Los conspiradores del Four Seasons


Heliodoro Díaz Escárraga

*El Yoyo, bateado

Tomás Ezequiel Toledo

Olga Sánchez Cordero

Heliodoro Díaz Escárraga es -cómo olvidarlo- uno de los ex principales colaboradores de Ulises Ruiz Ortiz, acusados de delitos de lesa humanidad, desapariciones forzadas, torturas, de operar y organizar las denominadas caravanas de la muerte -una de estas células las operaba Elpidio Concha Arellano – y represión entre los años 2006 y 2007, durante la persecución al magisterio y la sociedad civil, que terminó con decenas de muertos y desaparecidos.

Aún con esa estela de muerte, el gobierno de la Cuarta Transformación, sí, el que está empeñado en dejar atrás la tortura y supuestamente perseguir los delitos del pasado -la subsecretaría de Alejandro Encinas se supone que está enfocada en ese rubro-, lo designó  delegado de la Secretaría de Gobernación en Oaxaca.

Se trata de un personaje polémico, por decir lo menos, y a pesar de que en el estado no es bien querido por un amplio sector de la sociedad, la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, le había encargado -oh, ironía-, trabajar “por la unidad del estado”.

Su designación duró, tanto o menos, que el del ex senador panista Javier Lozano como vocero de los patrones, otro nombramiento que también desató una tormenta en las denominadas redes sociales.

El Yoyo ha sido, como su jefe político Ulises Ruiz Ortiz, ave de tempestades. Fan de la mano dura, al igual que su antecesor en la oficina de Gobierno en la administración de Ruiz Ortiz, Jorge Franco malamente conocido como El Chucky.

Heliodoro, que venía de ser presidente de la mesa directiva de la cámara de Diputados en el sexenio de Vicente Fox –cargo que le facilitó regalarle un automóvil nuevo a una reportera-, siguió los pasos de Jorge Franco en el abuso del poder contra los maestros y la sociedad civil organizada para defenderse de la represión de Ulises Ruiz.

Hasta ahora, el ex diputado federal -como todos los ex colaboradores de URO- han librado el juicio penal, pero no el de la historia. Que, como dice la canción de Café Quijano: “Lo malo que tiene el pasado es que nunca lo puedes negar”.

Lo increíble es que en las oficinas de Bucareli donde despacha la ex ministra Olga Sánchez Cordero como titular de Gobernación, no sepan el talante de Heliodoro Díaz y hayan pensado en él como su representante político en Oaxaca.

Ulises Ruiz Ortiz

Más resulta que, como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en retiro, Sánchez Cordero no sepa quién es y cómo se comportó Díaz Escárraga en el pasado reciente.

Y, en el caso extremo de que no, Gobernación es una de las principales oficinas de inteligencia del país y algún funcionario caritativo bien podría haberle acercado a esta fichita.

El nombramiento de Díaz Escárraga se anunció el 29 de abril pasado y, ese mismo día, terminó sin cargo ese ex funcionario de Ruiz Ortiz.

La historia es de asombro. Hecha la designación, diputados federales y locales de Oaxaca por Morena se pronunciaron, en una carta dirigida a Sánchez Cordero, en contra de que este personaje, “envuelto en escándalos de derroche y corrupción”, fuera el elegido de la Cuarta Transformación para garantizar la unidad del estado de Oaxaca.

La carta del 29 de abril se difundió a profusión y los diputados de la bancada de Morena de la legislatura estatal, firmaron un punto de acuerdo, que en su parte central plantea de Heliodoro Diaz: “un personaje que debe ser juzgado por la represión gubernamental al movimiento social en Oaxaca mediante violaciones graves a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, como detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales”.

Gobernación debe conocer que la defensoría de los derechos humanos del estado incluso presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, donde se documentó la estela de muerte y persecución cometida en el tiempo en que este político fue el encargado de la oficina de Gobierno al mando de Ulises Ruiz.

En la carta que los diputados federales por Oaxaca le enviaron a la ex ministra, se considera el nombramiento como “una grave afrenta al pueblo de Oaxaca, porque ofende la memoria histórica de los oaxaqueños que hemos vivido la represión, asesinato, opresión, tortura, persecución y encarcelamiento injustamente, en especial durante 2006 y 2007”.

También alegaron qué tal designación contraviene los principios de la transformación que plantea el presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de la corrupción y el derroche de recursos.

Elpidio Concha Arellano

Y por lo tanto hicieron “un llamado enérgico a la secretaria de Gobernación y a su titular, la ex ministra Olga Sánchez Cordero a rectificar y desistir de este nombramiento que de ninguna manera contribuye a fortalecer el gran trabajo que el gobierno de México viene realizando en nuestra entidad, y,  por el contrario, mina la confianza y credibilidad de cientos de miles de oaxaqueños que en 2018 votamos por un cambio verdadero”.

Incluso anticiparon protestas.

La respuesta llegó pronto.

Según un comunicado, Gobernación fue el propio Díaz Escárraga el que “desistió voluntariamente a participar por la unidad del estado de Oaxaca”.

Si se cree esa versión estaríamos ante el escenario de que El Yoyó sufrió un repentino ataque de moralidad y decencia política que no le hemos conocido en todos sus años de inmoral desempeño público.

Y que, de no haber sido por esa luz que iluminó su camino, Gobernación habría insistido en su nombramiento, muy a pesar del punto de acuerdo de los diputados en la Legislatura estatal y de la advertencia de movilizaciones por parte de los legisladores federales.

Jorge Franco Vargas

En su comunicado, de la misma tarde del 29 de abril, Gobernación informó que tras la “declinación” de Diaz Escárraga optó por asignar como representante al coordinador de los diputados del PT en Oaxaca, José de Jesús Romero López, un personaje que viene del PRD en los tiempos de Gabino Cué Monteagudo, quien ya sabemos cómo traicionó a López Obrador.

El caso de Heliodoro no es el único, pero sí uno de los más escandalosos de cómo los emisarios del pasado ulisista se mantienen en cargos públicos.

Como los gatos: cuando caen, caen parados.

Ahí está José Antonio Hernández Fraguas, representante del gobierno de Oaxaca en México -donde el ex reportero Jorge Teherán presume que trabaja-, como si sus propios escándalos, como el de la crisis de la basura en la capital ya fueran cosa del olvido.

O Héctor Pablo Ramírez Puga, ahora titular de la Comisión Estatal del Agua; y Antonio Amaro, ahora director de protección civil; o Jorge Luis Toledo, secretario General de Gobierno ulisista y quien fue dirigente estatal del PRI, cuando el partido perdió la hegemonía en 2010 y ahora es responsable de Comité Estatal de Planeación para el Desarrollo de Oaxaca, Coplade; o Alejandro Avilés, coordinador de la bancada priísta en el congreso local, y para no ir más lejos, Samuel Gurrión Matías, secretario de Ecología, una de cuyas frases más célebres cuando llegó al cargo es: “no estoy aquí por un salario”.

Con la fortuna inexplicable del Corporativo Gurrión, las gasolinerías y el supermercado que le destapó Reporte Índigo, el sueldo de secretario ha de ser para los chicles.

Todos tienen, además, algo en común.

Todos conspiraban contra la candidatura del ahora gobernador del estado, Alejandro Murat Hinojosa, en tertulias que armaban, entre 2015, 2016 y 2017, en el lujoso hotel Four Seasons de la Ciudad de México.