¡Locura! ¿Hacia dónde va el PRD?


Incertidumbre más que confianza genera llegada de Basave al partido del Sol Azteca.

Sólo es una estrategia de “Los Chuchos” para conservar el poder, aseguran analistas.

Ari Salgueiro

¿Qué va a pasar en el PRD ahora que Nueva Izquierda o los famosos Chuchos, cedan el control del partido?

En primer lugar, es prácticamente un hecho que ese partido se convierta en una autentica “cena de negros”, pues las numerosas tribus verán la ocasión más que idónea para buscar mejorar su estatus partidario, conseguir alguna secretaría interna y de paso tener acceso a los recursos que nosotros, buenamente, los llamados ciudadanos, aportamos para la vida diaria de esa cosa llamada partido.

Como siempre, la cúpula, los jefes, los que organizan y negocian, léase, Navarrete, Zambrano, Barbosa, Amalia… etcétera ya se pusieron de acuerdo y decidieron que el nuevo dirigente de ese partido sea Agustín Basave.

 

¿GRANDES DECISIONES?

Si, leyó bien, Basave, el hombre cercano a Luis Donaldo Colosio, que tras la muerte del candidato priista se refugió en la academia, será quien dirija los destinos del perredismo en una etapa en la que se definirá si sobrevive como partido político o corre la misma suerte que su antes secuaz, el Partido del Trabajo o el infumable Partido Humanista.

No se si los perredistas son unos verdaderos genios, cuya visión va más allá de lo evidente o simplemente, luego de tantos problemas por los que han atravesado en los últimos meses definitivamente ya perdieron el juicio.

Porque es una verdadera locura pensar que un colosista va a tener una varita mágica, tipo Harry Potter, para terminar con las históricas diferencias entre las tribus de ese partido y generar una unidad que ni siquiera figuras como Cuauhtémoc Cárdenas o Andrés Manuel López Obrador fueron capaces de lograr en su tiempo.

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PERMANENCIA DE LOS “CHUCHOS”

Dicen algunos que esta es una jugada de Los Chuchos para mantener un control a distancia, pues es un hecho que la única corriente perredista que tiene una base territorial trabajada y más o menos seria es Nueva Izquierda.

Sin embargo, ni eso les valdrá a Los Chuchos, pues hasta en su misma corriente las fracturas son notorias ya.

El PRD está dando patadas de ahogado, de ser la segunda fuerza electoral en el país ha pasado a ser una pseudoizquierda testimonial rancia y raquítica que, en poco tiempo, será fácilmente rebasada por Morena, la pujante organización de López Obrador, que con poco esfuerzo logro arrebatarle el control del Distrito Federal, el cual parecía el bastión invencible del perredismo y amenaza con, en poco tiempo relegarlo en el Congreso.

Ante este gris panorama, y las delirantes decisiones que toman los dirigentes de ese partido es innegable que el fin está cada vez más cerca y que no se ve a nadie en el panorama, mucho menos el ex priista Agustín Basave como la salvación de un partido que muere de nada.

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SÓLIDA TRAYECTORIA DE AGUSTÍN BASAVE

Hay que decir que Basave no es un don nadie, claro que no, solo hay que ver sus logros, pues es doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, Inglaterra; es maestro en Administración Pública y Políticas Públicas en la Universidad de Purdue, Estados Unidos, y licenciado en Sistemas de Computación Administrativa del Tecnológico de Monterrey.

Además, ha sido catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y director fundador del Departamento de Ciencia Política del ITESM-CCM; y luego de ser invitado como académico distinguido, fue designado director de Posgrado de la Universidad Iberoamericana, y posteriormente jefe de la Oficina de Vinculación y Relaciones Externas.

Gran académico sin duda, pero su experiencia política es muy exigua, sobre todo cuando se trata de dirigir a un partido desahuciado y agónico.

Basave, luego de la muerte de Colosio fue parte del Grupo San Ángel de donde pasó a ser director General de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación con Ernesto Zedillo, en cuya administración también ocupo la presidencia de la Fundación Colosio y de la Corriente Renovadora del PRI, para terminar en la Comisión de Estudios para la Reforma del Estado.

Con Vicente Fox fue embajador de México en Irlanda y a su regreso busco acercamientos sin mucho éxito con Andrés Manuel López Obrador.

Aunque eso si hay que aplaudirle el entusiasmo pues cuando se anunció su postulación para dirigir al PRD dijo: “Pienso embarcarme en la tormenta por la que cruza el PRD… embarcarse cuando las aguas están tranquilas y el viento sopla a favor, no tiene mérito. Subirse al barco cuando hay tormenta puede ser la diferencia. Yo me voy a embarcar ahora que hay tormenta y tormenta fuerte”.

A ver si no sale empapado.