Llevamos 45 días de bloqueos, miles de niños sin clases y desabasto de básicos.
Cada quien lleva agua a su molino, políticos llenan maletas, es el Año de Hidalgo.
Dirigentes de iniciativa privada exageran cifras de pérdidas, a ver si es chicle y pega”
Alejandro Moguel
La situación que vive Oaxaca es crítica: 45 días de bloqueos, 23, 17, 18, 20 bloqueos diarios, más de un millón 600 mil personas en desabasto, falta de gasolina, niños sin clases, trámites administrativos paralizados, un largo etcétera.
Más allá de las cifras, la estabilidad en Oaxaca pende de un hilo. Y no, no me refiero a aquella gobernabilidad famosa de la que hablan los políticos, sino a la estabilidad familiar, el núcleo primero de la sociedad.
El conflicto magisterial, social o lo que sea, está generando de nueva cuenta esas posiciones antagónicas en la sociedad, en la gente de a pie, en las familias que terminan con serias diferencias porque unos apoyan al magisterio y otros piden a gritos que haga algo el gobierno.
En Oaxaca el conflicto ya no es sólo magisterial o derivado de una reforma que guste o no, aquí ha sido un fracaso.
Hay madres impacientes que no saben qué hacer con sus hijos. Niños que otra vez están horas viendo la televisión o en internet, ociosos. Hay comunidades en las que no han tenido clases desde el 15 de mayo y los descuentos a los maestros faltistas son una más de las mentiras de esta administración.
A RÍO REVUELTO…
Mientras todo eso pasa, en el gobierno de Oaxaca hay quienes se preparan, con maletas llenas del dinero público, para irse sin que pase nada. En medio del caos, los que ganan son los que siempre han tenido canonjías, como los legisladores, que recibieron en 2016 un presupuesto de más de 600 millones de pesos sin rendirle cuentas a nadie.
¿A quién le interesa que se resuelva el conflicto? Parece que a nadie, pues en todo este enredo hay quienes salen beneficiados. Desde el abusivo que vende el litro de gasolina en 40 pesos hasta quienes obtendrán raja política, como los señores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Si con ocho muertos no pasó nada. Son 45 días de bloqueo y no pasa nada. Se sentaron a la mesa y no pasó nada. El vacío de gobierno se percibe en cada calle de Oaxaca, la inseguridad está a todo lo que da porque no hay policías que hagan su trabajo, si no lo hacían antes, menos ahora.
Los políticos, en el año de Hidalgo y la sociedad, la gente más jodida cada día. El incremento en los productos no solo de la canasta básica es real, pero como los gobernantes no padecen el problema, no hacen nada por frenar los abusos de comerciantes voraces.
VERSIONES DE EMPRESARIOS
Imagínese qué tipo de estado fuéramos, si como dicen los restauranteros, tienen pérdidas de 3 mil millones de pesos. ¿Sabe cuánto es ese dinero? Una cantidad con muchos ceros, que ofrecen para ver si el gobierno lo cree y les da recursos que después terminan en los bolsillos de los dirigentes y no solucionan nada. Es inaudito cómo todos se aprovechan del conflicto, sobre todo estos señores empresarios que argumentan ganancias de casi 60 millones de pesos diarios. Si fuera el caso, dejaría de escribir y me dedicaría a la gastronomía.
En eso se ha convertido Oaxaca. El magisterio oaxaqueño y las organizaciones sociales que dicen combatir la corrupción y a los poderosos son los que han hecho posible que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Los boletos de avión están de entre dos y cuatro mil pesos, viajan quienes pueden pagarlo o quienes tienen necesidad de hacerlo, porque la gente normal, la que viaja en autobuses de primera o segunda clase, no tiene la opción de tránsito.
Absurda también la recomendación de los mercados orgánicos como alternativa de desabasto en los supermercados, pues los costos entre uno y otro producto distan. ¿Saben quiénes compran su carne, sus insumos y sus productos en esas tiendas? Los oaxaqueños que tienen un ingreso medio, que consideran el crédito como opción para surtir su despensa. ¿Cree el magisterio que saquear y destruir Coppel, Elektra y otras tiendas es una afectación a las trasnacionales? Craso error, a quienes amuela es a la gente de menores recursos que hacen un doble esfuerzo por adquirir productos en pagos, con costos que seguramente elevarán más, mucho más, para que las ganancias de esas empresas a las que odian incrementen.
Sin gobierno, con poderes fácticos que hacen lo que les venga en gana, Oaxaca está sumida en el caos. ¿Se solucionará en días como se ha dicho? Por supuesto que no, llevamos años con el mismo problema y Oaxaca sigue ocupando el último lugar en todo. Lo peor es que esa anhelada paz y reconciliación que se buscó después de 2006, no ha llegado.
Diez años después resurge una herida que no se cerró por falta de justicia, por las complicidades de un gobierno débil que buscó el poder para enriquecerse y por la ausencia de interés de atender las carencias en las comunidades, caldo de cultivo para grupos mesiánicos que ofrecen “la lucha” como alternativa utópica.
Lejos están los discursos de los políticos de la realidad, si tan siquiera vieran qué pasa realmente en cada uno de esos sitios donde instalaron retenes con el supuesto apoyo al movimiento magisterial, se podrán dar cuenta que no es solo un conflicto que se destrabara en pocos días.
