La Tía Justa: Tres tristes tigres


Adrián Trejo

Yo no se como la vean sobrinos y sobrinas, pero el PRD está a punto de morir de lo que nació: de una rebelión interna.

Atraídos por el aroma de la victoria de papel que todas las encuestas le conceden a Andrés Manuel López Obrador, muchos de los que se dicen dirigentes del PRD han saltado a MORENA sin importarles que el barco en el navegaron desde 1988 esté haciendo agua.

Pero aún así, el cascarón del partido negro-amarillo algo debe de valer como para que tres gobernadores se disputen su candidatura presidencial.

Y claro, ustedes ya debieron descubrir que nos referimos a Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán, a Graco Ramírez Garrido-Abreu, de Morelos y al infaltable en cualquier fiesta –siempre que sea fuera de la CDMX-, Miguel Ángel Mancera.

Los tres, que según las encuestas no pasan de un dígito en la intención del voto –Mancera, que ni afiliado al PRD está pero controla al partido, es el más alto con 9%-, creen que tienen los merecimientos suficientes para ser el candidato perredista a la Presidencia en el 2018.

Sin embargo, un vistazo a los niveles de bienestar en las tres entidades federativas colocan en su sitio a los tres acelerados políticos.

Silvano Aureoles

De acuerdo con el INEGI, al finales del 2014, Michoacán se encontraba en el último lugar nacional de acceso a servicios de salud con el 73.8 por ciento.

La Ciudad de México –entonces Distrito Federal-, se encontraba en el lugar 29 con el 80.1% y Morelos en el lugar 18 con el 83.4 por ciento.

En materia de seguridad, la información levantada por el INEGI en el 2016, establece que 71 de cada 100 michoacanos consideran insegura la entidad.

En el caso de Morelos, 84 de cada 100 morelenses consideraban igualmente insegura su entidad; el número de capitalinos que consideran riesgosa para vivir la CDMX también son 84 de cada 100.

Para acabarla de fastidiar, el jueves pasado el Observatorio Ciudadano de la Ciudad de México dio a conocer que el año 2016, la capital del país registró la tasa de homicidios dolosos más alta en los últimos 20 años.

De acuerdo con esta organización no gubernamental, la cifra de asesinatos por cada 100,000 habitantes en la CDMX, en el 2016, fue de 10.78, la segunda más alta desde 1997.

En el 2015, la tasa de asesinatos en la capital fue de 9.6 por cada 100,00 habitantes, es decir, de un año a otro la tasa creció en 11.8 por ciento.

También delitos como el robo a transeúnte, robo a casa habitación, robo de vehículos y secuestro registraron incrementos que no pueden ni debe ser soslayados.

Siempre que se dan a conocer cifras que cuestionan la eficacia del modelo de seguridad en la CDMX, Mancera pone jeta y dice que es una cuestión “de percepción’’.

MIGUEL ÁNGEL MANCERA

Pero no lo es.

Igualmente Mancera se niega a admitir que existe delincuencia organizada en la Ciudad cuando es evidente que por lo menos en la delegaciones que colindan con el Estado de México se disputan territorios, colonias, delegaciones completas.

Y si le echa un ojito a las cifras de seguridad en Michoacán y Morelos, la cosa no es muy diferente.

Llama la atención de Graco Ramírez, uno de los más grises gobernadores de Morelos –y mire que a tenido a varios-, quiera gobernar al país cuando ni siquiera a podido meter en cintura al analfabeta político que es Cuauhtémoc Blanco, alcalde de Cuernavaca.

En el fondo, todos sabemos que su intención de convertirse en “presidenciables’’ obedece a una vieja práctica política muy arraigada en el país: jugar “la grande’’ para negociar “la chica’’.

Es decir, convertirse mediáticamente en factores de poder para incidir en las decisiones del partido, sobre todo para colocar a gente a fin a sus intereses.

Alguien debería decirles que dejen de hacerle al Tío Lolo y se pongan a trabajar.

Por andar soñando lo que no tienen –y no tendrán-, están dejando de hacer lo que es su obligación.

Ya en serio, ¡pónganse a trabajar!

Graco RamirezCUÁLES SON LAS DIFERENCIAS

Y ya me estoy yendo porque luego me encarbono.

Nomás quiero dejarles una pregunta de dibujo: ¿Cuáles son las diferencias o coincidencias, en su caso, de los huevos y los óvalos?

La respuesta se la envían a mi sobrinos Roberto y Enrique, a los que sin duda todos quieren.