Política confesable : Fabrican carpinteros ropero nuevo para Flavio Sosa


Flavio Sosa Villavicencio
  • Ya no caben sus cachuchas en el mueble
  • Con Fox, con Los Chuchos, con AMLO…

Tomás Ezequiel Toledo

Flavio Sosa y Vicente Fox

Los habitantes de San Bartolo Coyotepec están preocupados en días recientes, porque no hay un solo carpintero que esté disponible. Todos están ocupados en el diseño, la toma de medidas, la selección de las maderas -finas, of course- para la confección de un ropero nuevo, más grande y con focos alrededor del espejo, así como de camerino, para Flavio Sosa Villavicencio.

Es que, dicen, en su casa ya no le caben las distintas cachuchas y playeras que ha utilizado a lo largo de su carrera como “luchador social” desde que, según ha relatado él mismo de su pasado, abandonó la carrera de ingeniero agrónomo en Chapingo.

Hoy está en Morena, pero hace 21 años dejó el Partido de la Revolución Democrática para sumarse a la campaña de Vicente Fox, ¡cómo olvidar aquella conferencia de prensa donde le levanta la mano al candidato de la derecha!, luego militó en el PUP o Partido Unidad Popular, regresó al PRD, fue candidato y diputado local por el Partido del Trabajo.

Como hábil trapecista, cuando ya tenía a la vista otra cuerda, soltó la del partido de la hoz y el martillo, y saltó a la de Morena, partido por el que ahora es candidato a diputado. El fondo es no vivir en el error y vivir  dentro del presupuesto.

Ahora que, hay que reconocerle su tenacidad por hacerse de un cargo público -obvio, con cargo a nómina- y vale la pena recordar cómo se paseaba por la colonia Roma, en la Ciudad de México, para tratar de conseguir una cita con el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador en 2018.

Era, según cuentan, asiduo de una cafetería que podría denominarse como fifí: Le Pain Quotidien, especializado en pan, café, ensaladas y sándwiches.

Ahí se pasaba buenas horas en el verano de aquel año, viendo pasar la vida y la lluvia desde detrás de los muros acristalados de ese comedero en la esquina de Álvaro Obregón y Monterrey.

Cuando no logró hueso -perdón, acomodo-, meses después ya en 2020, trató de ser designado secretario general de la dirigencia nacional de Morena. Disque para combatir la oligarquía que se había apoderado del partido en el gobierno.

Por esos días le dio una entrevista a la revista de Negocios Forbes, que le preguntó:

— ¿Si no logras ganar la dirigencia de Morena serás en 2021 candidato a diputado, presidente municipal o gobernador de Oaxaca?

Flavio Sosa Villavicencio respondió:

—No estoy pensando en eso, porque la gubernatura en Oaxaca se va a definir en dos años y veo a compañeros y compañeras muy bien posicionados para ser gobernadores. Cualquiera de ellos o ellas me gustaría que fueran gobernador y yo fui diputado en el Congreso de Oaxaca del 2010 al 2013. No está entre mis objetivos ser diputado, sino quiero que la gente recupere Morena y sea un partido de los militantes.

Ahí nomás.

Total, que es tan corta su memoria, que a un portal de noticias de Oaxaca le dijo que sí quería ser candidato a gobernador en las siguientes elecciones en el estado.

Y qué tal que para las elecciones del 6 de junio sí es candidato a diputado, por Morena, pero no viene solo, varios integrantes de su familia están aprovechando la ola morenista, así que en una de esas los apellidos se repetirán en varias listas de pago en los próximos meses. Combatir a la oligarquía hasta hacerse rico, ¿o cómo era la frase?

Si en 2000 le levantó la mano a Fox, en 2010 la dirigencia nacional del PAN en el estado no lo vio con malos ojos poco antes de que la coalición PRD, PT Convergencia decidiera las candidaturas de diputados al Congreso del estado.

Ahora el chaleco de Morena

Era febrero de 2010 y la cúpula panista le dio su respaldo, finalmente fue diputado plurinominal por el Partido del Trabajo. Nada más hay que imaginarse un candidato de izquierda con el beneplácito de la derecha. ¡Zaz!

Tan se había ido al extremo, que alcanzó a abrazar a la derecha, y respaldar a Vicente Fox.

En otra entrevista le preguntaron por qué se fue con Vicente Fox un “luchador social” supuestamente formado en la izquierda.

La respuesta fue de colección:

“Por nada, lo dejamos a cambio de nada, sólo por derrotar al PRI”.

En la política nadie hace nada por nada. Siempre hay un interés mutuo y las compras del mercado no se pagan “por nada”.

Pero hay más de su respuesta en esa ocasión: que con 35 años entonces “sentía un compromiso generacional: quería contribuir a acabar con un régimen que tenía ya 70 años en el poder, el mismo régimen que hoy gobierna al país, el “renovado” PRI. Mi compromiso como miembro de esta generación era acabar con un régimen, no quería desaprovechar la oportunidad histórica de ser parte de ese proceso”.

Así que fue uno más de los amigos de Fox por amor al arte.

Total, que según los que saben, los carpinteros de San Bartolo se dedican por estos días para que el ropero tenga amplios espacios no sólo para las cachuchas y las playeras, sino también que le permitan guardar disfraces para toda ocasión.

Ya se viene el Día del niño y en una de esas ocupa un disfraz de El Hombre Araña. Ya se viene el Día de las Madres y tal vez ocupe un disfraz de cancionero. Ya entrados en gastos tendrá que irse adelantando y comprar un disfraz para brujas. O, por qué no, hasta trajes de payaso, por si algún día se necesita.