La Tía Justa: Un semi-dios con pies de barro


Alberto Anaya

Adrián Trejo

Buenas las tengan sobrinos y sobrinas.

Cuando tengan todo esto en sus manos se estarán desarrollando las elecciones de gobernador en Coahuila, el estado de México, Nayarit y las municipales en Veracruz.

A la elección se llegó con el siguiente pronóstico para el PRI: gana dos de tres o pierde las tres; pero en ningún caso ganaría las tres.

Para el PAN el pronóstico era que ganaba Coahuila solo, Nayarit en sociedad con el PRD y un partido local, pero se iba hasta el cuarto lugar en el estado de México.

Para el PRD, ganaba Nayarit con el PAN y sorprendía en el estado de México al colocarse en tercero, muy por encima de los albicelestes.

Morena tenía los ojos puestos exclusivamente en el estado de México, pese a que hicieron algo de ruido en Coahuila; en Nayarit su candidato no pintó.

En Veracruz se esperaba que el PRI, producto de los escándalos de Javier Duarte, perdiera los principales municipios a manos de la coalición PAN-PRD y de Morena.

Ahora de que le sumará votos para el 2018, ni duda cabe.

Pero como la experiencia demuestra que es mejor ser historiador que profeta, sólo pasé a dejarles los pronósticos que había hasta el sábado 3 de junio.

Ahora ya con los resultados en sus manitas santas que no conocen el pecado –ajá-, podrán comprobar si los pronósticos se cumplieron o no.

De cualquier forma, el resultado –el que haya sido-, obligará a todos los partidos políticos a recomponer sus fórmulas para la elección presidencial del 2018.

Porque estarán de acuerdo que el tono de las campañas, sobre todo en el Estado de México, dejó ver que más que una elección había una competencia por saber quién era el menos transa en la boleta.

Hubo acusaciones de transa en el PRI, en el PAN -¿remember los 900 millones para Vázquez Mota- y desde luego para Morena, cuya candidata nomás no supo qué responder a la acusación de haberles roba.., perdón, descontado el 10% de salario de los trabajadores municipales cuando ella gobernó Texcoco.

Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador

¿Y el dinero apá? Sepa la…

Todos, toditititos, tendrá que hacer un examen de conciencia y retomar el camino del bien.

Hasta el impresentable Partido del Trabajo, cuyo dueño, Alberto Anaya,  traicionó de fea forma –pos no hay traición bonita-, al PRI, que le ayudó a seguir mamando de ubre presupuestal cuando ya debería haber desaparecido desde el 2015.

El primero en tratar de lavarse la carita con agua y con jabón –como Pimpón, que por cierto era medio wey porque siendo de cartón cómo se le ocurría lavarse con agua y jabón-, será el PRI.

Desde el 28 de abril pasado, el tricolor convocó a su XXII Asamblea Nacional que tendrá como objetivo principal reformar sus estatutos.

El temario del evento, que concluirá la segunda quincena de agosto con una reunión con el presidente Peña, es el siguiente: Visión de Futuro, Rendición de Cuentas y Ética, Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos.

Además, claro, de la definición de los criterios para la elección de candidatos a puestos de elección popular en el 2018, incluido el abanderado presidencial.

Por cómo están las cosas en el país, los ojos de los priistas y sus críticos, se centrarán sin duda en el tema de Rendición de Cuentas y Ética, es decir, en el combate a la corrupción y sus sanciones.

Nadie puede negar que después del tema de la inseguridad el que más duele y molesta a los mexicanos es el de la corrupción.

Los casos emblemáticos de los ex gobernadores de Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo, Tabasco, Nuevo León -y próximamente de Nayarit- han condicionado el ánimo social en contra del tricolor.

No es que en las administraciones estatales y federales de otros partidos no haya habido corrupción, pero por las cantidades que se manejan en estos casos, cualquier exceso parece travesura.

Yeidckol Polevnsky
Yeidckol Polevnsky

La transparencia, la rendición de cuates, perdón, de cuentas, las sanciones para los abusivos, todo esto tiene que estar incluido en el PRI que resultará de su Asamblea Nacional.

Hasta hoy, el evento no ha tenido la difusión de otros iguales, porque la dirigencia nacional estaba concentrada totalmente en los procesos electorales de los que hablamos arriba –o sea al inicio de este texto, no arriba de arriba-.

Seguramente después de se calmen las aguas –una semana, quizá-, el asunto se convierta más mediático pues se quiera o no, el tricolor sigue siendo el partido mayoritario.

Morena y su dueño también se tienen que lavar la carita.

Pese a su lema de “honestidad valiente’’, ya se vio que ni son honestos –al grado que presumían- ni valientes.

El escándalo de Eva Cadena, de Rocío Nahle, del hijo mayor de AMLO, del mismo nombre pero de apellidos López Beltrán y Yeidckol Polevnsky, sin contar la revelación que la señora Delfina Gómez les cobró a lo chino a los trabajadores de texto su plaza, evidenciaron que el partido tiene exactamente las mismas enfermedades de transmisión sexenal que sus rivales.

La diferencia es que Morena y su semi-dios, se habrían abrogado la facultad de perdonar los pecados de los políticos que, contritos y humillados, acudían a tocar su manto para invocar su protección.

La leyenda se acabó.

López Obrador terminó siendo un semidios con pies de barro.

Y miren sobrinos, yo que no militó en ningún partido, no puedo dejar de lamentar que el ídolo se haya derrumbado como se cayó, porque mal que bien representaba una esperanza para un importante sector de la sociedad, encabronada sin duda por las condiciones del país.

Ni chiquitos, me da pena, pero AMLO cruzó el pantano y si resultó salpicado.

La culpa es de quienes le quitaron el impermeabilizante que tanto presumió.

Enrique Ochoa Reza
Enrique Ochoa Reza

EMPIEZAN LOS RUMORES

Sea cual haya sido el resultado en las elecciones del domingo, parece que el futuro de Enrique Ochoa Reza, está decidido.

Todo indica que terminando la Asamblea Nacional del tricolor el ex director de la Comisión Federal de Electricidad dejará el cargo para reincorporarse a alguna posición del gabinete ampliado.

La gran pregunta es quién será el guapo –o la bella-, que se aviente el trompo de la sucesión a la uña, y que salga completita/o.

No es una tarea sencilla; en el PRI, como en todos los partidos, hay corrientes a favor de tal o cual candidato y lucharán con los medios lícitos –o no-, para imponerlo.

¿Quién les gusta para el tricolor?

Ay, por cierto, un saludo a todos quienes han escrito sus opiniones a la dirección institucional de Correo de Oaxaca y para mis sobrinos Beto y Quique, a quienes pronto premiaremos por su trabajo.

¿Tienen agua..? Pues…