Política Inconfesable : Boa, Boa…


El presidente Andrés Manuel López Obrador muestra el documento BOA

Rodrigo Villar

 

Pobreza en México

Las maniobras de los opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador carecen de talante y llegan a ser ridículas, con un aderezo de desesperación. Son golpistas porque pretenden a la usanza de los gorilatos (regímenes militares) latinoamericanos, transar con militares, poderosos empresarios y políticos traidores.

Ellos no se explicarían sin una “buena” acción que desempeñe el trabajo sucio de tirar la piedra y esconder la mano. Y sobre todo ponen en riesgo los frágiles equilibrios de un sistema democrático tan cuestionado como éste.

Andrés Molina Enriquez

Guste o no a un sector privilegiado del país la administración del actual presidente, su presencia en esa esfera del poder se debe a la decisión de la mayoría del electorado que voto en el año 2018.

Se determinó un cambio porque la estructura del sistema político mexicano, al que pertenecen el mismo partido del presidente López Obrador y él mismo, es anquilosada y su mayor contribución a la historia reciente del país, es precisamente la prevalencia de millones de pobres. El 62 por ciento de la población es pobre, y esa incidencia va en franco y peligroso crecimiento.

Los hechos alcanzaron a sus mismos generadores, y eso, es ley natural, termina carcomiendo las mismas entrañas de su progenitor. Así como los sistemas se autogeneran, también se autodestruyen.

Así, el lunes pasado nos amanecimos con un manifiesto de un ente que se llama Bloque Opositor Amplio (BOA), que es un catálogo de buenas intenciones para organizar una oposición política que retomé lo que considera propiedad suya: el poder político en manos de un desquiciado como Andrés Manuel López Obrador -como acusan todos los días, sus detractores-, a quién habría que echar a patadas del poder presidencial.

Héctor Aguilar Camin

Qué tanto cabe averiguar el origen de un documento tan pobre en su concepción, creo que sería ocioso.

Resulta más provocador revisarlo como una muestra desideologizada del caduco sector que se benefició de los grandes presupuestos de los gobiernos en turno -contados aquellos que iniciaron con la época dorada del desarrollo estabilizador en tiempos de Adolfo López Mateos-, de la entrega indiscriminada del control de la tierra a un sector de propietarios ligados a la política y a las grandes empresas trasnacionales que producen alimentos genéticamente modificados, los que hurtaron las grandes cuencas hidrológicas que alimentan de agua al país, los que entregaron la banca y el sistema financiero, permitiendo que éste, ya privatizado, se endeudará y después con el dinero del erario se pagarán con todo e intereses esos compromisos.

Es una historia de sucesos graves y desafortunados para la mayoría de los mexicanos que para enunciarla nos llevaría la vida.

Adolfo López Mateos

No obstante, el BOA reivindica la muerte de la ideología, de la libertad de disentir de los demás con una propuesta que enfrente los grandes problemas nacionales, como hace más de ciento diez años lo reivindicó con su obra señera, Andrés Molina Enríquez.

Pero lo que no sabe del todo esa oposición rapaz y avorazada es que un documento como el BOA, haya sido pobremente construido en las propias entrañas del gobierno -los adversarios del presidente acusan a su vocero, de haberlo elaborado-, o por ellos mismos es que Andrés Manuel López Obrador les está jugando el dedo en la boca.

Es que no se dan cuenta, que mientras más le intenten pegar al presidente de la República con posicionamientos baratos, con encuestas amañadas -como las que ciertas empresas les preparan mes con mes-, con encuentros virtuales de graznantes guacamayas como en las que participan personajes siniestros como Héctor Aguilar Camín, o un sin fin de intentos desestabilizadores, el presidente López Obrador, les utiliza para reivindicarse ante  el electorado que por millones marcó la diferencia de lo que ya no se quiere en este país.