Pasados 25 años del asesinato, Luis Donaldo Colosio, ve “un México con hambre y sed de justicia”


Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas momentos antes del ataque
  • Ocurrió el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California
  • Álvaro Obregón, como Presidente Electo, fue muerto en San Ángel de la Ciudad de México, el 17 de julio de 1928
  • Fueron cuatro los fiscales que tuvieron a cargo una investigación que, oficialmente, fue cerrada en el sexenio de Fox

Redacción

Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial del PRI a la Presidencia de la República, fue asesinado el miércoles 23 de marzo de 1994, a las 5:12 de la tarde, hora del Pacífico, 7:12 hora del centro del país… Han transcurrido 25 años de los hechos y por ello vemos a un México “con hambre y sed de justicia”.

La muerte de Colosio se considera el primer magnicidio cometido en México desde el asesinato de Álvaro Obregón, del 17 de julio de 1928, por el enrarecido ambiente político en el que sucedió, además de los errores, omisiones y desatinos que se cometieron en el curso de la investigación, este caso generó grandes sospechas e incredulidad entre la población.

Uno de los puntos que levantó sospecha en torno al caso fue la elección de Lomas Taurinas como sede del mitin, ya que se trataba de un lugar que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad para los asistentes ni para el candidato, y presentaba múltiples problemas de logística; todo ello se pasó por alto.

A principios de marzo de 1994 el equipo de campaña decidió que se realizaría una visita a Tijuana, que incluiría un «diálogo» con colonos de zonas populares. Para la sede del acto político se descartaron zonas conocidas como El Terrenazo y El Florido, así como el hipódromo, la plaza de toros, la explanada del PRI local, el ejido Mariano Matamoros y un deportivo, porque no se quería realizar un evento de gran magnitud que ocasionara problemas viales. El 17 de marzo Guillermo Hopkins, subcoordinador de logística de la campaña, decidió que el mitin se realizaría en Lomas Taurinas, a sugerencia de Jaime Martínez Veloz, entonces subdelegado de la Secretaría de Desarrollo Social, en la Zona Costa de Baja California.

Todo era gritos y confusión tras el atentado

En el expediente de la investigación se consigna que se eligió Lomas Taurinas porque «era una colonia beneficiaria de Sedesol, eminentemente priista, representativa de las características urbanas de Tijuana, con bajas condiciones socioeconómicas, por tener un escenario natural y de fácil acceso, era representativa de los problemas de la mayoría de colonias tijuanenses, había sido visitada por otros candidatos del PRI y es cercana al aeropuerto.

Lomas Taurinas se ubica en una barranca cerca de la línea internacional con Estados Unidos, a espaldas del aeropuerto. Está rodeada por otras colonias populares. En 1994 la habitaban alrededor de 20 mil familias que carecían de agua potable, drenaje y calles pavimentada.

La zona donde se realizó el mitin era un parque terregoso en la confluencia de las calles La Punta, Torrecillas, López Mateos y Mariano Arista. En el flanco sur, en donde desemboca la calle Mimiahuapan, corría un pequeño río de aguas negras llamado Canal de Pastejé. Para llegar a la explanada había un puente de madera, sin barandal, de 2.80 metros de ancho y siete metros de longitud.

El PRI local, que organizó el acto, decidió utilizar la parte trasera de una pick up como templete, ya que se trataba de un acto “informal”. El vehículo fue estacionado en la parte más alta de la plaza, en el lado norte, en la esquina de Torrecillas y López Mateos.

EL ATENTADO

A las 17:09 horas, Colosio terminó su discurso y se dirigió con su comitiva de regreso a la camioneta Blazer, que lo conduciría al Club Campestre de Tijuana. El orador pidió por el micrófono a los asistentes que lo despidieran. Como fondo sonaba fuerte la canción «La culebra» de La Banda Machos.

Los integrantes del grupo Orden, Vallas y Porras (o Grupo Omega, formado por ex policías, cuya función era crear un el segundo anillo de seguridad en torno a Colosio, luego de su escolta personal) de inmediato trataron de formar barreras para darle paso por el costado izquierdo del templete, pero no lo lograron porque la multitud de mujeres, niños, hombres y jóvenes se arremolinó en torno a él para saludarlo y entregarle peticiones, lo que lo forzó a caminar, con mucha dificultad, hacia el costado derecho.

El cuerpo de seguridad quedó rebasado por la aglomeración y el apretujamiento. Frente al candidato caminaban el coronel Federico Reynaldos del Pozo y el mayor Germán Castillo, mientras que detrás de él venía el general Domiro García Reyes.

