Gabino Cué, el ladrón histórico de Oaxaca


Alejandro Moguel

El retrato de Gabino Cué Monteagudo, estará en unos días en el salón de ex gobernadores. En la memoria, pasará a la historia como el ladrón más grande que ha tenido la historia reciente. Si se pensaba que con Ulises Ruiz Ortiz el robo no tuvo límites, la realidad supera cualquier ficción.

Gabino Cué Monteagudo, quien llegó a la gubernatura de Oaxaca ofreciendo un cambio, dejará en bancarrota al estado.

Junto con sus cómplices, Germán Tenorio, Jorge Castillo, Netzahualcóyotl Salvatierra, Alberto Vargas Varela, entre otros capos, se dividieron el presupuesto histórico que cínicamente presumieron creció durante su administración.

Tan sólo para este año, 2016, el presupuesto fue de más de 85 mil millones de pesos, en números redondos. 85 mil millones de pesos que se pulverizaron y fueron a dar a las cuentas en el extranjero de Cué y sus cómplices.

Ninguna de las carreteras se terminó en su mandato. No hay una obra digna de presumir en su gobierno. Las que se hicieron, como la Ciudad de los Archivos, contó con recursos federales o en su caso, la aportación de fundaciones como la de Alfredo Harp Helú.

¿A dónde se fue el dinero? ¿Qué pasará con quienes saquearon al estado? Si era pobre, lo dejaron más pobre. Con empresas que están a punto del colapso financiero por falta de pago.

moguel-ulises-ruiz

ARGUMENTOS DE CUÉ MONTEAGUDO

A Gabino Cué se le ha visto enfadado cuando le preguntan sobre la deuda que dejará en Oaxaca. Ha dicho que no es de personas y justifica su ineficacia diciendo que él recibió también una deuda millonaria.

Pero lo que no dice es que durante su administración se duplicó la deuda que se tenía, pues supera los 14 mil millones de pesos. Por lógica elemental y sin formulismos de los economistas, si usted recibe más recursos ¿cómo es posible que su deuda crezca?

Lo que sucedió en Oaxaca es que Gabino dejó hacer para poder hacer también. El escándalo de su casa blanca es apenas una pequeña muestra de todo lo que fue el manejo discrecional de los recursos.

Bienes en el extranjero, lujosos vehículos, cuentas en otras entidades, inversiones, negocios, es de lo que podría hablar Gabino Cué en su último informe. Pero entregará cuentas alegres, en un estado desmantelado.

Familias que deberán emigrar o vivir de prestado, si bien les va. Pero qué le puede importar a quien cumplió con el cometido de sumir en el caos a Oaxaca.

Gabino, necesariamente, debe formar parte de esa trilogía de ex gobernadores corruptos que van a la cárcel. Duarte, Padrés y Cué, pues si nos asusta Veracruz o Sonora es porque estamos tan acostumbrados a los corruptos que no medimos la dimensión del saqueo.

Empresas oaxaqueñas cerrarán. Ya no llegarán a diciembre, sobre todo el pequeño comercio y las micro y medianas empresas a las que nunca llegó nada de esos 85 mil millones de pesos.

Tan sólo para dar una idea del robo histórico haremos un cálculo: Si Gabino Cué dice que el gobierno de Ulises le dejó una deuda de siete mil millones de pesos, aún pagándola completa el primer año, tendría un margen de casi 70 mil millones de pesos.

Si en el supuesto de que le dejaron una deuda que cubrió ¿qué hizo los siguientes cinco años con el recurso que llegó? Mentiras, si la deuda se duplicó o creció más, fue porque tuvo un mal manejo de los recursos.

Aún con el déficit que mencionaba del IEEPO, que fue uno de los pretextos más recurrentes para el gobernador, está hablando de mil 500 millones de pesos, es decir que también esta cifra es menor si se suma el acumulado por los seis años.

Si cerramos la cifra en 80 mil millones de pesos –que fue mucho más–, estamos hablando de que durante el sexenio, Gabino Cué tuvo en sus manos el manejo de más de 480 mil millones de pesos ¿sabe cuánto representa el famoso déficit que ocupó de escudo Gabino Cué? Haga el cálculo y se dará cuenta, sin ser experto en macroeconomía, que el saqueo tiene dimensiones mayúsculas.

Claro, los economistas y especialistas en Finanzas, como Enrique Arnaud Viñas, le hablarán de la bursalitización, de la negociación de la deuda, de esto o lo otro, en términos que solo ellos entienden para justificar un saqueo incalculable, que si las reglas de operación o lo que sea, con tal de que no se diga nada de la malversación de fondos.

Lo cierto es que si el presupuesto se hubiera ejercido para lo que estaba destinado, con transparencia y sin ser tan cerdos, Oaxaca sí habría cambiado.

Hoy Oaxaca tendría la mayor parte del estado comunicado, con carreteras en buenas condiciones, el campo produciendo y generando ese desarrollo que quedará como promesa incumplida.

En cambio, tenemos protestas al por mayor, porque son tan miserables, que hasta a las personas con discapacidad las han dejado sin sus apoyos. Lo peor es que en esas protestas, se aprovechan cortinas de humo como los del sindicato de salud, que mantuvieron un paro de casi un mes, afectando a la gente más pobre, para tapar el cochinero que dejaron en la Secretaría de Salud.

Ojalá la gente de Oaxaca recuerde a Gabino.

Que se grabe en la memoria la cara de quienes lo acompañaron en el gabinete más corrupto de los últimos tiempos. Que los recuerde, porque la memoria es corta y se olvidan de cómo dejaron el estado, para darles en unos años o meses de nueva cuenta el voto de confianza.

Dice Gabino que la deuda no es de personas, pero se le olvida que quienes van a padecer por ese manejo irregular son precisamente las personas, los que perderán su empleo, los que no tendrán para cubrir una colegiatura, los que no recibirán aguinaldo y los que están a punto de perder su patrimonio por un sexenio de ladrones que se irán a disfrutar del dinero ajeno.

moguel-ieepo-argumento