Exgobernadores desaparecidos


Eduardo Ruiz-Healy

 Desde antes de que dejaran el poder se decía, comentaba y rumoraba que se habían hecho millonarios al frente de los gobiernos de sus estados y que, de paso, habían dejado vacías las arcas públicas y endeudados a sus paisanos durante muchos años por venir.

El ex Jefe de Gobierno perredista del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, lleva más de un año viviendo en París pese a que declaró que sólo ganaba 150,000 brutos mensuales, a los cuales deberían restárseles unos 45,000 del impuesto sobre la renta y los 80,000 que aparentemente sigue pagando por la renta de su casa en la colonia Roma. Es decir, con 25,000 pesos al mes (que equivalen a 1,204 euros) se da el lujo de residir, junto con su esposa, en una de las ciudades más caras del mundo, y de viajar con frecuencia entre Francia, México, Estados Unidos y quién sabe dónde más.

El hecho es que Ebrard está virtualmente desparecido de México y que nada indica que algún día explicará y responderá por todas las irregularidades, supuestas o reales, que ocurrieron durante su administración, siendo las de la Línea 12 del Metro las más notorias y costosas. Tampoco responderá, aparentemente, por los muchos negocios que se le achacan a él y a sus hermanos y amigos.

Se dice que Javier Duarte de Ochoa, gobernador priista de Veracruz con licencia, que dejó a su estado sumido en el caos, se subió en un helicóptero después de dejar el cargo y nadie tiene la menor idea de dónde se encuentra. Cada día se descubren más anomalías ocurridas durante su gestión, como son los multimillonarios contratos con empresas fantasma que ni oficinas tenían en los sitios donde supuestamente debían estar. Los diputados de oposición calculan que el quebranto financiero del Gobierno estatal en Cuenta Pública 2015 es por un mínimo de nueve mil 200 millones de pesos.

También están desaparecidos los muy desprestigiados exgobernadores priistas de Quintana Roo y el panista de Sonora, Guillermo Padrés. De cada uno de ellos se dice, se comenta y se rumora que, además de los pésimos gobiernos que presidieron, se aprovecharon de sus cargos para hacer negocios fabulosos, dejando de paso terriblemente endeudados a sus respectivos estados.

Tenemos así que no aparecen por ningún lado tres exmandatarios que pertenecen al PRI, otro que milita en el PAN y uno más que pasó por el PRD después de haber sido priista y quién sabe qué otras cosas.

Hace unos días se dio a conocer que, por fin, poco más de un año después de que dejara el cargo, la PGR giró una orden de aprehensión contra Padrés, quien es buscado por todo el mundo por la Interpol después de ser acusado de defraudación fiscal y realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita por más de 30,000 millones de pesos a través de empresas fantasma, algo que aparentemente también hicieron Ebrard, Borge y los dos Duarte.

Esperemos que pronto aparezca el sonorense. Y también el veracruzano, el quintanarroense, el chihuahuense y el cedemexicano. Todo depende de que en serio la PGR y las procuradurías de sus respectivos estados se atrevan a ir tras ellos.

Veremos qué pasa. Mientras, estos exgobernadores están desaparecidos.

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¿CUÁNTOS MEXICANOS SERÁN LAS PRÓXIMAS VÍCTIMAS?

La Constitución Política de la República Mexicana, aprobada por el congreso extraordinario constituyente el 5 de febrero de 1857, señalaba en su Artículo 10 que “Todo hombre tiene derecho de poseer y portar armas para su seguridad y legítima defensa. La ley señalará cuáles son las prohibidas y la pena en que incurren los que las portaren”.

60 años después, el 5 de febrero de 1917, el congreso constituyente aprobó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que Reforma la de 5 de Febrero de 1857, la cual ahora conocemos como la Constitución de 1917. En su Artículo 10 señalaba: que “Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen libertad de poseer armas de cualquiera clase, para su seguridad y legítima defensa, hecha excepción de las prohibidas expresamente por la ley y de las que la nación reserve para el uso exclusivo del Ejército, Armada y Guardia Nacional; pero no podrán portarlas en las poblaciones sin sujetarse a los reglamentos de policía”.

Es decir, ambas constituciones les dieron a los mexicanos el derecho de “poseer y portar armas para su seguridad y legítima defensa”. La de 1857 autorizaba la libre portación mientras no fueran de las prohibidas. La de 1917 restringió la portación dentro de las ciudades.

El Artículo 10 se mantuvo inalterado durante 54 años, hasta que el 22 de octubre de 1971, día en que el Congreso de la Unión, que en esa época seguía siendo títere del titular del Poder Ejecutivo, lo reformó por instrucciones del entonces presidente Luis Echeverría. Así, desde hace 45 años, de acuerdo al citado artículo, “Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional. La ley federal determinará los casos, condiciones, requisitos y lugares en que se podrá autorizar a los habitantes la portación de armas”.

O sea, que hoy el mexicano solo puede defenderse de los delincuentes que lo agreden dentro de su domicilio, pero no de los que lo hacen fuera de éste, ya sea en su negocio, su vehículo o la calle, como si esos fueran lugares en donde no actúan los criminales.

