José Fouché


José Fouché
  • Breve semblanza sobre el llamado Duque de Otranto
  • Los tres filtros para distinguir el valor de un dicho.

Reportajes Metropolitanos

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Don Fernando Calderón y Ramírez de Aguilar, sugiere, en nuestra charla sobre el Duque de Otranto, como se le conocía a Fouché, invitar a las personas que se interesan y actúan en política leer esta pequeña biografía de José Fouché. Cómo se desenvuelve y sale o logra salir ileso de todos los enfrentamientos como un hombre calculador que siempre debe saber que hacer en todo momento incluso en los más difíciles.

Debemos sacar propias conclusiones con los que vivimos en la vida real y la política de nuestro tiempo. Difíciles con una psicología aun el hombre físicamente débil pero mentalmente fuerte.

Como ejemplo Obregón a Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio a Plutarco Elías Calles y a Adolfo de la Huerta. De Lascurain a Ávila Camacho

Y de más actualidad, Díaz Ordaz con Echeverría, este con López Portillo, De la Madrid con Salinas. Córdoba Montoya con Salinas.

Omitimos deliberadamente a dos presidentes, omisos de todo.

Fouché, fue uno de los hombres más poderosos de su época. Nació el 21 de mayo de 1759 en La Pellerin Francia y fallece el 26 de diciembre de 1820 en Trieste Italia. Delgaducho, alto, anémico, nervioso y feo carecía totalmente para oficio tan duro y verdaderamente heroico en aquel tiempo.

A dos millas de la costa se mareaba. Al cuarto de hora de correr o jugar con los chicos se cansaba. Qué hacer pues con una criatura tan débil. En la Francia de 1770 no había lugar adecuado para una burguesía ya despierta y en empuje impaciente.

Plutarco Elías Calles

AISLAMIENTO, CAMINO HACIA LAS VIRTUDES       

Así que se condujo acorde con las normas rígidas de los conventos, en aislamiento severo. Se educa y desarrolla este espíritu singularmente elástico e inquieto y, así, llega alcanzar una verdadera maestría psicológica.

Durante años enteros puede actuar invisiblemente en el círculo espiritual más estrecho en el cual aprendió a vivir la pobreza, la castidad y la obediencia.

Es a través de la práctica de estas virtudes aprendió el arte de callar, la ciencia magistral de ocultarse así mismo, la habilidad para observar y conocer el corazón humano. Es, en esos años muy largos que lucha contra las pasiones y elimina a aquellos que significaron un obstáculo para sus fines. Sólo así llega a obtener un autodominio férreo.

Para ese entonces como ministro de la iglesia y maestro de teología, en donde le esperaba una carrera gloriosa, se encontraba ya tonsurado que ocultaría el resto de su vida hábilmente.

DEJA LA IGLESIA SE UNE A LA POLÍTICA

En ese tiempo es cuando decide dejar la carrera eclesiástica y dedicarse a la política y se une al abogado Maximiliano Robespierre a través de la amistad con su hermana, dispuesta a curar al profesor de los oratorianos de sus ataques místicos y además se ofrece para ser su novia.

Fouché es enviado a Lyon por el asesinato de Charlier un caudillo de la revolución y esto produce un verdadero espanto en la convención. Cómo se atreve una ciudad francesa sola a hacer a hacer franca resistencia a la asamblea nacional.

Había que ahogar con sangre la insolente provocación. Sabe muy bien lo que le espera el Gobierno de Lyon y de la resistencia pasa abiertamente a la rebelión contra la asamblea nacional.

Levanta tropas y prepara las obras defensivas necesarias para oponerse contra la asamblea del ejército republicano.