En el flanco izquierdo iba el ex policía Fernando de la Sota, líder del Grupo Omega, y en el derecho el teniente Miguel Cimbrón.

A las 17:12 de la tarde, cuando Colosio había recorrido aproximadamente trece metros y medio en la explanada, uno de los asistentes al mitin logró penetrar el débil cerco de seguridad, puso un revólver Taurus calibre .38 cerca de su oído derecho e hizo fuego.13 Inmediatamente el agresor hizo otro disparo que alcanzó al político en el abdomen, quien se desplomó inconsciente, sangrando profusamente de la cabeza.

En medio de la confusión, los guardaespaldas capturaron a un hombre de unos 25 años, de complexión delgada, tez morena y pelo rizado, vestido con pantalón de mezclilla y una chamarra negra.

Elementos de seguridad levantaron a Colosio y lo llevaron en vilo hacia la camioneta Blazer estacionada a un lado del puente de madera, pese a que en el lugar había dos ambulancias; incluso en una de ellas estaba la entonces directora del Hospital General de Tijuana, Rosalinda Guerra. No habían recorrido más de 500 metros cuando los alcanzó otra ambulancia del Grupo de Rescate Delta.

Mientras, otros guardaespaldas rodeaban al detenido, identificado como Mario Aburto Martínez, para protegerlo de los enfurecidos asistentes al mitin, quienes trataban de lincharlo. Inmovilizado, el agresor gritaba «fue el ruco, fue el ruco«, refiriéndose a Vicente Mayoral, uno de los integrantes del grupo de seguridad, quien también fue detenido y presentado.

Miguel Montes García

MIGUEL MONTES, PRIMER FISCAL

Durante las exequias, el Presidente Carlos Salinas de Gortari, decidió crear una subprocuraduría especial en la PGR para el caso. Le pidió a Diana Laura Riojas su opinión sobre Santiago Oñate Laborde, entonces encargado de asuntos internacionales de la campaña, además de amigo tanto de Colosio como del propio Presidente, para dirigirla.

La viuda Luis Donaldo Colosio, objetó dicha cercanía y su escasa experiencia en investigaciones criminales, y a su vez propuso al destacado jurista y docente Miguel Montes García, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 26 de marzo se publicó en Diario Oficial de la Federación, el decreto de creación.

Montes García, estuvo a cargo del caso a partir del lunes 28 de marzo de 1994. A su equipo, dirigido por Emilio Islas Rangel, entonces director de la Interpol México, les llevó menos de una semana plantearse la teoría de la «acción concertada» para matar a Colosio, mediante el análisis de los videos disponibles. En esos días, agentes de la PGR detuvieron a 44 integrantes del Grupo Tucán (acrónimo de la frase «Todos Unidos contra Acción Nacional», «una suerte de club social de agentes judiciales retirados o desempleados que se ofrecieron generosamente a participar en la vigilancia del mitin”) y los presentaron ante el Ministerio Público.

Veinte de ellos reconocieron haber estado en Lomas Taurinas; tres -Vicente y Rodolfo Mayoral, y Rodolfo Rivapalacio- fueron enviados en avión a la Ciudad de México, y de ahí al penal de máxima seguridad de Almoloya, a donde ingresaron el viernes 1 de abril.

Un día antes, el fiscal se reunió con Carlos Salinas en la residencia oficial de Los Pinos, para mostrarle el análisis del video en el que se advierte un complot para asesinar a Colosio, en el que asegura participaron al menos siete personas en formación «diamante», ubicando en la operación, entre otros, a Tranquilino Sánchez y a dos jóvenes a quienes en principio identifican como El Lentes y El Clavadista. El presidente autorizó la difusión de los resultados. El lunes 4 de abril, Montes informó a los medios de comunicación que la agresión al candidato del PRI fue producto de una “acción concertada” en la que tomaron parte, además de Aburto y Tranquilino Sánchez, Rivapalacio, los Mayoral y otros integrantes del Grupo Tucán. Calificó la tesis del asesino solitario como insostenible. Además, reconoció que la bala hallada pudo ser «sembrada».

Mario Aburto Martínez

EL ASESINO SOLITARIO

La línea de investigación empezó a cambiar cuando se hicieron exámenes de personalidad a Aburto y se analizaron sus cuadernos (el famoso «libro de actas»), que empezaron a conformar el perfil de un único autor intelectual y material. Además, sin nueva evidencia contra los inculpados, comenzó a tomar fuerza la tesis del «asesino solitario». Así, el 14 de julio, apenas tres meses y medio después de que anunció con total seguridad, en todos los medios de comunicación, que a Colosio le habían tendido una emboscada, Miguel Montes apareció de nuevo diciendo exactamente lo contrario: al no hallarse nuevos elementos de prueba a favor de la acción concertada, consideró agotada la investigación, por lo que afirmó que Mario Aburto fue el único planificador y autor del homicidio, y atribuyó sus acciones a una motivación política.

