El fraude con los medicamentos
La conexión Oaxaca-Guanajuato
Aquel asalto en Zipolite
Tomás Ezequiel Toledo
Del escándalo por la presunta administración de agua, en lugar del suministro de medicamentos para quimioterapias en Veracruz, ha surgido el hilo de una madeja que involucra a distintos gobiernos estatales, y que ha tenido otros casos de horror en Guanajuato. También en Oaxaca.
El eje que conecta a Guanajuato con Oaxaca es nada menos que la empresa Intercontinental de Medicamentos, un emporio presuntamente propiedad de Juan José Álvarez Candiani, quien ha obtenido millonarios contratos con gobiernos estatales para la venta de medicamentos “genéricos”.
Como se sabe, Álvarez Candiani es primo de Gerardo Gutiérrez Candiani, quien fue presidente del Consejo Coordinador Empresarial, así como de la Confederación Patronal de la República Mexicana, y que usó sus conexiones en el gobierno para detener a un grupo de presuntos delincuentes que, el 14 de enero de 2013, secuestraron a sus hijos en el ejido Guadalupe Victoria.
La detención de 12 presuntos plagiarías fue anunciada por el gobierno un domingo, el 19 de mayo de ese mismo año, en la Secretaría de Gobernación, donde no se hizo referencia a que el padre de los niños rescatados es primo de quien se hizo dirigente de la cúpula empresarial aunque sólo tenía una tiendita de pinturas en Oaxaca.
En esa ocasión, los funcionarios leyeron la lista de detenidos y presentaron sus fotografías, y señalaron que entre éstos había maestros de la sección 22 de la CNTE.
Según la información presentada entonces, la detención estuvo a cargo de «un nuevo grupo de elementos altamente capacitados en acciones policiacas, y se desarrolló en cuatro domicilios de Oaxaca y uno en la ciudad de México, sin haberse hecho un solo disparo».
Uno de los detenidos era, en ese momento, asesor del grupo parlamentario del PRD, y fue enviado al Penal de Puente Grande, Jalisco, donde -según consta en las quejas que se presentaron ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos- fue torturado por los policías ministeriales que lo detuvieron en Oaxaca.
Se trata de David Vargas Araujo, quien había sido enviado por el PRD para presentar un programa de vivienda a los profesores, con quienes se reunió en un restaurante cercano a la terminal de la ADO, y al salir del encuentro fue privado de su libertad. Es el típico caso de quien está en el lugar y en el momento equivocados.
A pesar de los esfuerzos del PRD, que medió con el gobierno federal, el asesor de ese partido continúa en ese penal de máxima seguridad, sometido a tortura física y sicológica.
Ese es una parte del contexto de cómo se mueven los Candiani y da una idea de su influyentismo y poder.
Ahora bien, la semana pasada se supo en Guanajuato que enfermos de diabetes atendidos en el Seguro Popular les proporcionan insulina china.
Sí, china. El medicamento es de mala calidad y ya la Secretaría de Salud de Guanajuato había comprobado que el medicamento no controlaba a los pacientes diabéticos.
El gobierno de Miguel Márquez Márquez ha venido otorgando de manera directa, desde 2013, contratos a Álvarez Candiani, a través de Intercontinental de Medicamentos, pero también a la razón social Farmacias Fénix.
A través de Intercontinental, se le entregó un contrato de 4 mil millones de pesos para el suministro de medicinas, entre éstas la insulina china blonglixan, por 4 mil millones de pesos.
En el caso de Oaxaca, los contratos los obtuvo de manera directa con el gobierno de Gabino Cué y he ahí el acierto de la administración de Alejandro Murat Hinojosa, del convenio recién firmado con el Instituto Mexicano del Seguro Social, para la compra consolidada de medicamentos, una medida que le permitirá un ahorro anual de 400 millones de pesos al estado.
La red de Álvarez Candiani, como se ha dicho, se extiende por distintos estados, donde ha contado con la complicidad de los gobernadores y sus secretarios de finanzas.
Esa es una arista que debe investigarse, para documentar la ya muy larga lista de rubros en los que Gabino Cué y sus secuaces metieron mano al cajón, en detrimento de la economía y, en este caso, de la salud de los oaxaqueños.
Ahí está otro motivo para integrar un expediente y presentar la denuncia penal.
NUDISTAS ENCUERADOS
Del 3 al 5 de febrero se realizó en Zipolite el Cuarto festival de nudismo.
Como era de esperarse, el evento -que se anunció con talleres de yoga nudista, temas al, exposiciones y conciertos, todo al aire libre- registró una alta concurrencia.
Resulta que los nudistas se llevaron el susto de su vida: fueron asaltados la noche del 4 de febrero, en pleno festejo, y a esas horas tuvieron que buscar otro hospedaje.
La noticia se difundió rápidamente en Facebook. Ya desde hace varios años, tanto los habitantes de Zipolite como los habitués habían denunciado una ola creciente de inseguridad.
La autoridad no hizo nada y, ahora, a los nudistas los asaltantes literalmente los dejaron en cueros.
