Mario Sánchez, protegido de Roberto Calleja, ahora ofrece obras falsas de Picasso y Botero


Obra de Pablo Picasso
  • El bar Nuevo León en la colonia Condesa, es el lugar de reunión; todos los miércoles se reúnen para el dominó
  • También asisten empresarios que mantienen estrecha amistad con David López, ex vocero de E. Peña Nieto

Carlos Velasco M.

La muerte de Pablo Escobar; autor F . Botero

Ahora, Mario Sánchez, gracias a la “protección” y a la impunidad en se mueve en el Bar Nuevo León de la colonia Condesa, la cual le otorga Roberto Calleja, platican los que saben que anda ofreciendo imitaciones de obras del pintor español Pablo Picasso y del artista colombiano Fernando Botero; de Mario Sánchez y Roberto Calleja, hay más:

En los corrillos que se forman en el bar mencionado, lugar de reunión para pasar el tiempo jugando dominó y a la que asisten personajes como David López, ex jefe de prensa de Peña Nieto, así como empresarios de diversos ramos, no se explican cómo es aceptado el hampón Sánchez y, tampoco se imaginan el por qué es protegido de Roberto Calleja, a la vez protegido por David López.

Si quiere conocer a estos personajes, basta darse una vuelta por el bar Nuevo León, específicamente los días miércoles a partir de las 14 horas, cuando empieza la jugada de dominó y el convivio con ese tipo de sujetos.

Pero, vamos a la denuncia pública:

Como lo hice público hace algunos meses, en esta ocasión reiteramos la denuncia del fraude cometido por Mario Sánchez, propietario de una galería de arte que, “extrañamente”, nadie sabe cómo se llama.

Pero, vamos por partes:

1).- Al presentarse como vendedor de obras de arte, lejos de entregar una tarjeta de presentación, hace gala de sus relaciones laborales en Comunicación Social de la presidencia de Enrique Peña Nieto, pero sobre todo personales, con David López y Roberto Calleja a quienes, marca vía celular, mientras cierra algún “negocio” de compra-venta de este tipo.

2).- Como director del semanario El Correo de Oaxaca, desde hace varias semanas a la fecha, hemos publicado en la contraportada la foto de Mario Sánchez, denunciándolo como defraudador y traficante de obras de arte falsas de David Alfaro Siqueiros.

3).- Ante ello, el lunes 18 de diciembre del 2023, alguien me hizo llegar un whatsapp que Roberto Calleja envió a sus amigos para aclarar que nada tiene qué ver con Mario Sánchez; el texto de Calleja, entre otras, cosas, argumenta y esgrime las viejas artimañas de los jefes de prensa que se pensaban dueños de la verdad absoluta a través de sus boletines.

Las siguientes  frases, son parte de la defensa a ultranza que un cómplice, perdón, un amigo, realiza  de su ex empleado:

“Es un viejo pleito (…) que trae el periodista con nuestro amigo Mario Sánchez, quien tiene una galería de arte, por la venta presuntamente fraudulenta, de un falso Tamayo (es un Siqueiros o ¿también vende, presuntamente, Tamayos falsos?). Eso quizá conformaría un delito de fraude (acepta que tiene un amigo de ese talante), más no de tráfico de arte. La inclusión de nuestras fotos (con David López) puede tener por objeto que presionemos a Mario para que devuelva el dinero. Pero repito, somos totalmente ajenos”.

4).- Con todo respeto, señor Calleja, aquí prevalece la duda razonable de lo que usted afirma al cerrar la “aclaración” solamente para sus amigos, porque tiene pleno conocimiento de la venta “presuntamente fraudulenta de un falso Tamayo” de “nuestro amigo” (así lo tiene catalogado), además usted mismo reconoce que esta compra-venta “conformaría un delito de fraude y no de tráfico de arte”.

5).- El mismo hecho de defender a su amigo Mario Sánchez, así como de reconocer que realiza actos fraudulentos al vender obras de arte de David Alfaro Siquieros y, posiblemente, de Rufino Tamayo, Roberto Calleja cae en cierta complicidad, porque practica el encubrimiento de una serie de acciones ilícitas y, más aún, no pone tierra de por medio de esa amistad de la cual, en su aclaración a sus amigos, hace gala de sentirse orgulloso de la misma.

5.- Sobre la inclusión de sus fotografías en la contraportada de El Correo de Oaxaca (la suya y la del señor David López), es por la  sencilla razón que su amigo Mario Sánchez, al iniciar el contacto para realizar sus negocios, lo primero que hace es practicar un sui géneris tráfico de influencias sin estar en el poder, práctica de la cual el menos responsable es su servidor.

6).- Con la frase que utiliza Calleja al referirse a Mario Sánchez (“nuestro amigo”), caemos en la cuenta que saben a qué se dedica y, por cierto, sería más que suficiente para alejarlo de su círculo cercano… ¿Un ujier puede convertirse en amigo de mucha confianza del patrón?, preguntamos y al mismo tiempo concluimos que con toda esa confianza que se profesan unos y otros, están en una posición de exigir que Sánchez le ponga un freno a sus fraudes y que devuelva lo robado.

7.- Ese mismo 18 de diciembre, nos reenviaron otro mensaje que vía whatsapp le mandaron a Roberto Calleja, quien suponemos, reenvió en varias ocasiones para que sus amigos tengan conocimiento de los apoyos, amigos y las influencias con que cuenta.

El texto, amenazante, dice lo siguiente: (Roberto) “no eres ajeno a esta situación sino que yo estoy a tus órdenes para darle en la madre a este regrandísimo hijo. A ti no te toca nadie, pus “faltaba más”.

Según el reenvío de Roberto Calleja a sus amigos de Whatsapp, las palabras solidarias y amenazantes en mí contra, provienen del señor Manuel Mondragón y Kalb.

Aquí podríamos hablar de otra duda razonable, porque en nuestra larga carrera periodística no lo conocimos y, por otros colegas, estamos ciertos que no asumiría actitudes de semejante violencia verbal y menos física, como lo refleja el texto anterior.

Pero, de ser cierto el whatsapp que presume Roberto Calleja, si nos llega a ocurrir un asalto, un accidente vial o sufrir otro tipo de acción violenta, el texto podría tener una gran certeza.

Para concluir esta respuesta a Roberto Calleja, es indispensable una reflexión: es inverosímil que a estas alturas de la vida política y social de México, que todavía muchos consideren ingenuamente que aún padecemos los tiempos de los intocables y no, precisamente, del grupo del agente norteamericano convertido en leyenda, Eliot Ness.

Dicen los que saben que, en algunos casos, son más fuertes las complicidades que las amistades.