Lance Armstrong reconoce que se dopó y pide perdón


Oprah Winfrey, en entrevista, al momento de escuchar la confesión de Lance Armstrong

Fue en una entrevista televisiva ocurrida el 14 de enero de 2013…

  • Reconoce que no sentía que hiciera algo malo, ni consideraba que hacía trampas
  • El tejano admite que se dopaba hasta 2005, pero niega haberlo hecho tras su regreso en 2009
  • Según su propia confesión, Armstrong reconoce que se dopó durante 15 años; desde 1990 hasta el 2005
  • Lo despojaron de todos los triunfos obtenidos, incluidas las siete victorias consecutivas del Tour de Francia

La Vanguardia/as.es/Agencias

 

LA CONFESIÓN A OPRAH WINFREY

La esperadísima y exclusiva entrevista de Lance Armstrong con Oprah Winfrey vino a estallar como una confesión en toda regla. De entrada, Lance admitió sin tapujos y con cuatro ‘síes’ llenos de contundencia haber tomado EPO, cortisona, testosterona y Hormona del Crecimiento (HGH) durante cada una de las siete ediciones del Tour de Francia que conquistó entre 1999 y 2005. Según el ex ciclista, todo empezó “con cortisona, a mediados de los 90”.

Más adelante, Armstrong matizó:

“2005 fue la última vez que crucé la línea. Aquí está la parte del informe de la USADA (Agencia AntiDopaje de EE UU) con la que no puedo estar de acuerdo y me pone triste. Después de reaparecer, en 2009 y 10, yo nunca tomé nada”.

Oprah Winfrey, preguntó a Armstrong “si hubiera sido posible” ganar los siete Tours sin haber recurrido al dopaje. “No”, replicó Lance rotundamente, antes de agregar que “todo se ha tratado de una gran mentira que resultó bastante perfecta durante mucho tiempo”.

“El cuento de hadas no era cierto”, fue el resumen de este pronunciamiento inicial, cuando las redes sociales ya se conmocionaban. Oleadas de tuits caían a centenares en proceso de pocos minutos, con apabullante mayoría de reacciones indignadas entre los ‘tuiteros’ de EE UU.

“Lo controlaba todo… pero la realidad es que no tuve acceso a más (dopaje) que los otros”, dijo Lance a Oprah, antes de soltar una frase demoledora: “La cultura era la que era… podía haber cinco que no lo hacían… esos cinco son los héroes”. En ese contexto, Armstrong negó otra de las afirmaciones de la USADA: “No es cierto que nuestro programa (de dopaje) fuese más grande y sofisticado que el de la RDA. Era profesional e inteligente, pero muy conservador… todo lo que yo necesitaba era el oxígeno y eso ya se conseguía con EPO y testosterona”.

Armstrong dejó claro que “trataba de controlarlo todo… aunque nunca despedí a nadie por no doparse: tampoco a Christian Vandevelde. Aunque ahora no sea la persona más creíble, yo trataba de liderar con el ejemplo”, contó Armstrong, que también sentenció: “Nunca di positivo en un control, sólo en aquella muestra de EPO de 1999, y con efecto retroactivo.

Pero hoy han cambiado dos cosas desde aquellos tiempos: “los controles fuera de la competición y el pasaporte biológico”.

EL ÁNGEL LANCE, UN “HÉROE CAÍDO

La omertà, la ley del silencio, se ha roto y el ángel ha caído. El que todos pensábamos que era un héroe, es un villano más. No había magia, era un truco. Ahora ya sólo es un espejismo, un recuerdo y la herida del ciclismo sangra abundantemente otra vez cuando parecía que empezaba a cicatrizar. Lance Armstrong, el que fuera el mejor ciclista de todos los tiempos en las grandes vueltas, “no era verdad”, tal y como él mismo ha admitido en la primera parte de su entrevista con Oprah Winfrey.

Se confirman las filtraciones de la entrevista que tuvo lugar el pasado lunes. El tejano se dopó desde mediados de los 90 hasta 2005, cuando se retiró por primera vez. Las acusaciones de dopaje que se cernían sobre el que fuera campeón del Tour de Francia en siete ocasiones consecutivas -hasta que fue despojado de ellos en octubre de 2012- eran ciertas.

No había sueño americano, tampoco pesadilla. Es la realidad.

El norteamericano no sólo había logrado ganar siete Tours de Francia consecutivos, lo había hecho después de otra gesta: vencer al cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con él. Su triunfo era doble.

