Faltan 11 días y contando


Se acorta el tiempo para que Donald Trump asuma presidencia de EU.

El espinoso asunto de los dobles remolques en carreteras de México.

Eduardo Ruiz-Healy

Ahora sí, la pesadilla que para México y el mundo representa Donald Trump está a punto de convertirse en realidad.

En tan sólo 11 días asumirá la presidencia de Estados Unidos un individuo que ganó la elección de noviembre pasado pese a ser un xenófobo, racista y hostigador sexual; un hombre que se burló de las personas con impedimentos físicos y de héroes militares que según él no lo son porque permitieron ser capturados por el enemigo; un tipo que sin la menor pena pedía que golpearan a quienes se atrevían a interrumpir sus actos de campaña; un mentirosos populista que prometió hasta lo imposible a un público harto de las mentiras y promesas incumplidas de los políticos profesionales, sean republicanos o demócratas.

Durante su campaña emitió un contrato con el votante estadounidense que contiene su plan de 100 días para hacer nuevamente grande a su país. Este plan incluye medidas y acciones que realizará a partir del 20 de enero y algunas de ellas afectarán negativamente a nuestro país.

Estas son algunos de las acciones:

“Anunciaré mi intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o retirar a Estados Unidos del TLCAN de acuerdo a su Artículo 2205”. El artículo mencionado por Trump dice que “Una Parte podrá denunciar este Tratado seis meses después de notificar por escrito a las otras Partes su intención de hacerlo. Cuando una Parte lo haya denunciado, el Tratado permanecerá en vigor para las otras Partes”. Es decir, si la intención del siguiente presidente estadounidense es retirar a su país del TLCAN, lo anunciará en enero y seis meses después podrá retirarse sin mayor trámite, quedando en vigor un tratado entre México y Canadá únicamente.

“Le daré instrucciones al Secretario de Comercio y al Representante Comercial de Estados Unidos que identifiquen todos los abusos de comercio internacional que injustamente impactan a los trabajadores estadounidenses y les ordenaré que utilicen cualquier instrumento disponible bajo el derecho estadounidense e internacional para acabar inmediatamente con esos abusos”. Según esto, los funcionarios mencionados por Trump podrían decidir cuales acciones de México impactan a los trabajadores de Estados Unidos e intentar acabar con ellas a pesar de que afecten a los trabajadores mexicanos.

“Cancelaré todas las acciones ejecutivas, memoranda y ordenes inconstitucionales emitidas por el presidente Obama”. Entre estas acciones ejecutivas está la orden de Obama de no deportar a millones de mexicanos que desde jóvenes fueron llevados a Estados Unidos por sus padres, los famosos dreamers.

Trump la dejará sin efecto y estos jóvenes podrían ser deportados a un país que, a fin de cuentas, ya no es el suyo.

“Empezaré a remover del país a los más de dos millones de inmigrantes ilegales criminales y cancelaré las visas a aquellos países que rehúsen recibirlos”. ¿Qué hará México con cientos de miles de criminales que nos enviará Trump? ¿Los encarcelará en prisiones que están hasta el tope? ¿Los dejará libres? ¿Irán a engrosar las filas de la delincuencia?

En su contrato, Trump se compromete a enviar iniciativas de leyes al Congreso para que sean aprobadas durante los primeros días de su mandato, entre ellas, la que impondrá tarifas a aquellas empresas que envíen sus plantas manufactureras a otros países (como México) y la que buscará terminar con las inmigración ilegal mediante diversas medidas, entre ellas “la construcción de un muro en la frontera sur de Estados Unidos bajo el pleno entendimiento de que el país México reembolsará a Estados Unidos el costo de dicho muro”.

El aún presidente electo ha dicho una y otra vez que cumplirá lo que prometió en su campaña. El contrato aquí referido forma parte de sus promesas.

No se engañe nadie.

Trump va en serio y sólo faltan 11 días para que empiece la pesadilla de los mexicanos.

