ONU: solución a la presa El Zapotillo, ejemplo al mundo


El presidente Andrés Manuel López Obrador saludó a niños del poblado de Temacapulín, municipio de Cañadas de Obregón, Jalisco, después de encabezar la segunda reunión con lugareños para discutir lo relativo al proyecto de la presa El Zapotillo, el pasado miércoles. Foto Arturo Campos Cedillo

Juan Carlos G. Partida, corresponsal / La Jornada

Guadalajara, Jal. La solución que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio al conflicto por la presa El Zapotillo, en Jalisco, que evita el desplazamiento de los habitantes de tres comunidades, convirtió a México en vanguardia y ejemplo internacional en el respeto a los derechos humanos en procesos de gestión del agua, coincidieron Pedro Arrojo Agudo, relator especial sobre derecho al agua potable y al saneamiento, y Guillermo Fernández Maldonado, representante en México de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, ambos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En entrevista, Arrojo Agudo sostuvo que privilegiar el diálogo con los habitantes de los tres pueblos jaliscienses que hace 16 años fueron condenados a la extinción por la inundación que provocaría la presa es una muestra de verdadero interés del gobierno en construir soluciones con respeto a la gente.

“Que el agua no sea un mercado donde mande el que tenga más dinero, sino un reto democrático. Esto de escuchar al pueblo, de que venga incluso el presidente, el gobierno, a resolver a través del diálogo un problema, yo lo saludo como positivo y lo voy a referenciar como ejemplo positivo de resolución de conflictos de agua a nivel global, no sólo en México”, dijo el también especialista de la Universidad de Zaragoza, quien en 2003 ganó el Premio Goldman, considerado el Nobel de ecología.

Agregó: “El proceso de resolución de este conflicto apunta en hacer las paces con los ríos, con el ecosistema, y por otro lado, en promover una democracia participativa en la gestión del agua”.

En entrevista aparte, Guillermo Fernández indicó que el caso de la presa El Zapotillo debe ser “emblemático” para demostrar en otros conflictos de larga duración que se pueden lograr acuerdos para el desarrollo respetando los derechos de la población y que, por tanto, es indispensable que los trabajos técnicos tengan perspectiva de derechos humanos

El representante de la alta comisionada reconoció el trabajo de acompañamiento que llevó a cabo la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco en favor de los inconformes con el proyecto de la presa El Zapotillo.

Guadalajara, Jal. La solución que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio al conflicto por la presa El Zapotillo, en Jalisco, que evita el desplazamiento de los habitantes de tres comunidades, convirtió a México en vanguardia y ejemplo internacional en el respeto a los derechos humanos en procesos de gestión del agua, coincidieron Pedro Arrojo Agudo, relator especial sobre derecho al agua potable y al saneamiento, y Guillermo Fernández Maldonado, representante en México de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, ambos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En entrevista, Arrojo Agudo sostuvo que privilegiar el diálogo con los habitantes de los tres pueblos jaliscienses que hace 16 años fueron condenados a la extinción por la inundación que provocaría la presa es una muestra de verdadero interés del gobierno en construir soluciones con respeto a la gente.

“Que el agua no sea un mercado donde mande el que tenga más dinero, sino un reto democrático. Esto de escuchar al pueblo, de que venga incluso el presidente, el gobierno, a resolver a través del diálogo un problema, yo lo saludo como positivo y lo voy a referenciar como ejemplo positivo de resolución de conflictos de agua a nivel global, no sólo en México”, dijo el también especialista de la Universidad de Zaragoza, quien en 2003 ganó el Premio Goldman, considerado el Nobel de ecología.

Agregó: “El proceso de resolución de este conflicto apunta en hacer las paces con los ríos, con el ecosistema, y por otro lado, en promover una democracia participativa en la gestión del agua”.

En entrevista aparte, Guillermo Fernández indicó que el caso de la presa El Zapotillo debe ser “emblemático” para demostrar en otros conflictos de larga duración que se pueden lograr acuerdos para el desarrollo respetando los derechos de la población y que, por tanto, es indispensable que los trabajos técnicos tengan perspectiva de derechos humanos

El representante de la alta comisionada reconoció el trabajo de acompañamiento que llevó a cabo la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco en favor de los inconformes con el proyecto de la presa El Zapotillo.

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Pedro Arrojo comentó que aunque hay muestras de que México ha mejorado en la resolución de problemas relacionados con el agua sin afectar a las comunidades, también existen rezagos, especialmente en saneamiento, aunque evitó ahondar porque toda crítica se hace primero a los gobiernos.

Asimismo, confió en que el enfoque de respeto a los derechos humanos en los temas de abastecimiento y saneamiento se mantenga en la aprobación de la nueva Ley de Aguas Nacionales, la cual está a discusión en la Cámara de Diputados .

“La ley no está hecha, hay propuestas. Creo que hay un proceso ciudadano de participación que he saludado en mis informes ante el plenario de Naciones Unidas. Ha habido un proceso participativo que para mí es ejemplar y está la incógnita de cómo desembocará, si el parlamento lo terminará aprobando.”

Afirmó que dará seguimiento “desde una expectativa positiva” de que México sea “vanguardia en el desarrollo de los derechos humanos con una ley general basada en estas garantías.

El relator de la ONU insistió en que su pronóstico es positivo, “lo cual no quiere decir que todo sea bonito y esté bien. Mi expectativa es que va a mejorar. El gobierno actual está trabajando en buena línea, lo cual no quiere decir que no haya problemas, pero casos icónicos como éste (El Zapotillo) se están abordando de manera positiva”.