Gran Angular: Oaxaca y la política como quesillo


Raúl Rodríguez Cortés

   La debacle del PRD también pasará factura a Gabino Cué y a quienes aspiran a sucederlo en Oaxaca con las siglas del sol azteca que es partido en el gobierno desde 2010.

Desde entonces, la lucha por el poder en el depauperado y conflictivo estado se hizo quesillo. Y semejante enredo se gestó con la antinatural alianza PRD-PAN que postuló e hizo a Gabino gobernador de un cambio que no ha llegado, ni llegará, precisamente por esa inoperante  política de alianzas.

El PAN, como estructura partidista de amplia cobertura, prácticamente no existe en Oaxaca. Su influencia en la política estatal proviene de Diódoro Carrasco, ex priista convertido al panismo por rupturas políticas locales, que fue gobernador y secretario de Gobernación, cargo desde el que se volvió mentor de su subsecretario Gabino Cué.

Por su parte, el PRD ha hecho un importante trabajo político en la entidad, pero su consolidación y fuerza la consiguió con AMLO, quien como aspirante presidencial recorrió cada rincón del estado con el candidato Cué.

De cara a las elecciones del año próximo, las tribus aun dominantes en el PRD nacional, se han decantado por candidatura del diputado federal electo José Antonio Estefan Garfias, quien tres meses antes de las elecciones de junio pasado abjuró del PRI, renunció y aceptó la postulación del sol azteca tras una jugosa negociación en que Los Chuchos (Ortega y Zambrano) no dudaron en tumbar a Félix Serrano, un histórico del perredismo en el Istmo.

Estefan Garfias, quien fuera secretario de administración en el gobierno de Ulises Ruiz y de Transporte en el de Cué, no está por cierto en las preferencias de este último, pero es el candidato de Diódoro que, no obstante su filiación panista apuntala a Estefan Garfias como abanderado del PRD. Por eso mandó a negociar con Los Chuchos a este siniestro personaje llamado Jorge Castillo Díaz, influyente ministro sin cartera de Gabino y operador de Diódoro desde los tiempos de Gobernación, en donde quedó inhabilitado varios años por la irregular compra de un helicóptero. ¡Qué tal el quesillo!

De manera que el delfín de Gabino es otro, el actual presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, su amigo desde la infancia y cuyos familiares han hecho jugosos negocios en el actual gobierno. Pero este líder de la cúpula empresarial del país iría postulado por el PAN.

En medio de todo esto, han surgido otras aspiraciones: la del ex gobernador interino y ex secretario general de gobierno Jesús Martínez Álvarez, quien sopesa la posibilidad de una candidatura independiente; y aun luchando por el lado del PRD, el senador Benjamín Robles Montoya quien no ha ocultado a sus amigos que si no es con los colores amarillos también buscará la vía independiente.

En días pasados, Robles Montoya mandó a hacer una encuesta para medir sus posibilidades. Descontando el hecho de que al cliente siempre se le da lo que pide, encabezó las preferencias con 47%. Y resulta que debajo de él apareció con 44 puntos Alejandro Murat, director del Infonavit.

Esto permite poner en perspectiva como van las posibilidades del priismo en Oaxaca. No parece que sea un dato interesado el planteado en esa encuesta, lo que habla de que Murat se consolida como una posibilidad.

En el lado tricolor, muy por debajo, está también el eterno aspirante Eviel Pérez Magaña y el director de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Puga quien ha echado mano para promoverse de los recursos de la paraestatal y que, ahora se sabe, ha contado con el respaldo político (¿y de dinero? de la secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles. ¡Qué tal el quesillo!

En todo esto, la situación que más se complica es la del perredismo por la crisis que no atina a remontar.

