Política confesable


Estefan Garfias, el candidato oficialísimo

El dedazo de Diódoro a través de Gabino

Con Eviel, la pandilla ataca de nuevo

Tomás Ezequiel Toledo

Estaba muy cantado, pero aún así Diódoro Carrasco, a través de Gabino Cué, descendió el índice que apunta a José Antonio Estefan Garfias, que duró apenas tres meses con la máscara de diputado federal del PRD, para ser el candidato oficial, oficialísimo, del juniorcique a competir en una eventual coalición PAN-PRD por la gubernatura del estado el próximo año.

La semana pasada finalmente Estefan Garfias solicitó licencia al cargo de diputado federal que, muy apenitas, ganó por el distrito 5 de Santo Domingo Tehuantepec, etapa en la que no presentó una sola iniciativa.

Al final, su interés no estaba más que en tenerlo algunos meses en el faro legislativo, en un afán de buscarle algunos puntos extras en preferencias que, evidentemente, no tiene.

Tránsfuga del PRI al PRD apenas tres meses antes de las elecciones, Estefan Garfias se dedicó a cobrar sus 140 mil pesos mensuales en la Cámara de Diputados y, por supuesto, el aguinaldo correspondiente antes de solicitar licencia.

En toda su trayectoria desde que allá en 1978 inició como “asesor” de la Subdirección General de Programas Estatales y Rurales de la desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto, hasta su más reciente cargo en la administración de Gabino Cué, Estefan Garfias ha vivido del presupuesto público.

Se trata de un personaje que bien se ha atenido a la máxima de la clase política mexicana: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

Así pues, con el juniorcique Carrasco Altamirano, Estefan Garfias fue primero secretario de finanzas –es decir, donde está el dinero- y luego como secretario de Gobierno, desde donde soñó literalmente con ser gobernador, pero entonces tampoco le alcanzó.

CONFESABLE DIODORO

El sátrapa de Ulises Ruiz Ortiz lo rescató de la Renata (Reserva Nacional de Talentos) y lo hizo secretario de administración, esto es una dependencia donde también manejó recursos.

Gabino Cué le volvió a dar cobijo, aun cuando se trata de un funcionario menor, de pocas luces, pero eso sí muy sedoso a lo que le mandan sus jefes.

Así pues, lo importante es cobrar: Cué lo designó secretario de vialidad, un cargo para el que por supuesto no tenía ningún antecedente, ni el de manejar su propio automóvil, porque claro él tiene chofer.

Y qué decir de su paso por la Cámara de Diputados.

Lo mismo fue presidente de la comisión de pesca en la 57 Legislatura, que integrante de la de presupuesto y de marina en la 63.

Por fin se le hará ser candidato a gobernador, pero llegará a una contienda que tiene perdida. Enfrentará, como lo hizo Eviel Pérez Magaña hace casi seis años, el desprestigio del gobernante en turno y por ende se encamina hacia el desfiladero.

Porque Gabino ganó la elección de 2010 en un contexto de abierto repudio a Ulises Ruiz y con la esperanza de una sociedad que estaba ávida de un cambio. Que nunca llegó.

La corrupción campea en la administración de Cué, como es harto conocido, y la frivolidad dominó en todas las actividades públicas y privadas del discípulo de Carrasco Altamirano.

Es en ese escenario cuesta arriba que personajes como Pérez Magaña quieren colarse. Éste es un político quemado, que quiso subir su popularidad como presidente de la comisión de asuntos indígenas del Senado de la República, pero que tampoco tiene un gran peso político dentro de esa cámara.

También solicitó licencia, pero su desprestigio es no sólo del que le heredó su jefe Ulises Ruiz, sino el que él mismo se forjó con los escándalos de corrupción por la asignación de contratos a él y su hermano, como secretario de obras públicas del sexenio anterior.

Es muy previsible que la coalición PAN-PRD no retenga la gubernatura el próximo año, pero tampoco podría esperarse nada halagüeño si Pérez Magaña fuese el candidato del PRI. Pues implicaría el retorno de la pandilla que llevó al desastre y al terror a Oaxaca entre 2004 y 2010, y que ya tiene puestas las garras para intentar volver a robarse el presupuesto.

CONFESABLE   GABINO CUYE