Política Inconfesable : Extravagancia y Poder… Santiago Nieto


Santiago Nieto y Karla Humphrey

Rodrigo Villar

El presidente Andrés Manuel López Obrador

Hace una semana, Santiago Nieto continuaba desempeñándose, desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como el influyente titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Él era el brazo operador de los expedientes que el gobierno federal ha elaborado en materia de delitos bancarios y financieros, cometidos tanto por mafiosos, como por delincuentes de cuello blanco (entre los que se encuentran enlistados personajes abiertamente enemigos del gobierno del tabasqueño).

El señor Nieto tenía las mejores consideraciones del Presidente de la República, pero le ganó el ego y al considerarse intocable, a pesar de que, entre sus amistades y conocidos, conserve a declarados adversarios de éste.

Nadie en su sano juicio, más perteneciendo a un gobierno que se declara honesto, invita a los cancerberos del poder económico que, día con día, emprenden ataques, muchas veces sin fundamento y sustento, contra el jefe que le externa todo tipo de alabanzas y confianza.

Enrique Peña Nieto

Operó en su fuero interno lo siguiente: los enemigos de mi patrón, son mis amigos. En una palabra, fue la estupidez inherente al humano.

No hubo pulcritud, inteligencia y lealtad en su trato con el presidente López Obrador, a quien le endilgó un golpe artero.

De aquella boda, en los medios de comunicación que la hacen de enemigos de Presidente, por la simple y sencilla razón, de que el gobierno lopezobradorista no les llena los bolsillos con publicidad y favores inconfesables, se escribió de todo.

Y tenían de que hacerlo porque la pareja Santiago Nieto-Karla Humphrey les dio un caldo de cultivo suficientes y necesario para generar un escándalo.

La maquinaria de desprestigio operó durante días. Había razones para reprochar la fantasiosa idea de hacer una celebración de tal magnitud en Guatemala, de forma discreta.

La presencia de los Ángeles Azules, los opíparos platillos, los invitados, el boato podrían justificarse en un enlace de familias ricas -que las hay muchas-, y con esos o más excesos organizan sus fiestas.

Sin embargo, en el caso de Santiago Nieto y la señora Humphrey resulta inaceptable.

Primero, de Santiago Nieto se dice, “es un buen abogado”, hasta ahora no hemos conocido textos relevantes de él, o de la fama pública que se gana en las aulas universitarias, o de casos judiciales que hubiese ganado. Sin duda para muchos es un buen abogado. Pero como él, le aseguro estimado lector hay muchos en el país.

Hotel Casa Sto. Domingo en Guatemala, lugar de la boda

De él conocemos su paso por la vida política y pública, en medio de dos tormentas mediáticas. La primera cuando fue despedido de su puesto la Fepade en octubre de 2017.

En aquel tiempo él participó en un seminario en la UNAM, donde señaló actos de corrupción a Emilio Lozoya Austin (preso en la ciudad de México) por haber orquestado una trama corrupta en torno a la constructora brasileña Odebrech.

Dichos señalamientos enfurecieron al entorno de Enrique Peña Nieto, quien exigió su salida de la Fepade. Santiago Nieto objeto esa decisión y durante una semana se convirtió en el foco de atención de la opinión pública. La suerte estaba echada desde la Presidencia y Nieto no tuvo más que salir del gobierno.

De entonces, ratificó que Emilio Lozoya y funcionarios del gobierno peñista estaban involucrados en corrupción. Eso le granjeó la atención de Andrés Manuel López Obrador, quien lo sumó a su grupo de hombres cercanos.

Cabía muy bien en el proyecto para elaborar los expedientes que se utilizarían en caso de ganar la elección de 2018. Y así fue.

Así se ganó con el tiempo la confianza de López Obrador, quien de por si es difícil a la hora de otorgar confianza a sus allegados. Y un elemento que se incrustó en ese vínculo de miel sobre hojuelas, fue Karla Humphrey. Ella, cercana a Felipe Calderón Hinojosa cuando éste fue Presidente de la República, estaba casada con Roberto Gil Zuarth, otro abogado que fungió como secretario particular del presidente Calderón, y después recompensado con una senaduría por parte de su partido el PAN.

La señora Humphrey, al abrigo del poder y de Roberto Gil, terminó por divorciarse de éste, y con el tiempo la vimos ya del otro lado de la orilla, en la esfera cercana de López Obrador,  prohijada por su nueva pareja amorosa estelar: Santiago Nieto.

Emilio Lozoya

Este no reparó en apoyarla e impulsarla con la fuerza de su cercanía presidencial para que Morena la presentará -no de forma oficial, pero si debajo de la mesa como se hacen esas cosas en México-, como la postura de esa fuerza política para integrarse al Consejo General del INE, y así fue. Con la bendición del Presidente López Obrador se incorporó al órgano electoral.

De esta manera, las rutilantes estrellas de Santiago Nieto y Karla Humphrey brillaron en la cercanía del presidente, hasta que el pésimo gusto de organizar una boda absurda y la inconciencia de lo que vendría sobre ellos, los hizo auto derrotarse.

Y qué bueno que fue así, porque de continuar gozando del respaldo de López Obrador, el cinismo y la hipocresía se hubieran inscrito como condiciones para formar parte de la auto denominada Cuarta Transformación, que por sobre todo se dice honesta.

El tiempo nos dará la respuesta.