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DEBACLE DEL PRD

En el colmo de la soberbia, Carlos Navarrete justificaba el viernes 7 de agosto pasado que fue él quien convenció a los grupos del PRD de que lo corrieran de la presidencia del partido. Claro, él lo fraseó de otra manera: déjenme ir, no me retengan, pongo a disposición mi cargo para salvar a la izquierda (¿?), me sacrificaré por el bien del partido. O sea, ante la debacle, él se va, no lo corren. ¿Usted le cree? Yo tampoco.

Navarrete y sus patrones Chuchos (Ortega y Zambrano) son los responsables de esa debacle, como cabezas de Nueva Izquierda, la tribu aun en control de los órganos partidistas de dirección.  Presentar la renuncia, como reconocimiento de un fracaso y, por tanto, como la noble apertura de un espacio para dar lugar a los ajustes que refloten el barco, hubiera sido válido y hasta digno, inmediatamente después de conocerse los malos resultados electorales del perredismo.

Pero dos meses después, a toro pasado, suena a cese. Lo corren porque es insostenible, porque no es eficaz ni tiene altura de miras. No es, por lo que se ha visto en su carrera política, un hombre de convicciones ideológicas, como tampoco Ortega y Zambrano. Y no lo son desde su origen, cuando formaban parte del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFRCN), aquel ferrocarril siempre dispuesto al cochupo, encabezado por su mentor, Rafael Aguilar Talamantes, que los enseñó a sacar siempre beneficios personales hasta de las derrotas.

Navarrete, Los Chuchos  y compañía, culpan de sus pésimo desempeño electoral a su villano favorito, Andrés Manuel López Obrador. Dicen que con su Morena dividió a la izquierda. Morena, cierto es, les quitó muchísimo votos. Pero AMLO y sus miles de partidarios (los que le dieron al PRD los votos para posicionarse como tercera fuerza política y a Los Chuchos el control del partido), no se organizaron para dividir a la izquierda. Su movimiento nació conforme el PRD se alejó de sus principios fundacionales por obra y gracia de Ortega, Zambrano y sus acólitos.

Ese alejamiento los llevó a postular a candidatos que, eventualmente, garantizaban triunfos, pero eran completamente ajenos al perfil de la izquierda. Guerrero ha sido un caso paradigmático: los gobernadores Zeferino Torreblanca, más bien cercano a los intereses empresariales e inmobiliarios de Acapulco, y Ángel Aguirre, priista resentido que con otros personajes de su filiación y calaña, como el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, llevaron a la terrible crisis de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, tan políticamente mal operada por Navarrete al frente del perredismo nacional.

GRAN ANGULAR    GABINO CUE Y CARLOS NAVARRETE

Pero la razón más clara de ese alejamiento del PRD a sus principios fundacionales, fue la participación en el Pacto por México o, dicho de otra manera, su amoral acercamiento al actual gobierno. El ADN de las reformas que ese mecanismo impulsó (más allá de la discusión de si son las correctas y de la baladí justificación de la izquierda moderna y dialogante), es incompatible con los principios básicos hasta de la socialdemocracia. Respaldarlas era, inevitablemente, renunciar a esos principios, lo que con Los Chuchos al frente del PRD se veía venir desde antes de la elección presidencial.

De manera que, dicho con toda claridad, la participación del PRD en el Pacto por México (cuya paternidad llegó a reclamar para sí Jesús Ortega y que diligentemente operó Jesús Zambrano) fue una de las razones de fondo que alejó del partido del sol azteca a muchos de sus militantes y a miles de simpatizantes que le negaron el voto en la elección de junio pasado.

Ese alejamiento de los principios perredistas propició la renuncia a sus filas de personajes tan importantes como Cuauhtémoc Cárdenas, el propio López Obrador y Alejandro Encinas, entre otros.

Y ese alejamiento, de no corregirse, impedirá que cualquier otro cambio salve al PRD de la extinción.

