Política confesable: Deuda económica que hereda Gabino 13 mil millones de pesos, el monto actual


¿Y el dinero? En las bolsas de Cué, El Coco, Estefan…

Tomás Ezequiel Toledo

 La semana pasada, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público envió al Congreso de la Unión, específicamente a la Comisión Permanente –que sesiona en los recesos de las dos cámaras- el informe trimestral del Registro de créditos de estados y municipios, con registro al primer trimestre de 2016.

La información es acompañada del saldo histórico, en el que se detalla la evolución de la deuda pública de los 31 estados de la república y la Ciudad de México, ejercicio que se realiza desde 1993.

De esa manera es posible revisar con lupa cómo los gobernadores abusaron de la fórmula del crédito, esencialmente con bancos privados, para no pasar apreturas en el gasto, pero no en el público, sino en su gasto.

En la lista, uno de los ejemplos más claros de cómo los gobernadores han contratado deuda para heredárselas a los ciudadanos es el de Gabino Cué Monteagudo, que dejará a los oaxaqueños obligaciones superiores a 13 mil millones de pesos, comprometiendo así el futuro de la siguiente generación.

Ya lo había hecho el sátrapa de Ulises Ruíz, que multiplicó por mil la contratación de créditos con los bancos, en una vorágine de robo que lo ha convertido en uno de los oaxaqueños más ricos de la historia, y de pasadita a la cofradía que lo siguió en el saqueo. A saber: Miguel Ángel Ortega Habib, ex secretario de Finanzas; El Chucky, Jorge Franco Vargas, ex secretario general de Gobierno; (Cangu) Rito Salinas, ex presidiario; Raúl Castellanos, ex vocero ulisista; Emilio Mendoza Kaplan, ex director del IEEPO y Beatriz Rodríguez Casasnovas, ex secretaria de Turismo…

¿Con qué monto recibió el bandido Ruiz Ortiz la deuda pública de Oaxaca? Con sólo 491.7 millones de pesos. Y cerró en 2010 con 4 mil 615.4 millones.

Para mayor claridad, estas son las cifras de la deuda, año por año, de su desastrosa administración, caracterizada además por la represión, el asesinato y desaparición de disidentes:

2006: mil 506.2 millones de pesos.

2007: 4 mil 245.3 millones de pesos.

2008: 4 mil 544.6 millones de pesos.

2009: 4 mil 483.8 millones de pesos.

2010: 4 mil 615.4 millones de pesos.

Esto es, desde su primer año triplicó la deuda, y luego la volvió a triplicar al año siguiente. Si bien en los cuatro siguientes años parece que las obligaciones con los bancos no crecen de manera sustancial, no es así.

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Ulises Ruiz, destinó cada año miles de millones de pesos transferidos por la federación -como parte del pacto federal que obliga al gobierno central a respaldar económicamente a los de los estados-, a pagar únicamente los intereses. La obligación principal aún se arrastra, porque como Gabino, los créditos fueron contratados a plazos de entre 15 y 20 años.

Si bien Ulises Ruiz se despachó con la cuchara grande, el mayor robo del siglo lo ha cometido Gabino Cué.

De entrada incrementó en casi mil millones de pesos la deuda que le dejó su antecesor, y ésta subió a 5 mil 360.3 millones de pesos en 2011, la duplicó dos años después y cerrará su desgobierno a más del triple de lo que la recibió.

Esta es la evolución de la deuda que firmó Gabino Cué con los bancos a nombre de los oaxaqueños:

2011: 5 mil 360.3 millones.

2012: 5 mil 660.4 millones.

2013: 10 mil 154.7 millones.

2014: 10 mil 685 millones.

2015: 13 mil 175.5 millones.

Al primer trimestre del año, la deuda reportada por Hacienda en el caso de Oaxaca es de 12 mil 756.8 millones de pesos, después de que se realizó un pago para la amortización de intereses.

No obstante, como ya se dijo, la obligación principal prevalece y deberá pagarse durante las próximas dos décadas.

¿Pero de dónde paga Gabino Cué los intereses de la deuda que nos deja?

Principalmente de las transferencias federales, que se supone tienen un destino específico, el de obras de infraestructura, que por su denominación contribuyen al desarrollo de los estados y, esencialmente, a la generación de empleos.

No se ha hecho ninguna obra relevante en el sexenio que, por fin, está por terminar. El proclamado cambio con el que Cué ganó la elección de hace seis años –al que contribuyó el coctel conformado por el desprestigio, terror y desprecio de los oaxaqueños contra Ulises- se redujo a una despreciable mentira.

Gabino, como ya se ha documentado, se irá con las alforjas llenas de ese dinero que nunca llegó a los oaxaqueños. También se irá multimillonario El Caco Castillo, el operador de la campaña de José Antonio Estefan Garfias, también beneficiado de ese robo con el dinero que es utilizado en su campaña a la gubernatura.

Ahí están los miles de millones que están desaparecidos, que han sido cuestionados por la Auditoría Superior de la Federación, en cada informe anual sobre la revisión del gasto de Cué. Ningún año ha estado exento de observaciones y de            solicitudes para que Cué devuelva el dinero mal versado o desviado para otros propósitos.

Hasta 2014, es decir los primeros cuatro años de su administración, la ASF se ha referido que hacen falta 10 mil millones de pesos. La estrategia de Cué y sus incondicionales ha sido responder a la auditoría que, por cada irregularidad, se ha abierto un expediente de sanción.

Pero nada ha ocurrido. Ni Cué, ni El Caco Castillo ni ninguno de los funcionarios del estado que ha tenido que ver con el manejo del dinero está en la cárcel, ni destituido. Sólo han engañado a la Auditoría que, no es por demás decirlo, también se deja engañar.

De otra manera, el palacio de gobierno estaría vacío y las prisiones del estado llenas de quienes estos seis años nos han robado descaradamente no sólo el dinero sino el futuro.

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