Durante la entrevista se le veía frágil, incómodo, a ratos nervioso y vulnerable. Muy pocas veces en carrera se comportó así. Se ha vuelto a ver al Armstrong de la primera etapa alpina del Tour de Francia 2010. El Col de la Ramaz era su rancho de Texas.

Armstrong ha vuelto a entrar cabizbajo en la meta de Morzine-Avoriaz junto a Chavanel -vestido de amarillo- a 11 minutos y 45 segundos de la cabeza de carrera y de los demás favoritos, viendo cómo se diluían sus sueños y volaban sus aspiraciones. «El Tour ha terminado pero voy a seguir resistiendo», dijo en aquella ocasión.

Toda su vida deportiva en entredicho..

LA REDENCIÓN SE SE VENDE MUY CARA

Según sus propias palabras, es la segunda vez en la vida en que todo escapa a su control. La primera vez fue el cáncer, y ya venció. Esta vez lo tiene mucho más difícil. La rendención se vende muy cara.

No obstante, el ex ciclista del US Postal, que ha sido acusado de hacer trampas durante estos años por varios ex compañeros, ha negado doparse cuando volvió a competir en 2009 y ha dicho sentirse muy decepcionado por esa parte del informe de la USADA. «Crucé la línea por última vez en 2005», ha apuntado. Aquel año volvió a competir después de estar tres años en el dique seco y aun con todo quedó tercero en la ronda gala. En aquella edición el campeón fue su compañero de equipo, Alberto Contador; con polémica incluida.

El americano ha explicado que se dopaba con EPO, que se había hecho autotransfusiones de sangre -incluso en plena competición, cómo afirma Tyler Hamilton en su libro- y también tomaba hormonas como la testosterona. Esa era su fórmula secreta. Lance Armstrong cree que era imposible ganar los siete Tours consecutivos sin doparse, al menos en su época, y es que el ciclista americano compitió durante la década negra del ciclismo, 1995-2005. Todos sus acompañantes en los podios de París se vieron involucrados en tramas de dopaje, e incluso algunos fueron sancionados. Todos menos uno: Fernando Escartín.

Por otra parte, ha puesto en duda que el sistema del US Postal, equipo en el que militaba, fuera el «el más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje que el deporte jamás ha visto», tal y como se aseguraba en el mencionado informe de la USADA. «Era profesional, sin duda, y muy inteligente, pero era muy conservador», apostillaba al respecto.

El americano cree que los programas de dopaje de Alemania del Este en los 70 y 80 eran mejores.

Asimismo, ha remarcado que él «no tenía acceso a nada a lo que los demás no tuvieran», y ha exculpado al polémico médico italiano Michele Ferrari.

Lance, ha revelado que nunca tuvo miedo a que pillaran y que creía ya se «había librado». Lo más sorprendente, ha sido que no sentía remordimientos por lo que hacía, no creía que fuera nada malo y consideraba que no hacía trampa.

El tejano ha hecho un guiño al actual sistema antidopaje de la UCI -pese a declararse poco afín a dicha institución- y el pasaporte biológico, instaurado en 2008, aduciendo que en su época sólo tenían que estar «limpios» en carrera. No había controles por sorpresa, ni durante los entrenamientos.

“NO INVENTÉ EL DOPAJE; NO HICE NADA POR DETENERLO”

En varias ocasiones se ha mostrado arrepentido y ha evitado en todo momento las justificaciones y las excusas: «No hay una verdadera justificación para todo lo que hacía». «Yo no inventé la cultura del dopaje, pero tampoco traté de detenerla. Ahora el deporte lo está pagando», se lamentaba el ex ciclista, que ha querido remarcar que ama el ciclismo.

El americano ha evitado entrar en polémica con otros ciclistas y se ha negado a hablar en algunos casos de algunos de los que le acusaron. «No quiero acusar a nadie más. Estoy aquí para reconocer lo que hice y pedir perdón», añadía.

El gran mentiroso, dicen en Estados Unidos

YO QUERÍA CONTROLAR TODO: LANCE ARMSTRONG

Armstrong, ha negado que él obligara a doparse a sus compañeros, aunque ha reconocido que podían verse coaccionados; y que él intimidaba a sus compañeros, porque era el líder y quería controlar todo.

Él no esperaba que sus compañeros se doparan, sólo que rindieran y ha asegurado que había compañeros que no se dopaban. Además, ha dejado claro que él podría haber hecho que despidieran a alguien, pero nunca lo hizo, en referencia a las acusaciones de Vandevelde. «Es un buen chico y no tengo nada contra él», ha comentado desenfadado.

