Pequeñas incongruencias que sorprenden al mundo


Aquí aplica el dicho de que No todo lo que brilla es oro.  

Reportajes Metropolitanos

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Hace apenas dos días murió un entrañable amigo y compañero en Excélsior durante treinta y tres años. Y otros treinta y tres en otros medios. Sesenta y seis en total. Don Rafael Freyre, la famosa ranita de aquél  diario que dirigía con honor y verdad en los primeros,  don Manuel Becerra Acosta.

En memoria de ambos repetiremos lo que expresamos en Puebla,  con tristeza y reclamo, ante centenares de periodistas de todo el país. Y que sigue firme:

“Cada día, hoy, los diarios, dan una clase de historia.  Enseñan por lo que dicen y por lo que callan. La contradicción le mueve las piernas. Quizá por eso sus silencios dicen más que sus palabras y con frecuencia sus palabras revelan, al mentir, la verdad. Vaya, son la paradoja andante”.

Veamos, con calma, hechos no muy conocidos que aparecen en  el libro “Espejos” de Eduardo Galeano. Y que se relacionan, en forma estrecha.

Se ha sucumbido a la tentación de contar algunos episodios de la aventura humana en el mundo. Desde el punto de vista de los que no han salido en la foto. Por decirlo de alguna manera, se trata de hechos no muy conocidos. Vaya, para no llamarlas paradojas, les pusimos pequeñas incongruencias,

Por ejemplo cuando fueron desalojados del Paraíso, Adán y Eva se mudaron a África, no a París. Algún tiempo después, cuando ya sus hijos se habían lanzado a los caminos del mundo, se inventó la escritura en Irak. O como también el álgebra se inventó en Irak. La fundó Mohamed al-Jwarizmi, hace  mil 200 años, y las palabras algoritmo y guarismo derivan de su nombre.

 

NOMBRES SIN, NADA QUE VER

Por supuesto que los nombres suelen no coincidir con lo que nombran. En el British Museum, pongamos por caso, las esculturas del Partenón se llaman “mármoles de Elgin”, pero son mármoles de Fidias. Elgin se llamaba el inglés que las vendió al museo.

Las tres novedades que hicieron posible el Renacimiento europeo, la brújula, la pólvora y la imprenta, habían sido inventadas por los chinos, como casi todo lo que Europa reinventó.

Los hindúes habían sabido antes que nadie que la tierra era redonda y los mayas habían creado el calendario más exacto de todos los tiempos.

RAVELO INCONGURENCIAS Rafael Freyre fLORES...

OBSEQUIOS DE SU SANTIDAD

En 1493, el Vaticano regaló América a España y obsequió el África negra a Portugal, “para que las naciones bárbaras sean reducidas por   la fe católica”. Por entonces, América tenía quince veces más habitantes que España y el África negra cien veces más que Portugal. Tal como había mandado el Papa, las naciones bárbaras fueron reducidas.

Tenochtitlan, el centro del imperio azteca, era de agua. Hernán Cortés demolió la ciudad, piedra por piedra, y con los escombros tapó los canales por donde navegaban doscientas mil canoas.  Ésta fue la primera guerra del agua en América. Ahora Tenochtitlan se llama México DF. Por donde corría el agua, corren los autos. Muchos más que las canoas.

John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Mientras nacía el siglo XVIII, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono en un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie  de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias.

 

MONUMENTOS PARA PREMIAR A PSICOPATAS

El monumento más alto de Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, que en el siglo XIX exterminó a los indios de la Patagonia.

La avenida más larga de Uruguay lleva el nombre del general Rivera, que en el siglo XIX exterminó a los últimos indios charrúas.

Dos de los padres fundadores de Estados Unidos se desvanecieron en la niebla de la historia oficial. Nadie recuerda a Robert Carter ni a Gouverner Morris. La amnesia recompensó sus actos. Carter fue el único prócer de la independencia que liberó a sus esclavos. Morris, redactor de la Constitución, se opuso a la cláusula que estableció que un esclavo equivalía a las tres quintas partes de una persona.

“El nacimiento de una nación”, la primera superproducción de Hollywood, se estrenó en 1915, en la Casa Blanca. El presidente, Woodrow Wilson, la aplaudió de pie. Él era el autor de los textos de la película, un himno racista de alabanza al Ku Klux Klan.

En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la revolución francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza.

Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Pero al mismo  tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: fueron 900 votos.

Díganos si no son incongruencias, para no llamarlas de otro modo.

craveloygalindo@gmail

RAVELO INCONGRUENCIAS     MONUMENT Julio A. Roca