Pero lo que por desgracia se ve venir es una prolongación del Pacto por México, ahora  directamente en la Cámara de Diputados. Al menos eso sugieren las versiones que colocan en la coordinación parlamentaria de las tres principales fuerzas política de la próxima Legislatura, a Gustavo Madero (PAN), César Camacho (PRI) y Jesús Zambrano (PRD) los mismos que lo operaron para la aprobación de las reformas.

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OTRA DE DELINCUENTES DE CUELLO BLANCO

Agentes migratorios de Estados Unidos detuvieron el miércoles en Miami a Martín Díaz Álvarez, presunto cerebro financiero del fraude de Oceanografía  que causó un quebranto a City Group Banamex de 585 millones de dólares, poco más de cinco mil millones de pesos.

La detención de quien fuera socio, director financiero y presidente del Consejo de Administración de esa empresa contratista de Pemex, ocurrió porque su visa estadounidense caducó.

Automáticamente se encendió la alerta roja internacional solicitada por la Interpol a partir de la orden de aprehensión girada por la justicia mexicana por defraudación financiera y lavado de dinero, lo que llevó a los agentes migratorios a su localización y captura.

Díaz Álvarez tiene derecho allá a una audiencia migratoria, instancia ante la que, muy probablemente, pedirá asilo político con el argumento de que aquí es perseguido por las autoridades. De no prosperar su alegato, será deportado a México y detenido cuando esté en el país.

Quien imputa directamente a Díaz Álvarez es el director y socio mayoritario de Oceanografía, Amado Yáñez quien fue detenido en Acapulco el pasado 21 de octubre y está encarcelado en el Reclusorio Sur de la ciudad de México desde donde, según denuncias ante la CNDH y versiones periodísticas, no ha dejado de operar sus negocios con toda comodidad.

El 28 de febrero de 2014, la PGR informó que Oceanografía había defraudado a Banamex en un crédito a corto plazo por 585 millones de dólares. El FBI demostró por su parte en Estados Unidos que la empresa de Yáñez y Díaz Álvarez pidió créditos a Banamex City Group usando como garantía pagos que esperaba de Pemex avalados con cuentas por cobrar a la paraestatal con firmas falsificadas.

La PGR, además, presume blanqueo de dinero a través de la Caja Libertad, que también dirigió Díaz Álvarez y del Grupo Gasolinero Mexicano y los casinos Big Bola, de los hermanos Javier y Oscar Rodríguez Borgio. Estos últimos, según se sabe, pasan largas temporadas en España, donde aquí le informé que compraron una enorme finca, con suspensiones provisionales de amparo obtenidas de la justicia mexicana.

El fraude a Oceanografía ha reactivado, por otra parte, otros delitos que se le imputan a los hermanos Rodríguez Borgio y a otros empresarios como Tomás Alejandro Tarín Pérez y Jorge Buelna Serrano, por la falsificación de documentos en la compra-venta de los casinos Big Bola y por la supuesta compra de combustible robado a Pemex a través del Grupo Gasolinero México, según la averiguación previa  PGR/QRO/IV/090/2012.

En todo esto, como siempre, hay un trasfondo de corrupción y en el modus operandi de la defraudación puede apreciarse tráfico de influencias, ya que Díaz Álvarez es sobrino del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz y contó con el cabildeo a su favor de los hijos de Marta Sahagún de Fox.

GRAN ANGULAR  GERARDO GUTIERREZ

Amado Yáñez, por supuesto, no es ajeno a ese tipo de conductas, más comunes que corrientes en un buen número de empresarios. Baste señalar por lo pronto, el proceder de su tío Maclovio Yáñez, ex director de la región norte de Pemex Exploración y Producción (PEP) y dueño de la empresa contratista con sede en Poza Rica Sepec Well Service. En su contra hay denuncias de otros contratistas de Pemex que aseguran que Maclovio recurre al terrorismo corporativo para descarrilar a quienes ganan licitaciones y quedarse con ellos. De ello le contaré en una próxima entrega. (rrodriguezangular@hotmail.com , @RaulRodriguezC , raulrodriguezcortes.com.mx )