Raúl Rodríguez Cortés
No es, por cierto, el México de la pobreza. Ese, de tan evidente, está bastante bien documentado. Es la contraparte, ese México que al contrastarlo con la marginación, desvela la enorme brecha de la desigualdad extrema. De ese casi no hay datos oficiales. Una fuente confiable, casi única, bien podrían ser las declaraciones fiscales de los que forman parte de él.
Al consultar esa fuente, autores como el economista Gerardo Esquivel, investigador del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, han obtenido datos como este:
El uno por ciento más rico de la población, esto es un millón 200 mil personas aproximadamente, obtiene una quinta parte de los ingresos totales de la nación, mientras que poco más de 23 millones, no pueden adquirir ni una canasta básica.
En línea con esa estadística, el Global Wealth Report 2014 revela que el diez por ciento más rico de mexicanos, concentra 64.4 por ciento de la riqueza del país. Ésta, por lo visto, parece inconmensurable. Somos un país tan rico que pese a la concentración extrema de bienes e ingreso, se da el lujo de permitir que aumente su número de millonarios. Entre 2007 y 2012 ese número creció 32 por ciento, mientras que en el resto del mundo bajó 0.3 por ciento.
FORTUNAS, ESAS SI QUE CRECIERON
Lo que si no crece, y nada más faltaba que sí, es el número de multimillonarios mexicanos. Siguen siendo dieciséis desde 1996, año en que su riqueza sumaba 25 mil 600 millones de dólares. Hoy totaliza 142 mil 900 millones de dólares, lo que quiere decir que las que si crecieron fueron sus fortunas.
Vea este otro dato: En 2012, la riqueza de cuatro mexicanos representaba dos por ciento del producto interno bruto, porcentaje que creció a nueve entre 2003 y 2014. Nada más para tener una idea de semejante concentración del ingreso, la riqueza de cuatro mexicanos alcanzaría para contratar hasta tres millones de trabajadores, con salario mínimo, sin que perdieran un solo peso de su riqueza.
Gerardo Esquivel, doctor en economía por la Universidad de Harvard analiza estas variables en el estudio “Desigualdad extrema en México: concentración del poder económico y político” realizado para OXFAM México. Y precisamente de ese cúmulo de datos llega a interesantes conclusiones.
Mucho se habla de los altos niveles de inversión que traen las famosas reformas pero, a pesar de esos flujos, la desigualdad sigue en aumento. Y es que si bien ha crecido el ingreso per cápita, las tasas de pobreza siguen altas y estancadas en el país. Esto se debe a que el crecimiento se concentra en las esferas más altas de la distribución. Ellas, por tanto, están felices con las reformas.
En ese contexto, la política fiscal favorece al que más tiene. No se grava más al que más ingresos obtiene (ISR), sino al que consume (IVA). El efecto de re distribución, por lo tanto, es prácticamente nulo. Dice Esquivel en el estudio: “Por gravar consumo por encima de ingreso, las familias pobres, al gastar un porcentaje más alto de su ingreso, terminan por pagar más que las ricas”. Y pone otros dos ejemplos: “el que no haya impuestos a las ganancias de capital en el mercado accionario, y el que tampoco los haya a herencias, entre otras cosas, muestra como el sistema tributario beneficia a los sectores más privilegiados”.
Es falso, o por lo menos en México no ocurre, que el crecimiento se filtra de las capas altas a las bajas. El aserto, por lo demás, está en la lógica de las reformas. El modelo que éstas apuntalan, benefician, como siempre, a los pocos que más tienen.
ZHENLI YE GON PODRÍA LLEGAR A MÉXICO
Tan pronto como julio o más tardar en agosto, tendremos de regreso a México, a Zhenli Ye Gon, según un cálculo conservador de dos fuentes de la PGR.
La Suprema Corte de Estados Unidos, país donde el “empresario” mexicano de origen chino está encarcelado desde hace ocho años, le negó un último recurso legal para evitar la extradición, lo que sugiere que pronto será entregado a la justicia mexicana que lo reclama.
No obstante, aún aunque persiste la posibilidad de un acuerdo extrajudicial que le permita permanecer en Estados Unidos allá acogido a un programa de testigos protegidos.
La PGR decomisó en 2006 un cargamento de 19.5 toneladas de precursores químicos utilizados para la elaboración de metanfetaminas que entraban al país por el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
La investigación emprendida estableció lazos del cargamento con un “empresario” mexicano de origen chino, Zhen Li Ye Gon, que vivía en Las Lomas. El 15 de marzo de 2007 la PGR obtuvo orden de cateo de la residencia y encontró 205 millones de dólares en efectivo, 18 millones de pesos mexicanos, 200 mil euros, 113 mil dólares de Hong Kong, once centenarios y un gran lote de joyas.
Al momento de este aseguramiento, Ye Gon se encontraba en Estados Unidos. Desde allá justificó la posesión de ese dinero al señalar que el hoy senador Javier Lozano Alarcón le había exigido (copela o cuellos) guardar ese dinero destinado a la campaña de Felipe Calderón, lo que nunca pudo corroborarse.
Ye Gon fue acusado en el Tribunal de Estados Unidos para el Distrito de Columbia con un solo cargo de conspiración para ayudar e instigar a la fabricación de 500 gramos o más de metanfetaminas, a sabiendas o con la intención, de que sería importada a los Estados Unidos.
El 23 de julio de 2007, mientras cenaba en un restaurante de Maryland, fue detenido por la DEA e ingresado a una cárcel del condado de Virginia, en la localidad de Orange. El 9 de febrero de 2011, el gobierno mexicano solicitó a estados Unidos la extradición de Ye Gon, avalada por el juez John Facciola.
Los abogados del “empresario”, que por supuesto alega inocencia, han seguido todos los conductos legales para evitar la extradición a México. El 16 de diciembre del año pasado se le negó un habeas corpus, recurso similar al amparo en México. Y el lunes pasado, la Corte rechazó atraer el expediente 14-1131, bajo la denominación certoriari denied, un recurso que se utiliza para presentar al alto tribunal la decisión de una corte previa o inferior, para examinar su legalidad, de acuerdo con el derecho de Estados Unidos.
Si lo extraditan, como parece será, muchas cosas tendrá que decir el hombre del copela o cuellos.