Política confesable


Gabino Cué, no hay quién cierre la puerta

La trampa del préstamo requerido a Hacienda

Cándido Coheto gasta 650 pesos diarios en transporte

Tomás Ezequiel Toledo

Las investigaciones que durante cuatro años ha realizado la Auditoría Superior de la Federación, ASF, a la forma en que ha ejercido el gasto Gabino Cué Monteagudo revela cómo en la administración que fenece ha desviado más de 10 mil millones de pesos, y cuando por fin termine este sexenio, ese monto se habrá disparado.

Actualmente, la revisión que la Auditoría realiza a las transferencias federales a los estados se realiza con dos años de retraso; así, será hasta febrero de 2017 cuando se conozca cómo Cué utilizó esos fondos en 2016, y en 2018 se tendrán informes de lo que hizo con el dinero en su último año de mandato, que no de gobierno.

De esa manera es de concluir que ese monto será mucho más elevado, y que todavía será posible determinar las responsabilidades en que hayan incurrido él y la pandilla que se aprovechó del gobierno.

El tema da de sí, pero aún más a partir de que Gabino Cué aplicará sanciones a cualquier funcionario que no presente cuentas claras en el proceso de entrega-recepción del gobierno, que está por iniciar con el gobernador electo Alejandro Murat Hinojosa.

Hay, en esa declaración, al menos tres contradicciones evidentes:

El primero en ser sancionado tendría que ser Gabino, porque la orden para ocultar información que lo relacione con el desfalco al estado es el propio Cué.

En segundo lugar, es en estos días donde los contadores y asesores políticos se han dedicado a maquillar las cifras para que la suciedad quede más o menos oculta.

Y si no castigó a ninguno de sus colaboradores y socios en el robo al patrimonio estatal, no lo hará cuando está a punto de irse. Además, es un papel que no le corresponde. En todo caso la revisión le corresponderá al nuevo gobierno, al igual que las sanciones.

Según Gabino Cué, la prueba de que su administración es transparente es la política de sanciones en el Sistema del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pero en todo caso se ha tratado de charalitos. Los peces gordos no caen en ninguna red, comenzando por el jefe de la pandilla, el propio Gabino.

Ahora bien, Gabino desvaría. ¿Y en qué se nota? Bueno, en el hecho de que está «muy preocupado» en los recortes a salud, seguridad social e infraestructura para el año 2017. Caray, él ya se habrá ido del gobierno.

Según Gabino esos recortes a infraestructura tendrán su principal impacto en las obras importantes del estado, como las autopistas al Istmo y a la Costa.

Es tal la falta de oportunidad de esa declaración y, sobre todo, de descaro, que la hace para dejar la responsabilidad de la falta de obras al gobierno de Alejandro Murat, cuando Cué Monteagudo es el principal culpable de que las dos súper carreteras no se hayan terminado.

Si su antecesor, Ulises Ruiz quitaba las placas de las obras hechas en el sexenio anterior, para poner otras con su nombre para justificar el presupuesto que también se robó, Gabino ni siquiera hizo eso. No hay una sola obra que se haya hecho en el sexenio que está por terminar. Y ahí el robo es mayor.

Así, la carretera a la Costa quedará supuestamente con un 56 por ciento de avance y la del Istmo 56 por ciento, y también dejará pendiente el Centro de Convenciones, uno de los principales negocios privados con fondos públicos de Gabino y su pandilla.

Es tal el tamaño de la deuda que engrosó Gabino que ha solicitado a la Secretaría de Hacienda un «apoyo extraordinario» de 2 mil 500 millones para supuestamente no heredar deudas al gobierno de Alejandro Murat Hinojosa.

No obstante, ese tipo de anticipos que los gobernadores solicitan a Hacienda van con cargo a las transferencias federales. Esto es, el dinero que se entrega de manera anticipada, finalmente se descontará de los recursos que la federación entregue al gobierno del estado.

Lo que quiere Gabino es dejar una trampa al gobierno del PRI. Con el «préstamo» lo que quiere es cubrir el desfalco que anticipa el reconocimiento de la necesidad de esos 2 mil 500 millones de pesos, que finalmente tendrá que pagar la próxima administración.

No sólo se trata de un pillo, sino de un sinvergüenza que ya nos endeudó a los oaxaqueños y nos quiere endeudar aún más.

candido-coheto-martinez

CÁNDIDO COHETO  Y SU HÍBRIDO

En estas páginas, la semana pasada se publicó una fotografía que pinta el talante de Cándido Coheto, el cacique de la Sierra Norte, donde todavía se recuerda el episodio del borrachito que gritaba palabras soeces y que, puesto en prisión, se «suicidó» en la celda.

El caso es que Coheto ahora se desplaza en la Ciudad de México en un auto híbrido, regalo de la Cámara de Diputados a Coheto porque es presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas.

Según la información publicada por distintos periódicos de la capital del país, cada uno de esos autos cuesta de contado 339 mil pesos, pero la Cámara de Diputados optó por la figura de arrendamiento, en lugar de la adquisición, de los vehículos, lo que encarece cada auto hasta llevarlo a un costo de 450 mil pesos al final de la actual legislatura.

Esto es, a un costo de 225 mil pesos por año. Lo que resulta en una renta de 18 mil 750 pesos al mes. Así que cada día que Cándido Coheto utilice ese auto para poder circular todos diariamente por la Ciudad de México costará 650 pesos.

Y pensar que la mayoría de los ciudadanos se mueven con 20 o 30 pesos diarios en el transporte público. Peor aún, que la mayoría de los indígenas que Coheto dice representar no tienen ese dinero ni para comer.

confesable-gabino