Política Inconfesable: Dilemas


Andrés Manuel López Obrador, a la cabeza
  • Más dudas que certezas al momento de definir el voto.
  • Políticos y empresarios viven la angustia del futuro incierto.

Rodrigo Villar

Quienes acudiremos a votar el próximo 1 de julio enfrentamos una serie de dilemas promovidos desde las entrañas de un sistema económico-político que se niega a renovarse, y por decir lo menos a morir. La vorágine del capitalismo rapaz, del sistema económico que abriga a decenas de riquísimos propietarios, que tienen por objeto defender sus intereses, pasa por encima de aquel que ose enfrentarlo o mínimamente cuestionarlo.

Este fundamento podría ser cuestionado por banal o fuera de la realidad. Pero vamos a razonarlo. Hoy como en ninguna otra elección presidencial el dinosaurio (el sistema económico) se encontró que el empobrecimiento de millones de mexicanos, que alcanza la dramática cifra de 57 millones según la Secretaría de Desarrollo Social, es el factor que mitigar, para que no impere el enojo y la rabia, porque es evidente la cínica riqueza y de frente la amarga realidad de no sabes qué van a comer los hijos porque no hay de donde jalar la cobija.

La entrega de despensas ya no funcionar·

Resulta que la entraña del poder económico ahora si está al borde del ataque de nervios, porque sus lacayos desde la política, fallaron en detener el crecimiento arrollador de Andrés Manuel López Obrador.

Y esto hay que matizarlo, porque no son las brillantes ideas o extraordinarias propuestas del tabasqueño, para sacar del hoyo a la República, las que han enraizado en las preferencias de la mayoría de las personas. No es que López Obrador sea el personaje en la política, que más conozca el país a fuerza de recorrerlo por más de 20 años, ni tampoco que sea el candidato que habla el lenguaje del pueblo.

No cabe la menor duda que ese trabajo, ese esfuerzo por llevar un mensaje y una propuesta distinta de país, le ha redituado al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, el respaldo de millones de mujeres y hombres de todas las edades.

No obstante lo verdaderamente relevante en esta vuelta de tuerca en la historia reciente del país, es el hartazgo, el coraje, el encono, la decepción, que se abriga entre cada uno de los miles y miles  de desarrapados que se encuentran regados en el país. A ellos se les agregan más millones de integrantes de la clase  media, que se ha perdido como estrato social de referencia en el proceso de integración social en el país.

Hartazgo social

Lo que imperará el día primero de julio será el voto de castigo, de castigo a tanta trapacería de políticos y empresarios, el voto contra la impunidad de esos dos sectores, que se protegen sin mediar el interés general. Lo que a ellos importa es el interés de grupo, de camarilla, de mafia.

Es precisamente a eso lo que mueve a angustia entre los empresarios, sobre todo a los más beneficiados por el sistema, los que ha aprovechado las ventajas de tener gobiernos en turno a modo, gobiernos que les hagan el trabajo sucio, y cuyos políticos les sirvan como lacayos, como lo que son éstos, unos serviles sirvientes del poder, los cancerberos de las grandes fortalezas de la corrupción.

Ellos tan poderosos, que siempre han considerado al pueblo como objeto y no sujeto de su propia historia y destino, ahora se ven perdidos del control. Los viejos procedimientos de cooptación se han desdibujado. La monstruosa entrega de despensas o compra de votos, ya no los consideran como opciones para granjearse el apoyo de las personas, el único día que requieren de él, el día de las elecciones cada seis años cuando se trata de la elección presidencial.

Qué les resultará ahora, se prevén varios escenarios: uno de ellos es apostarle al fraude abierto con la compra de la elección, uno más que se obligue a los partidos afines a sumarse a una causa en común, es decir que algunos de los tres candidatos mejor posicionados decline a favor de un segundo, con objeto de ganarle al puntero, que al día de hoy, y por muchísimo, es Andrés Manuel López Obrador.

Impunidad…entre las causas

Este segundo escenario es improbable, pues lo que no se ha observado es que los votantes priístas no se pasarán al lado del PAN sólo porque sus dirigentes se los pide, y tampoco viceversa del lado panista al priísta. Entre los dirigentes no tendrán problema porque forman parte del mismo grupo en el poder económico, pero los votantes son otra cosa.

Fácil no lo van a tener. A ver, es muy fácil  de desentrañar a estas alturas de la elección, ahora que ya han transcurrido 20 de un total de 90:  los ciudadanos, considerados como menores de edad ya decidieron por quien van a votar, y salvo les laven el cerebro cambiarán de opinión.

Y mientras se insista en impulsar la campaña de miedo y de denostación contra López Obrador, pues no se dan cuenta que lo harán crecer como la espuma.

El dilema de los ricos y de los políticos es que sus métodos dejaron de servirles en el momento más dramático, es decir esto es un drama para ellos.