Muchas declaraciones oficiales y pésima calidad del aire


Iván Restrepo/La Jornada

Mayo es en la historia de la ciudad de México y su área conurbada, mes crítico por la contaminación atmosférica. Funcionarios, investigadores, empresarios, organizaciones sociales y medios de comunicación mostraron el fracaso de las estrategias que, por décadas, las instancias gubernamentales han tomado para garantizar un aire limpio y la salud de 25 millones de habitantes. Además, el problema se politizó. En la Comisión Permanente del Congreso se negó que la megalópolis viviera la peor crisis ambiental. Como prueba, el senador Alejandro Encinas recordó los 400 puntos Imeca de ozono en 1992 y los 280 por partículas suspendidas en 1988. No ocurre entonces nada grave.

Sin embargo, a partir del 1º de julio sólo podrán circular en la megalópolis los autos que contaminen menos. Esto obliga a revisar 1.7 millones de unidades que obtuvieron el holograma cero de julio a diciembre de 2015. Algunos, de manera indebida. Así lo aseguró el secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la deslucida conferencia en que lo acompañó el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), y donde brillaron por su ausencia los mandatarios de las entidades que conforman la megalópolis. El director de Pemex desmintió que se importara gasolina de China, que la compra donde puede para cubrir sus necesidades energéticas. Y aseguró que la utilizada en el país es de buena calidad, lo que ponen duda los especialistas.

Igualmente se anunció que con la nueva norma de verificación vehicular tendrá la prueba anticontaminante el transporte público de la megalópolis. Se espera que también el federal, exento de pasarla gracias a la impunidad que le otorga la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Y por fin, los verificentros no serán nido de corrupción y se modernizarán. Los controlará la Semarnat, que ya ha mostrado su ineficiencia en las tareas que le corresponden. Por su parte, y luego de dos meses de silencio, el gobernador del estado de México sostuvo que esa entidad no es la que más contribuye en emisiones, como afirma el gobierno de la capital del país. Mas todos los estudios revelan que la industria, el transporte público concesionado y la corrupción en los verificentros del estado que gobierna el señor Ávila son focos rojos de contaminación.

Mayo también mostró la sapiencia de dos funcionarios: el director de la Comisión Federal de Electricidad y el titular de la Semarnat. En un texto publicado en El Financiero enumeraron las ventajas de los coches eléctricos. Pero omitieron las limitaciones para tenerlos masivamente en México: no existe la oferta suficiente de tales vehículos, tampoco la infraestructura para cargar sus baterías. Y, además, son muy caros.

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Este mes también contó con la presencia mediática de los responsables de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Para anunciar que distribuyeron 16 monitores en el Valle de México, particularmente en las zonas más afectadas por la contaminación atmosférica y así evaluar sus efectos en la salud de la población.

También aseguraron que no hay muertes relacionadas con las precontigencias recientes y tampoco en lo que va del año por mala calidad del aire. Sólo pudieron agudizarse ciertas enfermedades. Cabe preguntar a los responsables de la Cofepris si existen estadísticas epidemiológicas confiables sobre el ausentismo escolar y laboral debido a la contaminación atmosférica en la megalópolis.

Aunque no han tenido éxito con sus estrategias para garantizar un aire limpio, las autoridades anunciaron este mayo que pronto entrarán en vigor más de cien nuevas medidas. Hasta aumento en el precio de la gasolina. ¿Lograrán el efecto deseado? Al respecto, propuse establecer, sin éxito, el Hoy no respire. Arnoldo Kraus plantea en su columna en El Universalcambiar el nombre de la Ciudad de México por Ciudad Imeca. Es injusto cargar a la sede de los poderes de la Unión toda la responsabilidad por lo que padecen 25 millones de personas. Las entidades vecinas aportan mucho más a la contaminación atmosférica. ¿Por qué no mejor llamar Imecalópolis a la región más poblada del país?

Mayo, mes de declaraciones oficiales que no mejoraron la calidad del aire.

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