Además, sostuvo que luego de recibir el impacto en la cabeza, Colosio giró 90 grados sobre su eje en dirección contraria a las manecillas del reloj, lo que le permitió a Aburto hacer el segundo disparo. Desacreditado, en medio de críticas y una incredulidad generalizada, el jurista ese mismo día presentó su renuncia a la subprocuraduría.

El 1 de junio de 1994, Montes informó los resultados de la investigación a Diana Laura Riojas, quien no los aceptó. La viuda calificó la tesis del asesino solitario como “poco convincente”.

Plaza de la Unidad y la Esperanza, fue erigida en el lugar del homicidio de Luis Donaldo Colosio

OLGA ISLAS DE GONZÁLEZ MARISCAL, SEGUNDA FISCAL

La jurista y académica Olga Islas de González Mariscal, entonces subprocuradora de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, fue puesta a cargo del caso el 18 de julio de 1994. Inició con 31 líneas de investigación, que se centraron en reconstruir los hechos inmediatamente posteriores al asesinato y remarcar las omisiones de sus predecesores.

Sin asumir una postura específica sobre el autor solitario o la acción concertada, su conclusión más importante fue establecer que Aburto fue interrogado fuera de la delegación de la PGR en Tijuana antes de su traslado a la Ciudad de México, y confirmó la presencia de un personaje no identificado que viajó en el avión con el asesino y sus custodios. Dejó abiertas catorce líneas de investigación. Durante su gestión, Aburto fue sentenciado en primera instancia a 42 años de prisión.

PABLO CHAPA BEZANILLA, TERCER FISCAL

Con la llegada a la Presidencia de Ernesto Zedillo y el nombramiento del panista Antonio Lozano Gracia, al frente de la PGR, Pablo Chapa Bezanilla, asumió el caso el 16 de diciembre de 1994. A la subprocuraduría se le asignaron también las investigaciones de los asesinatos del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y el político José Francisco Ruiz Massieu, por lo que una de sus directivas fue encontrar posibles nexos entre los tres crímenes.

Vicente Fox

En enero del año siguiente, el caso Colosio dio un vuelco cuando Chapa resucitó la hipótesis de la «acción concertada» por medio de un segundo tirador, quien se habría ubicado al lado izquierdo del candidato y le habría disparado en sedal al abdomen. El subprocurador calificó las teorías del giro de 180 grados y el homicida único como “técnicamente imposibles”, y reconoció que la escena del crimen no sólo no fue preservada, sino que se le manipuló al afirmar que la bala hallada en Lomas Taurinas fue “sembrada”. El 24 de febrero se detuvo a Othón Cortés Vázquez, uno de los integrantes del Grupo Omega que fungía como chofer en la comitiva de Colosio. También consignó a Fernando de la Sota y a su subalterno Alejandro García Hinojosa, por falsear declaraciones.

La PGR sustentó la acusación contra Cortés Vázquez sobre todo en tres testigos que afirmaron haberlo visto con un arma apuntando al costado izquierdo de Colosio, y uno de ellos incluso lo vio disparar.

La gestión de Chapa terminó luego de que el 7 de agosto de 1996 el juez de la causa absolvió a Cortés Vázquez al desestimar a los testigos y considerar que el estudio criminalístico del segundo tirador presentado por la subprocuraduría, que además sustentaba la tesis de la bala «sembrada», era inconsistente. Además, por falta de pruebas salieron libres Vicente y Rodolfo Mayoral, así como Tranquilino Sánchez.

De esta manera, luego de más de dos años del crimen, las investigaciones regresaron al punto de inicio, con Mario Aburto como único responsable y un cúmulo de dudas que hicieron crecer la sospecha.

Pocos días después, Lozano Gracia y Chapa Bezanilla fueron removidos de la PGR.

