Pintores, de fuego uno, barroco el otro, enormes los dos


Gerardo Murrillo, Dr. Atl y Diego de Velázquez, enormes cada uno en su estilo  

Controvertida personalidad del Dr. Atl y su incursión en la Revolución Mexicana.

Las obras de Diego de Velázquez son admiradas en los diversos museos del mundo.

Periodista  Mario Andrés Campa Landeros presentó su libro “Grandes maestros del periodismo”

Reportajes Metropolitanos

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Todos, o casi todos, sabemos del peliculesco Dr. Atl, pintor de volcanes. Muchos también conocemos su obra.

Por ello queremos con esta radiografía retransmitir, como aporte cultural la biografía de este ilustre enamorado, como todo mexicano, de la belleza natural que plasmó a lo largo de su existencia.

En 1910, al inicio de la Revolución mexicana, la pintura en México había llegado a su punto más bajo.

Porfirio Díaz había estado en el poder por más de 30 años y, en la voz de  Mackinley Helm (citado por Burton, 2000), “Nadie en el mundo, ni siquiera en la Inglaterra victoriana, había nutrido tan cuidadosamente el mal gusto en el arte y en la decoración, como lo había hecho México durante la dictadura de Porfirio Díaz”.

Uno de los individuos que contribuyeron a hacer un cambio radical en el arte mexicano fue Gerardo Murillo, más conocido como el Dr. Atl, quien es recordado como un ser bajito, delgado al extremo y, muy pronto, calvo. Y falto de una pierna.

Gerardo Murillo, nació en Guadalajara en 1875, donde estudió hasta llegar a la preparatoria y, después, en la Ciudad de México, en la Academia de Bellas Artes. En 1896 el Presidente Díaz le donó mil dólares para ir a estudiar a Europa.

En México se estimulaba la copia de los grandes maestros. Murillo en el Salón de París ganó una medalla por un autorretrato con la influencia por los movimientos impresionistas y postimpresionistas de la época. 
Es posible que Gerardo Murillo haya cambiado su nombre al de Dr. Atl  (Doctor, por su doctorado en Filosofía.

“Atl”, en náhuatl significa agua), lo que confirma   su personalidad  contradictoria y compleja. 

Se cambia el nombre a “agua”, cuando lo que le apasionaba era el fuego y los volcanes, no sólo en busca de una identidad genuinamente mexicana. Acaso es una muestra de su personalidad, impetuosa como fuego, y que habría deseado tener la apacibilidad del claro líquido.

Regresó a Jalisco en 1903 lleno de sentimientos antiacadémicos, convencido de que el arte mexicano necesitaba  una revolución.

Llevó a cabo exposiciones en Guadalajara y Tlaquepaque, donde obtuvo tanto éxito, que decidió intentar mejor suerte en la Ciudad de México. Aquí  trabó amistad con Joaquín Clausell, quien más tarde llegaría a ser el pintor impresionista más conocido de México.

 

ENAMORAMIENTO DEL DR. ATL.

También conoció a una sobrina de Joaquín  Clausell de 14 años, de quien se enamora de una manera desaforada, sin ser nunca correspondido. Poseedor de una pasión Volcánica, diría mucho más tarde: “Durante muchos años la amé desafortunadamente; durante muchos años. ¿Cuántos?… ¡No lo sé! Yo no comí, no dormí, no pensé y no viví, durante ese tiempo.”

Para curarse de amor, acaso como un reflejo de su personalidad, o como una pulsión de vida, desarrolló un nuevo amor: el amor por los volcanes.

“Para curar las enfermedades del alma no hay mejor remedio que 20 grados bajo cero entre las cumbres de un volcán… Huyó, loco de amor a los volcanes”.

En 1910, apenas unos pocos meses antes de que iniciara la Revolución Mexicana, Atl pintó el primer mural moderno en México, anticipándose a Rivera, Orozco y Siqueiros.

Para este mural Atl usó Atlcolor, un tipo de óleo sólido inventado por él.

 El Atlcolor todavía se usa hoy, con gran popularidad por la facilidad con que puede usarse.

RAVELO  VISTA DEL POPOCATEPET.

SIMPATIZA CON VENUSTIANO CARRANZA

Después de otro viaje por Europa, encuentra a su país inmerso en la Revolución. Él se pone del lado de Carranza.

 Rasgo característico de su personalidad fuera de la medida de sus semejantes, en ese entonces Dr. Atl usaba uniforme de oficial de la Fuerza Aérea Italiana, y usaba el nombre de Gregorio Stello.

Cuando Carranza tomó el poder, fue hecho director de la Academia de Bellas Artes, Academia que él mismo cerró, pero que le sirvió para conocer y trabajar con Rivera, Siqueiros y Orozco, a quienes promocionó, animó y enseñó.

Durante la Revolución todo mexicano vivía en peligro de muerte. Pero hay quienes buscan el peligro. Quienes apenas logran escapar por muy poquito. Quienes son encarcelados vez tras vez, y de manera asombrosa urden y ejecutan sus propios planes de escape.

El  Dr. Atl correspondía a ese tipo de personas.