EL EXCESO, ES UN VICIO, LA VIRTUD, ES EL PUNTO MEDIO

Aristóteles dejó claro que el exceso es un vicio y la virtud se haya en el punto medio. Armstrong es consciente de ello y ha achacado el dopaje a sus ansias de ganar. «Siempre fui un luchador. Era competitivo antes del cáncer, pero después mucho más. Hacía lo que fuera por sobrevivir y llevé esa actitud al ciclismo. El exceso es un defecto», ha explicado.

Al final de la primera parte de la entrevista con Oprah Winfrey, ha dicho que se ve como alguien que era arrogante, y que la actitud que mostraba sobre la bicicleta también la mostraba en otras facetas de su vida. «Estoy pagando y así debe ser. Lo merezco», sentenciaba con sentimiento de culpa el americano, que ha dejado una puerta entreabierta a la colaboración con la lucha contra el dopaje en el futuro.

El tejano busca la indulgencia con gestos como esta entrevista, pero todavía hay demasiadas cosas que no se saben. Él mismo se lamentaba: «Sé que no soy la persona más creíble del mundo».

El triunfo y el dopaje de la mano de Lance Armstrong

CONSECUENCIAS DE LAS TRAMPAS COMETIDAS

La agencia antidopaje de Estados Unidos suspenderá de por vida al ciclista Lance Armstrong y lo despojará de sus siete títulos del Tour de Francia por dopaje, dijo el jueves Travis Tygart, presidente de la agencia.

Lance Armstrong no volverá a pedalear en una competición oficial y será desposeído de todos sus títulos desde agosto de 1998, incluidos sus siete Tours de Francia. Así lo ha anunciado la agencia antidopaje de Estados Unidos después de que el ciclista tejano anunciara que no ejercería su derecho a recurrir los cargos que se le imputan desde mediados de junio.

Armstrong había intentado sin éxito recurrir la decisión de la agencia ante un tribunal ordinario y ahora le quedaba la opción de invocar el arbitraje de una comisión independiente. Pero el ciclista aseguró este jueves que prefería no seguir adelante con el proceso porque se había cansado de luchar. “Llega un momento en la vida de un hombre en el que uno dice que ya está bien”, explicó Armstrong en un comunicado difundido desde su domicilio de Austin. .“He estado soportando estas acusaciones de que hice trampas y competí con ventaja cuando gané mis siete Tours desde 1999 y el peaje que esto ha supuesto para mi familia y para el trabajo de mi fundación me lleva ahora donde estoy hoy: a terminar con esta tontería”, explica el ciclista tejano, que describe la investigación como “una caza de brujas inconstitucional” y sigue defendiendo su inocencia.

La renuncia a recurrir propiciará la suspensión de por vida de Armstrong y es el primer paso para desposeerle de sus siete Tours. A partir de ahora deberán pronunciarse los responsables de la Unión Ciclista Internacional, que hasta ahora había respaldado al ciclista tejano en su decisión de desafiar a la agencia antidopaje, y los organizadores de la carrera francesa, que han mantenido una relación muy turbulenta con el ciclista durante estos años.

Pero el código mundial antidopaje es inequívoco: a Armstrong se le deberían quitar sus siete Tours, el bronce de los Juegos Olímpicos de Sídney y todos los demás títulos que ganó desde agosto de 1998. También se le debería apartar para siempre de la competición. Una prohibición que incluye cualquier responsabilidad oficial como entrenador o representante en cualquier deporte olímpico.“Es un día triste para quienes amamos el deporte y a los deportistas”, decía este jueves el responsable de la agencia, Travis Tygart. “Éste es un ejemplo de un triunfo a cualquier precio y demuestra que quien engaña para ganar nunca tiene éxito”.Armstrong asegura que su decisión no es un acto de contrición sino una negativa a entrar en un proceso de arbitraje que considera indigno y contrario a la justicia: “La agencia antidopaje no puede controlar un deporte profesional e intentar quitarme siete Tours de Francia. Yo sé cómo gané esos siete Tours, mis compañeros saben cómo lo hice y todos con los ciclistas con los que competí también lo saben”.

Un triunfo más bajo sospecha

PRINCIPIO DEL FIN DE UN FALSO HÉROE

El anuncio supone el principio del fin del mito del deportista que se repuso de un cáncer testicular para convertirse en el mejor ciclista de todos los tiempos. La agencia acusa a Armstrong de potenciar su rendimiento con varias sustancias desde el año 1996 y de encubrir luego el dopaje a base de disimulos y amenazas.

