Jefe de la OEA hizo 34 viajes con empleada a cuenta de la Organización


El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, niega haber infringido alguna regla, al asegurar que no era el supervisor de dicha mujer y que nunca la benefició de ninguna manera. Foto Cuartoscuro / Archivo

Ap / La Jornada

Miami. El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) realizó 34 viajes de trabajo con una empleada con la que mantuvo una prolongada relación íntima, según registros de viajes descubiertos por The Associated Press.

Esto se conoce mientras se espera que una investigación externa concluya este mes para determinar si el romance de Luis Almagro con una empleada mexicana de la OEA, dos décadas menor, violó el código de ética del grupo con sede en Washington.

Los viajes juntos, todos menos uno entre julio de 2018 y diciembre de 2019, incluyeron una visita de cuatro días a Oxford, Inglaterra, para dar una charla sobre América Latina, una conferencia de editores de periódicos en Cartagena, Colombia y un viaje a Miami para recibir el premio “Executive Mastermind Latino”.

Los viajes se encontraron en informes públicos que el secretario general presenta periódicamente al consejo permanente de la OEA y que están sepultados en el sitio web de la organización.

No está claro el costo de los viajes para la OEA, la cual padece una profunda crisis presupuestaria desde años. Pero al menos 21 de los 34 viajes fueron pagados en parte por la organización y el resto por los organizadores de los eventos a los que asistieron los dos, o no se especificó. En total, los dos viajaron 15 veces juntos sin ningún otro miembro del personal de la OEA presente, según los registros.

Almagro, a través de un vocero, rechazó una solicitud de la AP para una entrevista y no explicó por qué los dos hacían tantos viajes de trabajo juntos.

“No se violó ninguna regla de la OEA en ningún momento debido a las medidas que él y su equipo tomaron para garantizar que se cumpliera con todas las normas”, dijo el vocero Gonzalo Espariz en un comunicado escrito.

El año pasado, la AP fue la primera en informar que la OEA estaba investigando el romance entre Almagro y su subalterna, el cual era un secreto a voces dentro de la organización.

El informe llevó a la administración del presidente Joe Biden, el mayor donante de la OEA, a pedir una investigación externa sobre posible mala conducta. Unas semanas más tarde, el Consejo Permanente de la OEA contrató al bufete de abogados de Washington, Miller & Chevalier Chartered para llevar a cabo la investigación y entregar sus conclusiones a fines de marzo.

Almagro, de 59 años, niega haber infringido alguna regla. Asegura que no era el supervisor de dicha mujer, que nunca la benefició de ninguna manera y que su larga relación era consensuada.

“Quiero en definitiva confirmar, reconfirmar y superconfirmarles que existía esa relación” durante tres años, dijo Almagro en noviembre sin revelar el nombre de la persona. “Nada de esto puede hacer cambiar mi visión de las instituciones y su funcionamiento y la responsabilidad que tenemos respecto a las mismas”.

En cuestión están las pautas de ética de la OEA que prohíben a los miembros del personal tener relaciones íntimas con colegas a los que supervisan o de una manera que interfiera “con el desempeño de sus funciones o que perjudique a otros en el lugar de trabajo”.