Una vida cambiante e inestable; cálida y peligrosa, como el fuego. Poseedor de cualidades políticas notables, las usó en diferentes momentos durante el movimiento armado, llamado la Revolución, para negociar con Zapata o Villa.

También, como hombre volvió a enamorarse. Y fue correspondido.  Mañana te lo platico Bety.

 

VELÁZQUES, EL GRAN PINTOR ESPAÑOL

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Todos, o casi todos lo conocen por sus maravillosas pinturas (vale el adjetivo) que se contemplan y disfrutan en casi todos los museos del mundo.  Y sólo las califican como de “Un Velázquez”. Pero quién, en realidad fue él.

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nació en Sevilla, España, el 6 de junio de l599. Y murió en Madrid el 6 de agosto de l660

Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y figura indiscutible de la pintura universal. Pasó sus primeros años en Sevilla donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista por influencia de Caravaggio y sus seguidores.

Se trasladó a Madrid y a los 24 años fue nombrado pintor del rey, y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey.

Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a partir de 1631, pintó grandes obras con un extraordinario dominio de la luz. Este periodo se inauguró con el retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las Hilanderas.

Entre otras de sus obras famosas encontramos  “Auto retrato”, pintado en  1643. “La Mulata”, en 1618,  “Rendición de Breda”, en 1635. “La adoración de los magos” en 1619. “Las costureras”  en 1640.  “Un enano”  en 1630.

Y otras que tal vez las hayan visto: “La fragua de Vulcano”, en 1630. “La reina Isabel de Borbón a caballo”, en 1635.  “El Papa Inocencia X”, en 1650. “Cristo en casa de Marta y María”, en 1618. “La túnica de José”, en 1630.

Muy conocidas “La Meninas”, en 1657 y “Las hilanderas” en  1657. “El bufón” en 1654. “Menipo y Esopo”, en 1641,  “El triunfo de Baco”, en 1629. “El desayuno”, en 1618. “Infanta Margarita en azul” 1659.

Y, también, “La coronación de la virgen”, en 1620. “El aguador de Sevilla” en 1620. “Cristo crucificado”, en 1632. “Venus en el espejo” en 1618.  “Felipe prospero de Austria”, en 1659. “Francisco Pacheco”, en 1637.

Buenos días. O noches

RAVELO   LAS MENINAS....

“VERDADEROS MAESTROS DEL PERIODISMO”

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Acaba de  aparecer  “Verdaderos Maestros del Periodismo” del colega Mario Andrés Campa Landeros.  Un trabajo editorial de un experto en la materia. Habla de quienes transitamos por la profesión más digna del mundo. Y no exenta de peligros, como sabemos. Nos incluye, inmerecidamente. Y nos hace aparecer con otros colegas que lo merecen más.

Recuerda nuestro inicio en Excélsior., el 3 de marzo de l946. Del  sendero en este oficio, –ya profesión con licenciatura en periodismo,– desde hace setenta años, sin interrupción en  nuestros 86 de edad.

Sus 329 páginas, forman  un  libro de consulta. Y es el primero de una serie de siete. En que hablará también de hombres y mujeres, reporteros de prensa, radio, televisión e internet.

Este es un homenaje para los amigos que están y para los que ya se fueron. A los que también menciona.   Lo reitero: »Los amigos son como las estrellas, no siempre las ves pero sabes que ahí están”’.

 

AMIGOS…LOS HAY DE TODOS TIPOS Y CLASES

Los amigos son tesoros que la vida nos regala y que debemos cuidar. Muchos de ellos nos acompañan tan sólo durante un trayecto y luego se van. Otros forman parte de algunos de nuestros mejores recuerdos del pasado y otros se quedan en nuestras vidas para siempre.

Hay amigos eternos, amigos que son de piel y otros que son de hierro.       Hay amigos del tiempo, de la escuela, del trabajo, de la facultad. Amigos del que se aprende. Otros que se eligen, y amigos que se adoptan.

Hay amigos del alma, del corazón, de la sangre. Hay amigos para toda la vida. Amigos que son más que amigos.

Hay amigos que son hermanos, otros que son padres; también hay amigos que son hijos. Hay amigos que están en las buenas, otros que están en las malas, los que están siempre.

Hay amigos que se ven, otros que se escriben.

Por supuesto que hay amigos que se van, que nos dejan;  que vuelven y otros que se quedan.

RAVELO AUTORRETRATO DE DIEGO ....DEL BARRIO, LA DISTANCIA, NUEVOS, VIEJOS, AMIGOS TODOS

Amigos inmortales, amigos de la distancia.

Hay amigos que se extrañan, que se lloran, y en los que piensas. Amigos que se abrazan. Hay amigos que nunca cambian.

Hay amigos hombres. Amigas mujeres.  Hay amigos que deliran, otros  poetas.  Amigos que hacen falta. Amigos nuevos, viejos, viejos amigos. Amigos sin edad,  gordos, flacos..

Hay amigos que dejamos ir, otros que no pueden venir,  que están lejos, con dolores difíciles de entender. Amigos del  barrio.

Hay también amigos invisibles, amigos sin lugar, amigos de la calle  que valen, amigos que pesan, amigos que nos critican, pero amigos al fin.

Amigos míos. Amigos tuyos. Amigos nuestros.

craveloygalindo@gmail.com