 

LAS MALAS NOTICIAS OPACAN A LAS BUENAS

Es indudable que en México ocurren cosas buenas todos los días, aunque realmente es difícil encontrarlas si se toma en cuenta que las malas noticias abundan y se esparcen a la velocidad de la luz.

Después de un rato de navegar el Internet en busca de notas positivas, no encontré ninguna que valga la pena comentar. Caray, ¡ni siquiera la tan cacareada fiesta de 15 años de Ruby salió bien!

Ante la carencia de buenas noticias es lógico que un porcentaje cada vez mayor de la población no esté satisfecho con la situación.

Y esta insatisfacción puede tener consecuencias que a mediano y largo plazo serán sumamente negativas para el país.

Las malas noticias dominan y por eso cada vez son más las personas que rechazan a los políticos y lo que dicen. Si antes existió alguna confianza en ellos, ésta se ha ido desvaneciendo irremediablemente.

Sobran razones para que se de este rechazo.

En un año en que la mayoría de las familias han visto mermados sus ingresos y el poder adquisitivo de su dinero, la clase política sigue sirviéndose con la cuchara grande, como lo vimos recientemente con los estímulos de fin de años que los diputados federales se auto-asignaron.

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EL TEMA DE LOS DOBLES REMOLQUES

En un año en donde miles de personas han muerto a causa de los nefastos dobles remolques, la plana mayor de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), encabezada por Gerardo Ruiz Esparza, defiende la existencia de esta modalidad de autotransporte pese a que en la mayoría de los países civilizados ha sido prohibida.

En los hechos, la SCT trabaja para defender los intereses de un grupo de transportistas influyentes, entre los cuales hay muchos políticos, olvidándose de las vidas que se pierden en las carreteras.

En un año en donde como nunca los mexicanos nos hemos manifestado contra la corrupción y la impunidad, funcionarios de diversos niveles siguen aprovechándose de sus cargos para hacer excelentes negocios.

Por ejemplo, en el municipio mexiquense de Naucalpan se construyen edificios y hospitales privados en lugares no autorizados para ello y el presidente municipal panista, Edgar Olvera, se niega a explicar el asunto.

En un año en donde murieron 36 personas en un surrealista mercado de artículos pirotécnicos, como era el de San Pablito, en Tultepec, Estado de México, resulta inconcebible que el Jefe del Ejecutivo prometa reconstruir el lugar en donde antes de la más reciente explosión ya habían ocurrido otros debido a que ninguna autoridad municipal, estatal o federal tiene la capacidad o la honestidad para hacer que se cumplan las normas de seguridad.

En un año en que el gobernador independiente de Nuevo León, Jaime Rodríguez, iba a sorprendernos a todos por su eficiencia, terminó sorprendiéndonos por su falta de inteligencia, como cuando recientemente en un evento les dijo a los niños que Santa Claus no existe porque sus papás son Santa.

No es casualidad que las malas noticias opaquen a las buenas. Las malas son tan malas, ofensivas y absurdas que no permiten que las buenas trasciendan por más buenas que sean.

 

EL TRANSTORNO BIPOLAR, SUB-DIAGNOSTICADO EN MÉXICO

Murió a los 60 años de edad la actriz Carrie Fisher, famosa por haber interpretado a la princesa Lea en la trilogía original de las películas Star Wars (Las Guerras de las Galaxias).

Dejar de existir a los 60 años de edad es demasiado temprano cuando se vive en un país desarrollado como Estados Unidos, en donde la expectativa de vida de una mujer al nacer es actualmente de 84.7 años. En 1956, año en que nació Fisher, la expectativa de vida de una mujer al nacer era de 72.9. Véase como se vea, la actriz podría haber vivido muchos años más de no haber padecido un desorden cerebral conocido como trastorno bipolar y ser adicta a las drogas, el alcohol y los antidepresivos.

