Política Inconfesable: Adiós, Ivonne…


Adiós Ivonne

Rodrigo Villar

Ivonne Ortega Pacheco, es sin duda una mujer muy inteligente, supo sacar provecho de sus facultades de mando, de toma de decisión, de la ubicación -estar en el sitio preciso, en el momento indicado-, y de eso obtuvo enormes beneficios, esos mismos que se ganan cuando se ocupan puestos políticos de relevancia.

Así de haberse convertido en alcaldesa de Mérida, arrancándole al panismo ese que fue uno de sus bastiones históricos, catapultándose así a la gubernatura de Yucatán, precedida de políticas de apoyo a las mujeres en la capital del estado. Sin duda su paso por esas dos posiciones de responsabilidad le granjearon el respaldo de los habitantes de aquella grandiosa entidad.

Pero hasta ahí llego ese maridaje entre Ivonne y ciertos priístas. Y eso se explica porque el poder envilece hasta al más pintado si no tiene una sólida preparación ética y vocación moral en todos su actos.

No le bastó haberse enriquecido a costa de su ejercicio en la política. La compra de enormes posesiones de tierra, ubicadas en las zonas más turísticas de Yucatán, a precio de risa, como aquella en la que el metro cuadrado le costó diez centavos de peso. Historia documentada y muy conocida entre los yucatecos.

Excesos que se manifestaron en la compra y operación de un famoso restaurante yucateco con sucursales en varias ciudades del país, sociedades en empresas de servicios, y por encima de todo, una gran ambición por acumular riqueza. Y la paradoja: poder y dinero en medio de una sociedad empobrecida hasta los dientes, producto ominoso de las pésimas actuaciones de sus políticos y dirigentes sociales.

Ivonne Ortega Pacheco, fue prohijada por la política partidista del PRI. A sabiendas de sus defectos y voracidad por la riqueza, ella mantuvo sus afanes por sobresalir en la política nacional, la todopoderosa política en la que las relaciones te pueden conducir a escenarios de control irrefrenables.

Los aires de la capital del país le hicieron añorar más presencia en la política, no sólo yucateca sino nacional. Con acciones y estrategias de negociación interpartidista se supo vender bien. Consiguió convertirse en secretaria general del Revolucionario Institucional, senadora, diputada federal, diputada local.

Restaurante propiedad de Ivonne Ortega

Es decir el poder le dio todo. Pero quiso más y más.

Su condición de mujer, en un momento histórico en el que todos estamos luchando por empoderar a las mujeres, le benefició poderosamente, pues se halló en las filas de un partido al que le ha costado abrirse a la participación femenina. Finalmente hay que reconocer que ella tomó el ejemplo de mujeres priístas de notable historia en las filas de esa organización partidista, María de los Ángeles Moreno, Beatriz Paredes, por nombrar a algunas de ellas.

La señora Ortega se supo pronunciar a favor de los derechos de las mujeres y se granjeó un respaldo a medias, y es que entre las féminas del partidazo, se deben mostrar cartas de absoluta transparencia y sensibilidad política, atributos a los que se acompañan la coherencia y la consecuencia.

En Ivonne Ortega no fueron del todo descubiertos esos tintes de honestidad política e intelectual, dejó siempre un dejo de mezquino interés político, traducido en el afán de convertirse en un factor de equilibrio.

Beatriz Paredes Rangel

EMPIEZAN TROPIEZOS

Y así lo hizo en el pasado proceso electoral del año 2018. Intentó contender por la candidatura del PRI, al verse perdida frente a la cargada a favor de José Antonio Meade intentó negociar con éste la entrega de posiciones de gobierno, en el Congreso Federal, y por supuesto que fue bateada y sus exigencias no tuvieron eco alguno.

Ahora en el proceso interno por la dirigencia priísta, desde antes que éste iniciara, intentó asumir un papel que no le quedaba: denunciante del fraude que se avecinaba. Para ella, antes de iniciar, el proceso interno ya estaba podrido.

Es decir, su participación sirvió para detonar una campaña mediática que terminara por acabar con su debilitado partido. Si no lo hizo, si echo más leña a la hoguera, y a los priístas que se mantendrán le hizo un flaco favor en términos de desgaste, pero por otro lado le agradecen porque su adiós significará la ruptura de una nefasta herencia: en la que el candidato perdedor en el proceso interno, colocaba piezas que entorpecían las decisiones del presidente en turno.

Ojalá…