Luis Raúl González Pérez

LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ… UN CASO CERRADO

Con la investigación prácticamente sin ningún resultado, el 31 de agosto de 1996, Ernesto Zedillo designó al frente de la subprocuraduría al abogado y docente Luis Raúl González Pérez, quien como primer punto de su agenda, el 18 de septiembre de ese año, presentó 27 líneas de investigación. Dado el entorno de escepticismo e incredulidad, una de sus consignas fue poner «orden» en las pesquisas, además de esclarecer todas las sospechas —en total, agendó unas 300— hasta agotarlas. “A diferencia de cualquier investigador, de cualquier caso, en cualquier Procuraduría —de gobiernos panistas o perredistas—, ¿investigan las sospechas? ¿Investigan la especulación, lo que la gente pensaba, creía, las versiones que iban surgiendo? Aquí lo hemos hecho.

Rubén Aguilar Valenzuela

Luego de indagar en torno a las 27 líneas, al final sólo quedaron las que se referían al móvil por narcotráfico (que decía que Colosio había sido ejecutado a pedido de líderes de cárteles criminales) y por el entorno político, y ambas se desecharon al no hallarse pruebas consistentes. La conclusión legal del caso fue que «Mario Aburto Martínez fue el autor de los dos disparos que recibió Luis Donaldo Colosio Murrieta, el homicidio se perpetró con una sola arma de fuego y la bala encontrada en el lugar de los hechos fue disparada por esa arma». Además, «no existe prueba jurídica que demuestre la coparticipación de personajes políticos y del crimen organizado”.

Pablo Chapa Bezanilla

Se desestimaron, “por contradictorios e inconsistentes”, los testimonios de quienes afirmaron haber visto a Aburto reuniéndose con los integrantes del Grupo Tucán. Se descartó la tesis de la acción concertada porque la evidencia es “equívoca o está desvirtuada”, ya que “jurídicamente se trata aquí de una acción de interpretación equívoca o susceptible de tener diversas apreciaciones o significados y no de contenido unívoco o que no deja lugar a dudas”.

El subprocurador también le tomó declaración durante 12 horas, el 28 de noviembre de 1996, a Carlos Salinas de Gortari, quien residía entonces en Dublín.

Olga Islas de González Mariscal

Aunque este hecho generó gran expectación en entre los mexicanos porque fue la primera vez que un expresidente de la República comparecía en un juicio penal, su testimonio no fue relevante para esclarecer el caso.

Así, con un expediente de 68 mil fojas en 174 tomos y mil 993 declaraciones, la actuación legal de González Pérez se limitó a confirmar el alegato y la sentencia de 45 años de prisión contra Aburto como único autor del crimen, y contra las tres personas que acusaron a Othón Cortés, por falsear declaraciones. Con ello, la Subprocuraduría Especial se extinguió en el año 2000, poco antes de la llegada al poder federal del panista Vicente Fox.

La última alusión a esta investigación de parte del gobierno mexicano fue en marzo de 2006, cuando el entonces vocero de la Presidencia de la República, Rubén Aguilar Valenzuela, informó que para las autoridades, el caso Colosio “está jurídicamente cerrado”.

 

Caso Colosio en un documental

El 20 de octubre de 2009, en el 15 Aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Discovery Channel analizó a fondo las evidencias del crimen político que conmocionó a México en el estreno de su producción original El Caso Colosio.

¿Conspiración o acto individual? En marzo de 1994 Luis Donaldo Colosio cae abatido por dos disparos en pleno mitin electoral en una de las barriadas más pobres y peligrosas de la fronteriza ciudad de Tijuana.

En medio del tumulto y el desconcierto, Mario Aburto Martínez, trabajador de una fábrica local, es arrestado y conducido a la jefatura en donde confiesa y se declara culpable.

Mario Aburto en entrevista con Jesús Blancornelas

El Fiscal General de la Nación da por cerrado el caso, pero muchos mexicanos simplemente no lo creen. ¿Cómo pudo un simple obrero haberle disparado a quema ropa a un candidato presidencial rodeado de policías, guardias de seguridad y miles de asistentes?

¿Por qué el hombre a quien la policía arresta en la escena del crimen no se parece al presunto culpable que las autoridades presentan en rueda de prensa al día siguiente del asesinato?

¿Cómo es posible que el candidato presidencial haya recibido dos balas, una directamente a la cabeza y otra en el abdomen, al lado opuesto de su cuerpo?

¿Y por qué los orificios de entrada producidos por ambos disparos parecen ser de diferentes calibres?

¿Quiénes fueron los autores intelectuales? Estas son sólo algunas de las grandes preguntas que Discovery intentará responder por vez primera en televisión en esta apasionante producción.

15 años después de ocurridos los hechos, Discovery Channel  puso a prueba hipótesis y evidencias, interroga testigos, sopesa los datos e intenta develar el misterio del asesinato en su inédita producción original El Caso Colosio que fue transmitida el domingo 25 de octubre a las 9 de la noche.