Rodrigo Villar
Cómo hemos comentado en este espacio, la Cámara de Diputados federal tiene un gran peso en la vida política y económica del país. Ahí se decide el monto del gasto del gobierno cada año, y se determinan los programas que serán respaldados por el gobierno del presidente en turno. También los partidos políticos ahí representados votan las leyes, que rigen el destino del país, en este caso con los consecuentes costos en la vida pública, y su afectación a la, cada vez mayor población de pobres.
Además en ese poder del Congreso Federal, se juegan muchos equilibrios entre las fuerzas políticas, hay repartos inconfesables de poder, y muchas negociaciones que van más allá de nuestra percepción y conocimiento. Y para añadir un dato relevante, cada año, los mismos diputados se aprueban un gasto creciente, que para el 2020 asciende a los 7 mil 86 millones de pesos.
Esa cantidad estratosférica de dinero se usa para que los 500 diputados que nos “representan” se desempeñen en condiciones propicias para garantizarle a los ciudadanos una forma de vida más digna, eso claro, en un escenario ideal. Pero como en la realidad lo ideal sólo existe en las películas, centrémonos en lo que sucede en el día a día de esa cámara del Congreso mexicano.
Resulta que con la incorporación de Héctor Serrano y Mauricio Toledo Gutiérrez -ex perredistas, que después se declararon diputados «independientes»- a las filas del Partido del Trabajo, éste sumó 47 integrantes que lo ubicaron como la tercera fuerza en San Lázaro.
Con júbilo, el viernes se observó en imágenes y fotografías a Alberto Anaya, Reginaldo Sandoval y Gerardo Fernández Noroña entregar personalmente la constancia de nuevo agremiado a Toledo Gutiérrez.
Al momento en que se publicitaron esas imágenes, también en redes circuló un video donde aparece Toledo en la tribuna de la Cámara de Diputados brindando un profundo discurso en recuerdo de los estudiantes caídos en el movimiento de 1968, y después Gerardo Fernández Noroña le reprocha desde su curul su torpe intervención ante el pleno. Así son los diputados que se mueven en un fruto podrido: el Congreso mexicano.
También, el viernes el chapulineo -práctica entre legisladores que saltan sin medida de un partido a otro-, generó preocupación en la bancada de Morena porque durante horas se quedó con 250 integrantes, lo que significaría perder el control de la estratégica Junta de Coordinación Política (Jucopo).
Abrirle la puerta a Serrano y a Toledo Gutiérrez significó una tormenta de críticas al PT. Entre ellas el presidente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar reprochó en particular y con dureza la llegada del ex delegado de Coyoacán:
“Compañeros del PT nacional, es tanta la desesperación por tener la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que han incorporado a sus filas al porro Mauricio el tomate Toledo, uno de los peores enemigos de la 4T”, en referencia a los actos vandálicos que éste organizo contra Claudia Sheimbaum, en el proceso electoral del 2018.
La modificación de las composiciones numéricas en los grupos de diputados en San Lázaro, conformaron una crisis política de consecuencias graves para ese órgano del Congreso, porque el PRI reclama el cumplimiento del “acuerdo fundacional” que desde 2018 le garantizaba la presidencia en cameral en el tercer año de la actual legislatura. Y a esto se sobrepone, el afán petista por tomar las riendas de esa posición de relevancia, sólo por debajo de la Jucopo. De esto seremos testigos este lunes.
Así, junto a las dos notables incorporaciones de los que fueran diputados independientes, también el PT cuenta desde ayer con José Ángel Pérez, quien formaba parte de Encuentro Social, y Manuel López Castillo, que estaba adscrito a Morena.
El viernes a la media noche concluye el plazo para la inscripción del número de diputados por bancada.
El movimiento de López Castillo, estaba calculado y se esperaba que dos integrantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), de los llamados kiwis (verdes por dentro y morenos por fuera, como se les conoce en el argot de San Lázaro), anunciarían su nuevo cambio de piel política, en el transcurso de la noche del viernes. El escenario menos probable es que Morena deje la Jucopo al PAN, por tanto, era inminente el salto de los verdes a ese partido.
Cómo en las anteriores legislaturas, cuando el PRI y el PAN dominaban y controlaban el órgano legislativo, el fenómeno conocido como chapulineo se reeditó con objeto de engrosar las filas del PT, y conseguirle a Fernández Noroña la presidencia cameral.
De manera formal el grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT) en la Cámara de Diputados informó que cuenta con 47 integrantes, uno más que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y qué, en ese sentido, le corresponde presidir la Cámara de Diputados en el último año de la legislatura.
En su reunión plenaria, el coordinador de la bancada, Reginaldo Sandoval, dio la bienvenida al ex secretario de Gobierno en Ciudad de México en el gobierno de Miguel Ángel Mancera, Héctor Serrano, y al cuestionadísimo ex delegado en Coyoacán, Mauricio Toledo, quien desde la Asamblea Legislativa del capital boicoteo la campaña de Claudia Sheinbaum al gobierno de la Ciudad de México.
En entrevistas radiofónicas, el coordinador del PRI, René Juárez Cisneros, afirmó que insistirá en que se cumpla el acuerdo fundacional de la 64 Legislatura y que Dulce María Sauri Riancho presida la cámara.
Y respecto de la candidatura que presentará el PT a través de Gerardo Fernández Noroña, el príista acotó que no sólo se requiere ser la tercera fuerza para presidir la cámara, sino que además quien aspire a ese cargo debe cumplir requisitos como trayectoria, un comportamiento que acredite tolerancia, respeto y garantice la unidad de la cámara. Esas características, dijo, sí las reúne Sauri Riancho, una dinosauria.