Política confesable


Gabino Cué contra los trabajadores

Su legado, que la burocracia pague sus pensiones

Recursos suficientes para el retiro

Tomás Ezequiel Toledo

Cada año, como parte del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas, conocido como FAFEF, los gobiernos de los estados reciben transferencias millonarias para ayudarlas a sanear sus finanzas.

En el caso de Oaxaca, el promedio anual es de mil millones de pesos, y según la más reciente Cuenta Pública, la de 2014, las transferencias para ese fin fueron de mil 200 millones de pesos.

¿Qué hizo Gabino Cué Monteagudo con ese dinero?

De ese total 400 millones los utilizó para el pago de la deuda que ha contraído con bancos y que será una de las herencias para los oaxaqueños. De ese monto, conforme la explicación  que ofrece la Auditoría Superior de la Federación, sólo 34 por ciento fue para el pago del capital, y el resto se destinó a intereses.

Del total de los compromisos con los bancos, esos 400 millones sólo sirvieron para amortizar la deuda en 3 por ciento. Eso habla de cómo Gabino Cué ha comprometido el futuro de millones de ciudadanos de Oaxaca, y la forma en cómo las millonarias transferencias que ha hecho la federación se han ido literalmente a la basura, porque no han servicio para reducir la pobreza y, en cambio sí, a alimentar las cuentas de un puñado de personas.

 

PENSIONES, UN PROBLEMA REAL

Otros 400 millones de pesos se destinaron a ayudar al saneamiento del pago de pensiones de la burocracia estatal.

Aún así, en días recientes, Cué Monteagudo envió a la 62 Legislatura del Congreso del estado una iniciativa de reforma a la Ley de Pensiones para los Trabajadores del Gobierno del Estado de Oaxaca, que pretende suprimir la parte sustancial del segundo párrafo del artículo 7, donde se obliga al gobierno de la entidad a cubrir del presupuesto el pago de las obligaciones con los jubilados, si los recursos destinados en el presupuesto no son suficientes para pagar las pensiones y otras prestaciones previstas en esa legislación.

Ante ese escenario, los trabajadores de base enviaron a Cué un escrito donde señalan que esa iniciativa tiene la siguiente finalidad: «quitarse la responsabilidad que ahora tiene de sanear las finanzas del fondo de pensiones cubriendo, con cargo al gobierno del estado, cualquier situación deficitaria que pudiera presentarse».

confesable  protesta de jubilados del gobierno estatal

APORTACIONES DE ZEDILLO Y CALDERÓN AL PROBLEMA

Si bien el pago de las pensiones representa un problema para todo el país, que se irá agravando conforme pasen los años, Cué repite la fórmula que ya aplicó primero el gobierno de Ernesto Zedillo en 1997 con los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social, y Felipe Calderón con quienes cotizan en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Esto es, suprimir el esquema solidario, derivar la carga de las pensiones en los propios trabajadores, aun cuando este mecanismo ya probó su fracaso y ahora pretende hacerse más agresivo a través de las recomendaciones que ha hecho la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Lo dicen así los trabajadores en su escrito:

«Se pretende arrojar la carga deficitaria a los trabajadores en activo, así como a los pensionados y jubilados, es decir, que mediante incrementos al porcentaje de descuentos de los salarios para constituir el fondo de pensiones, se pretende con dicha reforma que los trabajadores en activo sean responsables de la carga financiera para cubrir las pensiones y otras prestaciones previstas en la ley… Con lo cual desde luego el gobierno del estado pretende evadir su responsabilidad legal de sanear a su Costa las finanzas del fondo».

La reforma, sin embargo, no se queda ahí.

Va más allá al pretender que las pensiones asignadas a los trabajadores de confianza no sean superiores al que se otorga como máximo a un trabajador de base, y además se disminuye el mondo de las pensiones que puedan recibir los jubilados al acotar los conceptos a considerar en el retiro.

En el cálculo de los trabajadores, «esto causaría una seria afectación económica a las pensiones, pues disminuirían sus ingresos considerablemente, y estarían siendo arrojados a la indigencia, lo que nos parece indigno del gobierno del estado y para sus trabajadores que son el pilar del buen funcionamiento de la administración pública».

 

¿QUÈ PIDEN LOS TRABAJADORES?

La exigencia central es que Gabino retire la iniciativa.

Como ya se dijo, el pago de las pensiones representa una presión financiera no sólo para el gobierno federal, también para las universidades, gobiernos de los estados y los congresos, incluido el de la Unión. No para el Poder Judicial, donde los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Unión tienen un «guardadito» que asciende a 4 mil millones de pesos para cuando sus eminencias y sus colaboradores tengan a bien retirarse.

Las pensiones de los trabajadores contrastan, además, con las que se otorgan quienes han sido directores de bancos como Banobras -Felipe Calderón goza de esa prestación por haber sido director de la institución-, Nacional Financiera o el propio Banco de México.

De Nafin se jubilaron, con jugosas pensiones, personajes como Óscar Espinoza Villarreal y José Ángel Gurría, actual secretario de la OCDE que pretende instaurar un modelo de jubilación que acrecentará la carga en los trabajadores.

Gabino Cué no necesita jubilación. Con los miles de millones que han desaparecido del gasto oaxaqueño es evidente que él ya se garantizó su retiro. Por lo demás, el saneamiento de las pensiones del estado no le cuestan al gobierno del estado.

Para están las transferencias federales.