Maximiliano Robespierre

LOS TRES FILTROS

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Debemos, los que escribimos, hablamos o presumimos de la lectura, pasar por estos tres filtros de la sabiduría: Las personas sabias hablan sobre ideas. Las personas comunes hablan sobre cosas… y los mediocres hablan sobre personas” – Cierto día, un hombre fue en busca de un sabio y le dijo: – Maestro, necesito contarle lo que me dijeron acerca de una persona… Antes de que pudiera empezar a contar nada, el maestro, en su infinita sabiduría, le pregunta al hombre:

– Espera. ¿Lo que me vas a contar ha pasado los «Tres filtros de la sabiduría»? – ¿De qué hablas, señor?, respondió el hombre. – Escucha con atención: todo lo que te digan de otra persona ha de pasar antes por los tres filtros de la sabiduría.

El primero el de la VERDAD. Entonces te pregunto: ¿estás seguro de que lo que te contaron es realmente la verdad? El hombre respondió: – Bueno, no estoy seguro, pero fue lo que me contaron… El maestro continúa: – Entonces, si no tienes esa certeza, tus palabras ya se filtran por los agujeros del primer filtro.

Y pasamos al segundo, que es el filtro de la BONDAD. Y te pregunto: ¿te gustaría que dijeran de ti lo mismo que tienes que contarme? – ¡De ninguna manera, maestro! ¡Claro que no! – Entonces tu historia acaba de pasar por los agujeros del segundo filtro. Y pasa al tercer y último, que es el de la NECESIDAD. Y te hago la siguiente pregunta: ¿crees que es necesario contarme esa historia? ¿Resolverá algo? ¿Ayudará a alguien? ¿Va a mejorar algo? –

Realmente, maestro, si pienso con la luz de la razón, no hay necesidad de ello. Y el sabio, con una sonrisa benevolente, concluye: – Si lo que tienes que decirme no es verdadero, no es bueno o necesario a nadie, es mejor que te lo guardes solo para ti. – Ahora lo entiendo, sabio maestro. Sólo las buenas palabras tendrán camino en mi boca. – Si practicas esos principios, tú también serás un sabio.

Pascual Ortiz Rubio

QUIÉN  RIE AL ÚLTIMO RIE MEJOR

Carlos Ravelo Galindo ,afirma:

Y qué mejor que unas citas celebres.
Y tu esposo, qué es. Ni tarda ni perezosa, afirmó:
Sifilítico.
A lo que el marido, al escucharla, le gritó: Filatélico, mujer. Filatélico.
Mejor que atacar con una buena frase es responder con la sentencia perfecta. Por eso el que ríe el último, ríe mejor».
Por lo general, no tenemos la rapidez mental y sólo pensamos en algo que decir horas después de que la conversación haya terminado…
Ellos, a los que involucramos,  sí fueron capaces de reaccionar en tiempo. Estas celebridades sí supieron dar una réplica adecuada e ingeniosa a su interlocutor.
Prepárate a reflexionar y reír, a partes iguales.

“Aunque no entendí el funeral, envié una bonita carta que decía que lo aprobaba”. Mark Twain
“Algunos de mis mejores galanes fueron perros y caballos”. Elizabeth Taylor
“Joe Frazier es tan feo que debería donar su cara a la ciencia”. Muhammad Ali.
“No pude asistir a la primera cita, pero atenderé la segunda si es que la hubiese”. Winston Churchill.
“Cada vez que te veo, siento un ardiente deseo de estar solo”. Oscar Levant.

“Oscar es simplemente un escalofrió que busca una espalda en la que correr”. Eleonora.

Paul Keating Heredo la buena apariencia de su padre, Él es un cirujano plástico”. Groucho Marx
“Aunque nunca maté a nadie leo los obituarios con gran placer”.
Clarence Darrow
“Kerr no es conocido por usar palabras que puedan mandar al lector al diccionario” William Faulkner.
“Pobre Faulkner. Piensa que las emociones se generan con palabras complicadas. Tiene ilusiones engañosas de adecuación. Walter Kerr. La inteligencia por delante.

craveloygalindo@gmail.com