El tejano tiene 40 años y se retiró del ciclismo profesional el año pasado sin haber recibido una sola sanción. Un detalle que Armstrong menciona a menudo como la prueba de que las acusaciones que afronta son el fruto de una conspiración. A principios de febrero, la fiscalía californiana dio carpetazo a un proceso penal contra el ciclista por el uso de sustancias prohibidas.

Pero el final de aquella investigación judicial fue el pistoletazo de salida del expediente de la agencia antidopaje, que anunció a mediados de junio (vistos los testimonios) que se proponía actuar contra Armstrong y contra otras cinco personas de su entorno por potenciar y encubrir el uso de sustancias prohibidas durante la competición.

La agencia anunció entonces su decisión en una misiva de 15 páginas cuyos destinatarios fueron Amstrong y cinco personas de su entorno: el director belga Johan Bruyneel, el siniestro doctor italiano Michele Ferrari y los españoles Pepe Martí, Pedro Celaya y Luis García del Moral. A todos se les imputaba por posesión, tráfico y administración de sustancias prohibidas y las autoridades recomendaban imponerles una sanción superior a la habitual por existir agravantes de su actuación.

Armstrong denunció a la agencia ante un tribunal ordinario en un intento de bloquear el caso y recibió el respaldo de la UCI.

Pero un juez archivó el caso este lunes y le dio la razón a los responsables de la agencia aun cuestionando los motivos de su investigación.

Este jueves el ciclista tiró la toalla diciendo que se había cansado de responder por acusaciones que considera falsas y envolviéndose en el trabajo benéfico de su fundación Live Strong, cuyos responsables lamentaron el desenlace en un comunicado y advirtieron que seguirán recaudando fondos para la investigación. “Hoy paso esta página”, decía este jueves Armstrong, “no pienso volver a hablar de este asunto pase lo que pase. Me centraré en el trabajo que inicié antes incluso de ganar un solo Tour de Francia: servir a las personas y a las familias afectadas por el cáncer“.

En 1993, ganó en Oslo, Noruega; ya competía dopado

¿POR QUÉ NUNCA DIO POSITIVO EN PRUEBAS ANTI-DOPAJE?

El ex ciclista americano, Lance Armstrong, que logró ganar 7 Tour de Francia de manera consecutiva, nunca dio positivo por doping durante su carrera deportiva, y cuando se le sancionó a perpetuidad para la práctica del ciclismo, la USADA(Agencia Antidopaje Americana) presentó contra el ciclista americano pruebas totalmente concluyentes de que se había dopado durante su carrera deportiva.

No obstante según la USADA duda de que Lance Armstrong nunca diera positivo en ninguno de los controles que se le realizaron durante su carrera deportiva. En el Tour de Francia del año 1999, el americano dio positivo por cortisona, pero no fue sancionado ya que en las alegaciones se concluyó que era provocado por la aplicación de una crema en su piel.

En el año 2001, según declaraciones de sus excompañeros Tyler Hamilton y Floyd Landis, Lance Armstrong dio positivo durante la Vuelta a Suiza por consumo de EPO, pero llegó a un acuerdo financiero para que aquello no saliera a la luz y la prueba en cuestión estuviera oculta.

No obstante, algunas de las claves por las que el americano no dio positivo son las siguientes:

Su excompañero George Hincapié declaró que Lance Armstrong se retiró de una carrera en el año 2000 porque había un control antidopaje.

Parece ser que Lance Armstrong utilizó sustancias dopantes que eran muy difíciles de detectar en los controles que se realizaban en aquella época. Esas sustancias eran la testosterona, el EPO y la HG (Hormona de crecimiento).

Por ejemplo, el EPO tiene un tiempo de detección en el organismo muy corto, y hasta el año 2000 no se aprobó el método de esta sustancia en orina.

Lance Armstrong tuvo mucha relación con el médico deportivo italiano Michele Ferrari, actualmente suspendido de por vida en el tratamiento de deportistas.

Parece ser que el doctor Ferrari, entre otras cosas, aconsejó al ciclista americano a utilizar camas hipobáricas con el objetivo de que no diera positivo por EPO. Estas cámaras estimulan la producción de glóbulos rojos, aumentando también el hematocrito.

Otro de los métodos que emplearon para que en los controles antidoping no diera positivo fue la inyección en el organismo de soluciones salinas, según la USADA.

Un ejemplo de ello ocurrió en el año 1998, cuando el doctor de Lance Armstrong llevaba escondida bajo su abrigo una solución salina, que inyectó al corredor antes de que éste pasara un control antidoping.

Con estas soluciones salinas se conseguía que disminuyeran los niveles de hematocrito en sangre y no se diera positivo en dicho control.