blandiendo el discurso de ruptura en el que dejó traslucir un mensaje nacionalista.
Entonces, en esa etapa trajo al proceso a Benito Juárez a la palestra. Nos habló de la gesta del indio oaxaqueño, que en compañía de un grupo de liberales abrió la puerta a la transformación nacional, en franca ruptura con una traumática etapa histórica como fue la Independencia, así como la guerra de 36 años, que dio al traste con la asimilación nacional de los valores de la ilustración.

Devino en la discursiva política de AMLO el uso de palabras y conceptos patrióticos. Fundamentalmente la utilización de la palabra República, a la que introdujo otra para convertirse, ésta, como un adjetivo: austeridad republicana.

Benito Juárez García

A todos nosotros, quienes tenemos edad madura o mayor, nos hace clic la palabra republicana. De niños nos educaron reconociendo la importancia de la República, del valor histórico que posee, y de las raíces nacionalistas de las que se desprende.

De esa forma, cuando escuchamos una pieza discursiva en materia política, sea electoral de quien sea, la evocación de conceptos y palabras clave de nuestra educación cívica, nos mueve a demandar que su uso no obedezca al interés de ningún personaje, partido político, organización.

Recordar su valor literal, su concepto y la relación que tienen esas palabras con lo que hemos construido como país es sustantivo. Los políticos tienen derecho a decir lo que quieran y manden, la población tiene más derecho a creerles o no -porque de por sí, su credibilidad y confianza va en picada-, pero lo que debe prevalecer desde esta trincheras, es que a nadie pertenecen, ni identifican a nada, lo único que representan es que en ellas vamos retratados todos.

Por tal, más respeto por favor.