Amenazas del estado islámico contra el país deben tomarse en serio
Ari Salgueiro
¿Es necesario que México se blinde contra posibles ataques terroristas? ¿Se debe dar por creíble la amenaza que supuestamente lanzó en redes sociales la organización terrorista Estado islámico contra los países occidentales? los cuales, asegura, son enemigos o colaboradores de ellos, entre los que, por supuesto, esta emboletado nuestro país.
Para algunos suena a chunga que el Estado Islámico señale a México como un posible blanco para sus ataques terroristas, los memes en las redes sociales se dispararon con un sonoro cotorreo, los numerosos usuarios de redes sociales, esa invisible y poderosa masa virtual tomaron el asunto como una verdadera fiesta y el pitorreo no se hizo esperar.
¿Pero realmente el tema debe tomarse tan a la ligera? Yo creo que no.
Sin duda México no es un objetivo primario, pero si podría ser una segunda opción de ataques.
RAZONES POR LAS QUE PODRÍAN ATACARNOS
¿Por qué? Por una razón simple, aun cuando México no entra en el paquete de países aliados para combatir, si entra entre los países estratégicos por ser exportadores petroleros.
El conflicto con el Estado Islámico es una nueva modalidad de guerra, hecho que los terroristas islámicos han asumido perfectamente bien y por lo tanto han ampliado sus objetivos para buscar terminar con los suministros de los países involucrados directamente en los combates.
Por eso no creo que sea conveniente tomar a guasa la advertencia de los extremistas islámicos, que lo que menos quieren es hacer bromitas o que se les tome como algo chistoso.
DESMADRE Y CHUNGA COMO FORMA DE VIDA
Desafortunadamente, los mexicanos tenemos una rara inclinación al desmadre y trivializamos casi todo y ahora más cuando nuestras chistosadas pueden convertirnos, aunque sea por un ratito en estrellas de las redes sociales.
Sin embargo, el gobierno Federal, afortunadamente, ha actuado con mayor inteligencia y madurez y ha dado a conocer que, aun sin que se convierta en una alerta roja, se tomaran medidas para reforzar la seguridad en aeropuertos y fronteras.
El tema sin duda invita a la reflexión, sobre todo en lo referente a la forma de actuar ante emergencias.
Aun cuando hemos enfrentado muchas veces emergencias y hemos salido adelante con pulcritud, realmente nunca hemos tenido que responder a un problema de terrorismo.
Si hemos tenido petardazos y hasta explosiones, como fueron aquellas del 15 de septiembre de 2008 en Morelia, Michoacán, pero emergencias de gran envergadura no.
Y si, los mexicanos no nos rompemos, podemos doblarnos, pero no nos rompemos, siempre hemos tenido los arrestos para enfrentar emergencias de manera solidaria y coordinada.
Para no ir más lejos sólo hay que recordar la respuesta que se dio ante los terremotos de 1985; la organización y el sacrificio demostrado asombro y sirvió de lección al mundo.
Pero, paradójicamente eso se logró gracias a que no existían las famosas redes sociales y las organizaciones no gubernamentales eran eso, organizaciones ajenas al gobierno que luchaban por objetivos bien definidos.
Pero ahora, que las redes sociales se han convertido en un verdadero enjambre y que las organizaciones sociales han alcanzado un poder inusitado, el poder de la verdadera unidad social ha mermado en forma dramática.
Ahora más que nunca se aprecian las divisiones entre dos grupos claramente definidos.
Por una parte un grupo que pugna por la defensa de las instituciones y uno también muy bien definido que está en contra de todo lo que huela a gobierno Federal.
Esta división ha llevado a México a situaciones tan desquiciadas como la de que exista una campaña para culpar al gobierno Federal de todos los males que aquejan al país, incluida la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, hecho que ha marcado un antes y un después en la historia de México.
LAS GRANDES DIFERENCIAS
¡Imagínese usted que lo ocurrido en París hubiera pasado en México¡ La cosa sería muy distinta, para empezar no se hubiera podido realizar el operativo en el que un día después fue abatido el cerebro de los ataques, pues la CNDH se hubiera convertido en un verdadero escollo para las operaciones.
Y ni se diga sobre las investigaciones, en estos momentos todavía estaríamos formando comisiones para definir que instituciones deberían participar en la evaluación de los daños y pérdidas y ya después veríamos lo de las investigaciones.
¡Así somos los mexicanos!
