Musicoterapia y el virus del COVID-19


Markus Buehler

Vilma Ivette Rivera Abarca*

Joe Dispenza

Sin duda, la música puede ser un poderoso agente sanador. Hay muchas y diversas formas en que puede ejecutarse y ejercer una influencia benéfica sobre el cuerpo y la mente.

A medida que se realizan más estudios con la música para sanar el cerebro, más personas lo consideran un tratamiento aceptable para muchas dolencias.

Quizá, la musicoterapia o la sanación sonora serán la medicina del futuro. Cuando nuestro cerebro está procesando música, se involucran muchas funciones para la decodificación de las melodías, ritmos etc.

Hace un año, el 13 de marzo del 2020, la OMS  declaró oficialmente que estábamos en medio de una pandemia global. Los científicos alrededor del mundo comenzaron a  trabajar exhaustivamente para entender el virus que la ocasiona.

Y entre las incontables perspectivas desde las que se está analizando el SARS-CoV-2, un grupo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) eligió la música, por lo cual decidieron traducir musicalmente la estructura del virus que llegó para sacudir la realidad de este planeta.

Con el fin de familiarizarse con el SARS-CoV-2, este grupo de investigadores encabezados por Markus Buehler, ingeniero y músico, se han abocado a transformar en música uno de los elementos más distintivos en la fisiología de este virus: los picos que sobresalen alrededor de su cuerpo y que están formados por cadenas de proteínas.

Buehler y sus colegas le asignaron a cada una de estas proteínas el sonido de un instrumento (por ejemplo un koto, de la música tradicional japonesa) y luego los combinaron para finalmente generar, por medio de inteligencia artificial, una secuencia sonora. El resultado es una pieza que, paradójicamente, reconfortaacordes armónicos que incluso generan un sutil encantamiento en quien los escucha. 

Si Gustave Flaubert, escritor francés autor de la famosa novela Madame de Bovary, si aún viviera tal vez diría:

 “Ellas (las sirenas) cantan, nos llaman, las seguimos y jamás retornamos”.

 O tal vez  advertiría:

-Cuidado con la tristeza. Es un vicio-

Gustave Flaubert

Más allá de su extravagancia y su estética sonora, este ejercicio tiene también un valor científicos pues, como advierte Buehler, los detalles más minuciosos de las estructuras proteicas del SARS-CoV-2 no se pueden percibir ni siquiera utilizando sofisticados microscopios, pero sí mediante el sonido: “estas estructuras son demasiado pequeñas para la vista, pero pueden escucharse”.

Actualmente, la sanación por medio de la música es cada vez más popular en la medicina. Se observa que ayuda en el tratamiento del estrés, la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el insomnio y en casos de dolor crónico.

No sólo escuchar música sana, los investigadores afirman que también el componer o tocar un instrumento, ayuda en la recuperación de funciones cognitivas. Por ejemplo, tocar el ukulele (instrumento musical de cuatro cuerdas) mejora la coordinación motriz, entre otras funciones cerebrales como el fortalecimiento de la memoria y la  activación de las capacidades cognitivas como el procesamiento de la información abstracta.

De acuerdo con diversos estudios, la música está vinculada al habla a través del canto y el lenguaje mediante el procesamiento de letras y significado de canciones, está asociada a la rehabilitación física mediante la reproducción de la música y el ritmo, y está vinculada a la recuperación cognitiva (después de algún evento cerebro vascular, traumatismo cráneo-encefálico, afasias, anartrias, dislexia, pues casi todas las partes del cerebro se activan al escuchar o componer música.

El cerebelo procesa información proveniente de otras áreas del cerebro, médula espinal y de los receptores sensoriales con el fin de indicar el tiempo exacto para realizar movimientos coordinados y suaves del sistema músculo-esquelético.

La mente es un almacén de experiencias, sensaciones, emociones y cientos de millones de conexiones. Es cierto que el cerebro nos supera en misterio y sabiduría, pero hay algunas cosas que podemos hacer para mejorar la conexión de los pensamientos con el exterior y crear una mejor vida.

Según el neurocientífico Joe Dispenza, el tiempo en casa es una oportunidad para renovar nuestra vida, podemos ocuparnos en crear  una nueva relación con nosotros mismos.

Musicoterapia, dulce experiencia

Desde el modelo educativo de Semiologia de la Vida Cotidiana, las crisis son tiempos para crecer y acrecentar la conciencia; las herramientas son la auto observación, es a través de este proceso de auto observación como nos damos cuenta que tanto colaboro a mi favor para el mejoramiento de la calidad de mi vida también permite que nos percatamos de los tipos de pensamientos que nos gobiernan y en qué medida estoy inmerso en la queja, el parloteo (habla insulsa) o el fantaseo (cuando tenga esto o aquello entonces seré feliz)

Aunque la frase “Si estás bien por dentro, estás bien por fuera” suena como un completo cliché pero existen  factores que nos hacen pensar que esto tiene sentido.

El potencial y las habilidades están en nosotros, tan sólo es cuestión de encontrar la forma de cómo utilizarlos.

Hoy en día a pesar de vivir tiempos difíciles podemos hacer mucho por nosotros y poner al servicio de nuestra familia y comunidad otorgando la mejor versión de nuestro ser.

Si revisamos la historia encontraremos tantos momentos difíciles  por los que la humanidad se ha enfrentado y al final vemos que cada persona vive el principio de realidad desde su propia interpretación de los hechos; es decir, salimos de cada crisis siendo más fuertes psíquicamente, esto se le llama resiliencia, o debilitados, amargados, frustrados, rencorosos, en fin la lista es larga.

Solo manteniendo una actitud propositiva encontraremos rutas de salida favorable tanto a nivel personal y como participantes en la construcción de una comunidad solidaria.

Ser agradecidos con los científicos por la aportación de sus conocimientos y esfuerzos para encontrar una cura en este caso el virus desconocido del COVID, y la búsqueda de medicina alternativa  para ayudar a la humanidad. Saber que no estamos solos.

Koto instrumento musical japonés

Se sugiere no calificar  nuestras experiencias como buenas o malas, sino que darle otra perspectiva como ver todo lo que vivimos es con el propósito de hacernos mejores.

Todo es cuestión de perspectiva, a todos nos ocurren cosas a diario que podríamos catalogar de catastróficas, pero basta con unos días de introspección y meditación para entender que cualquier situación fortalece nuestro pensamiento.

Suena aventurado controlar nuestros pensamientos, incluso parecería imposible ignorar las frustraciones y problemas que se manifiestan a nuestro alrededor, pero sí lo pensamos  así: no se trata de cambiar el entorno porque siempre será igual, se trata de mirarlo desde un lugar mejor.

Cuando trabajemos en nuestro interior seguramente  ayudará a transformar lo que existe afuera.

*Lic. En Comunicación Humana y Consultora en Semiología de la Vida Cotidiana