En la versión española del sitio medlineplus.gov, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el trastorno bipolar se define como “una afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste o deprimido pueden alternar con períodos de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable. El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres. Con frecuencia comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno. En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa clara para los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad o energía (manías) o de depresión y baja actividad o energía (depresión)”.

Como sucede con otras afecciones mentales, se desconoce el origen del trastorno, pero parece ser que es orgánico y consecuencia de un mal aprovechamiento de los neurotransmisores cerebrales.

También se ha demostrado que existe una correlación entre el trastorno bipolar y las adicciones, aunque no se entiende por qué sucede esto. Un estudio realizado en Estados Unidos concluyó que aproximadamente el 60% de quienes padecen el trastorno son o han sido consumidores de alcohol o drogas.

Las drogas y el alcohol empeoran los síntomas del trastorno bipolar. Lo peor es que personas sin ningún antecedente de padecimientos mentales pueden desarrollar el trastorno como resultado de consumir drogas.

De acuerdo a la Asociación Psiquiátrica Mexicana, en nuestro país cerca de tres millones de personas padecen trastorno bipolar. Lo peor es que el 70% de los que lo padecen no son diagnosticados correctamente cuando son vistos por un médico general que lógicamente carece de los conocimientos necesarios para descubrir el trastorno.

El consumo de drogas y alcohol va en aumento en México y es probable que muchos de los alcohólicos y drogadictos padezcan el trastorno bipolar y otros trastornos, como es el trastorno límite de la personalidad, que también predisponen a las personas a consumir más alcohol y drogas.

¿Cuántos hombres y mujeres hay en México que por no estar diagnosticados están condenados a vivir en un verdadero infierno?  Si de por sí el tratar exitosamente a quienes padecen estos trastornos es difícil, tardado y costoso, ¿cuáles son las perspectivas de vida para millones de mexicanos que los sufren?

¿Están haciendo algo nuestras autoridades para enfrentar y resolver de alguna manera el problema?

Lo dudo.

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LA IMPUNIDAD, UNA CONSTANTE

Nunca sabremos cuantas personas murieron en los sismos que los días 19 y 20 de septiembre de 1985 golpearon a la Ciudad de México. Durante la dictadura perfecta que ejercieron los presidentes “revolucionarios” (desde Álvaro Obregón en 1920 hasta Ernesto Zedillo en 2000) la información que llegaba al público era cuidadosamente filtrada y controlada por el gobierno para que no se conociera todo lo negativo que ocurría en el país.

El número de víctimas que dejaron los terremotos del 85 varía según la fuente que lo proporcione. Los funcionarios y organismos federales nunca se pusieron de acuerdo sobre la cantidad y hasta Ramón Aguirre Velázquez, el entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, se contradijo sobre la cifra, primero asegurando que eran dos mil  los muertos y luego que eran unos 6 mil quinientos.

De acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional, hubo  dos mil  víctimas fatales, el IMSS calculó que entre 3 mil y 6 mil, la Cruz Roja Mexicana informó que fueron 15 mil  la agencia noticiosa AFP reportó entre 10 mil  y 30 mil  y el Sistema Sismológico Nacional fijo el número en 40 mil.

Varios edificios públicos y privados se vinieron abajo o quedaron irremediablemente dañados los días 19 y 20 de septiembre, entre ellos un buen número de edificaciones construidas por el gobierno federal o el del DF. De los edificios que albergaban oficinas, escuelas u hospitales públicos que se desplomaron o tuvieron que ser demolidos después destacan: la sede de la Secretaría de Marina, la de la Procuraduría General de Justicia del DF, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP); la sede de la Secretaría del Trabajo, la Secundaria No. 3, el Hospital Juárez, ocho edificios del Centro Urbano Benito Juárez, 12 edificios del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, la sede de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, la sede de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (Centro SCOP), el Tribunal Superior de Justicia del DF, Hospital General, edificios del Centro Médico del IMSS, sede de Nacional Financiera, sede de la Secretaría de Pesca y otros.

