Migración y remesas en pandemia


Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Gabriela Rodríguez R./La Jornada

Oaxaca, entidad expulsora de migrantes

La pandemia de covid-19 dio lugar a cambios en las distintas formas de movilidad humana a todas las escalas territoriales, en particular en la migración internacional en sus múltiples componentes; y también influyó en el comportamiento global, regional y nacional de las remesas internacionales. Estos dos fenómenos han dado lugar a incorporar temas de coyuntura para la agenda de investigación estadística que el Consejo Nacional de Población, BBVA Research y Fundación BBVA han compartido para elaborar los anuarios de migración y remesas México.

El estudio de procesos sociales de gran complejidad, como la migración internacional, entrelaza distintos campos de conocimiento, actores y necesidades de información. En el contexto de la pandemia, la protección de la vida de las personas como política global ha instado a observar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso particular de la migración, las afectaciones incluyeron la postergación de desplazamientos planeados, el cierre de fronteras de los países de origen, tránsito y destino, así como la interrupción o ralentización de trámites ­migratorios.

Migrantes pese a pandemia

Puede afirmarse, sin ambigüedad, que la migración internacional, además de que evidentemente moviliza personas, familias, comunidades y esperanzas, fortalece y genera vínculos y recursos económicos, financieros y culturales. Asimismo, la migración internacional conlleva cambios demográficos de mediano y largo plazos en los países de origen y destino. Se trata de un fenómeno resiliente a escala global que, como se ha demostrado en los años de pandemia, continúa, y en algunas regiones y corredores (como el de Centroamérica-México-Estados Unidos) muestra números importantes de aseguramientos, resguardos, aprehensiones y devoluciones de personas a lo largo de toda la ruta migratoria. En la perspectiva de la coyuntura epidemiológica que hemos vivido desde 2020, la continuidad de los flujos de migrantes internacionales ha impulsado a que, desde los ámbitos de atención pública, privada y de la sociedad civil, las poblaciones migrantes encuentren espacios adecuados y un apoyo que garantice sus derechos humanos más elementales.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha estimado que el número de migrantes en el mundo se mantuvo casi sin cambios entre el 1º de marzo y el 1º de julio de 2020; lo cual significó una disminución de casi 2 millones de migrantes internacionales si se compara con el volumen proyectado o esperado entre 2019 y mediados de 2020. Se preveía también una disminución inmediata de los flujos de emigración y retorno, pero no del volumen de la población migrante que ya se encuentra viviendo en los países de destino, así como un aumento en la vulnerabilidad y riesgos de la población migrante en situación irregular, debido a su cobertura y acceso a servicios de salud, tipo de ocupaciones e ingresos.

Remesas de mexicanos en EU a México

Las previsiones del Banco Mundial en relación con la contracción en el flujo de remesas en el contexto de la pandemia tampoco se cumplieron en varias regiones y países. En lo que a México respecta, las remesas crecieron 27 por ciento entre 2020 y 2021, pasando de 40 mil 605 a 51 mil 586 millones de dólares, lo que expresa el mayor crecimiento observado en los últimos 15 años, a pesar de los efectos de la pandemia de covid-19 en los flujos migratorios.

El Anuario de migración y remesas México 2022, resultado de la colaboración técnica entre el Consejo Nacional de Población, BBVA Research y Fundación BBVA, es, por décimo año consecutivo, una obra de consulta que difunde, con objetividad y rigor técnico, información básica e indicadores sobre la dinámica del fenómeno migratorio y otras formas de movilidad humana a escala mundial, con especial énfasis en México.

Señalo algunas de las estimaciones de mayor relevancia, cuya publicación se presentó el pasado 5 de septiembre:

La ONU estima qué en 2020, el corredor migratorio México-Estados Unidos fue el principal a escala global con 3.9 por ciento de la población migrante mundial, la diáspora mexicana ocupa el segundo lugar con 11.2 millones de personas emigrantes.

El Índice de intensidad migratoria muestra que en 2020 las entidades con un muy alto grado se ubican en la región con emigración tradicional: Zacatecas, Michoacán, Nayarit y Guanajuato.

Entre los primeros 10 municipios con muy alto grado de intensidad migratoria cinco pertenecen al estado de Oaxaca.

En el periodo de 2015 a 2020, 15.2 por ciento de la población emigrante mexicana se dirigió a un país diferente de Estados Unidos: principalmente hacia Canadá, con 34 mil 739 emigrantes; España, 16 mil 391; Alemania, 8 mil 862; Francia, 6 mil 282, y Reino Unido, 5 mil 166 mexicanos.

La población de retorno ascendió a 319 mil 183 personas, de las cuales 89.6 por ciento regresaron de Estados Unidos.

El costo del coyote para la población en tránsito por México llega hasta 9 mil 600 dólares.

Tomando en cuenta el descenso en las tasas de fecundidad y el envejecimiento de las poblaciones en países con economías altas y medias, es posible que la movilidad humana, en especial la internacional, se convierta en el fenómeno demográfico más dinámico de las próximas décadas.

*Secretaria general del Consejo ­Nacional de Población

Twitter: Gabrielarodr108