Una lista de los edificios que se cayeron o tuvieron que ser demolidos después de los sismos puede verse en es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Edificios_derrumbados_por_el_Sismo_de_1985.

Después de los terremotos se comentó como varios de estos edificios se vinieron abajo porque en su construcción se utilizaron materiales que no satisfacían las normas mínimas de seguridad o, de plano, eran de ínfima calidad. En la mayoría de los casos la edificación estuvo a cargo del propio gobierno o de contratistas privados supervisados por las autoridades.

Sin embargo, pese a las anomalías en muchas de las construcciones, nadie resulto ser responsable. Se mencionaron nombres, pero nadie fue nunca acusado de permitir que se construyeran edificios defectuosos que resultaron ser la tumba de cientos de personas.

La impunidad es la constante que caracteriza a todas las tragedias mexicanas.

 

 TULTEPEC ¿TAMBIÉN SE OCULTARÁ LA VERDAD?

Subió a 33 el número de víctimas fatales de la explosión que el martes destruyó el mercado de productos pirotécnicos de San Pablito, en Tultepec, Estado de México.

Todos los muertos son, a fin de cuentas, víctimas de la irresponsabilidad y la desidia de los funcionarios federales, mexiquenses y tultepequenses que, para variar, no supervisaron adecuadamente el comercio de un producto altamente peligroso. También son culpables de la tragedia los comerciantes en cuyo establecimiento empezó la que terminó siendo una explosión masiva y, por qué no decirlo, los consumidores que demandan cuetes, cohetones, palomas y otros productos hechos con pólvora sin tener la más mínima consciencia del riesgo que representan estos explosivos.

Seguramente que desde ayer ya estudian como zafarse de cualquier responsabilidad todos los burócratas federales, estatales y municipales que por no hacer bien su trabajo permitieron que se dieran las condiciones que causaron la tragedia.

¿Quiénes son estos funcionarios?

En primer lugar, quienes en la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) otorgan los permisos para elaborar, almacenar, transportar, vender y quemar artificios pirotécnicos, mediante la expedición de un permiso general y uno extraordinario.

En segundo lugar, en el Gobierno del Estado de México son los que laboran en la Dirección General de Protección Civil Estatal y el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMPEI), ambos dependientes de la Secretaría General de Gobierno.

Mención especial merece el director general del IMEPI, Juan Ignacio Rodarte Cordero, quien tan sólo hace unos días presumió que el de San Pablito era “el mercado de fuegos de artificios más seguro de Latinoamérica, con puestos perfectamente diseñados y con los espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena en caso de un chispazo”.

En tercer lugar, el gobierno municipal de Tultepec encabezado por el perredista, Armando Portuguez Fuentes, quien desde ayer empezó a negar cualquier responsabilidad de lo ocurrido diciendo que la industria pirotécnica en su municipio “está bajo “supervisión constante” de la SEDENA, olvidándose que “a través de bandos municipales se regula la venta y uso de pirotecnia en los municipios”, como lo informa el IMEPI en su sitio www.impei.gob.mx.

Ahora sabemos que, desde agosto pasado hasta diciembre de este año, los empresarios pirotécnicos de Tultepec planeaban comercializar productos hechos con 100 toneladas de pólvora. Eso es un diablal de pólvora.

Los 33 muertos y las decenas de heridos de Tultepec merecen justicia, como la merecen los desaparecidos de Ayotzinapa y miles de personas más que en México han pagado por la irresponsabilidad de diversos burócratas de bajo, mediano y alto nivel. En lo que a la explosión del martes pasado se refiere, ¿se ocultará también esta vez la verdad de lo ocurrido para proteger los intereses políticos y el supuesto buen nombre de los responsables?

Sitio web: ruizhealytimes.com

Twitter: @ruizhealy

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