Y de la portación de armas, ni hablar. Son muy pocos los mexicanos que logran convencer a la Secretaría de la Defensa Nacional que les otorgue un permiso para portar un arma.

Muchos ignoran que las armas que la ley autoriza tener en el domicilio para que uno se defienda de los delincuentes que lo invadan son pistolas y revólveres que disparan balas de pequeño calibre (.22, .25, .32, .380, .357SIG y .38 Special). Con estas armas el mexicano debe defenderse contra delincuentes que usualmente portan pistolas y revólveres que disparan balas de mayor calibre (.357MAG, .38 Súper, .38 Comando, 9mm Parabellum, .44, .45, entre otras), si es que no llevar rifles que disparan balas de mucho mayor potencia.

El jueves pasado escribí en este espacio que “De enero a agosto de este año se denunciaron 54,156 robos a casas habitación, 44,450 a negocios y 105,107 a vehículos. Si tomamos en cuenta de que solo se denuncian seis de 100 delitos perpetrados, podemos suponer que se cometieron 902,600 robos a casas habitación, 740,833 robos a negocios y 1,751,783 robos a vehículos. En la mayoría de los casos, las víctimas no tuvieron como defenderse ante los delincuentes armados”.

No basta poder tener un arma en casa. Los números no mienten y demuestran que uno tiene casi el mismo riego de ser asaltado en su negocio y mucho más de ser víctima del delincuente cuando va a bordo de su vehículo.

Nuestros gobernantes, muchos de ellos bien protegidos por guaruras que pagan con nuestro dinero, ignoran estos números y nos piden que confiemos en ellos, que pronto resolverán el problema. Mientras esto sucede, ¿cuántos mexicanos indefensos serán las próximas víctimas de la delincuencia sin poderse defender de ella?

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EL TRUMP DE HOY ES EL TRUMP DE AYER

La noche del pasado miércoles, se llevó a cabo en Las Vegas, Nevada, el tercer debate entre los dos principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump. Fue el último de sus debates antes de las elecciones del próximo 8 de noviembre.

Trump llegó al debate sumamente debilitado. Su imagen se desplomó después de haber sido derrotado en los primeros dos debates, después de que se difundiera un video en donde se le escucha decir que agrede sexualmente a las mujeres porque es una “estrella”, después de seguir insultando a las mujeres que lo han criticado, después de seguir pregonando sus ideas fascistas, racistas, sexistas, xenófobas y antiislamistas, entre otras tantas de sus locuras.

Durante los últimos días, el neonazi ha venido diciéndole a sus seguidores que las elecciones están amañadas para que él pierda y que el sistema electoral está diseñado para servir a los poderosos. Lo anterior a pesar de que existen diversos estudios que prueban que el fraude electoral Estados Unidos es virtualmente inexistente.

Trump evidentemente aprendió de muchos otros fascistas de alrededor del mundo que la mejor manera de empañar y poner en duda el resultado de una elección es impugnarla antes de que haya emitido un solo voto. En México, nuestro propio y único Donald Trump Región 4 impugnó las elecciones y a las autoridades electorales las dos veces que fue candidato a la presidencia. Y no solo eso, como miembro del PRD siempre descalificó aquellos procesos electorales en donde no ganaran los candidatos perredistas, estrategia que sigue ahora como dueño de Morena.

Si bien nunca se había vistió en un candidato a la presidencia estadounidense descalificar a un proceso electoral de su país, Trump ya había asumido antes la misma estrategia.

Efectivamente, el 6 de noviembre de 2012, día de la elección presidencial que ganó Obama sobre el republicano Mitt Romney, el neonazi tuiteó una serie de mensajes que conforme fueron pasando las horas lo mostraban como un paranoico absoluto. Veamos lo que fue escribiendo:

1:28 PM: “Se ha está desarrollando un patrón muy peligroso a través del país por los partidarios de Obama. Observador electoral en Detroit fue amenazado con una pistola http://bit.ly/YSzE1o

1:56 PM: “Más reportes de que las máquinas de votación de le dan a Obama los votos a favor de Romney. Prestar mucha atención a las máquinas, no dejes que tu voto sea robado”

1:57 PM: “Asegúrate de verificar que la máquina de votación no cambie tu voto. Si tienes algún problema, notifícalo a los miembros de mesa de votación”.

2:26 PM: “Si eres acosado o abucheado por los partidarios de Obama en los lugares de votación, asegúrate de reportarlo inmediatamente”.

Horas después, cuando era inminente que Obama había ganado la mayoría de votos electorales, se volvió loco:

10:29 PM: “No podemos permitir que esto suceda. Debemos marchar sobre Washington y detener esta farsa. ¡Nuestra nación está totalmente dividida!”

10:30 PM: “¡Vamos a luchar como el demonio y detener esta gran y desagradable injusticia! El mundo se está riendo de nosotros”.

En un tuit que después borró de su cuenta escribió: “Más votos es igual a una pérdida… ¡Revolución!”

10:33 PM: “Esta elección es una farsa y una burla. ¡No somos una democracia!”

10:39 PM: “Nuestro país está ahora en problemas serios y sin precedentes … como nunca antes”.

10:43 PM: “Nuestra nación es una nación dividida que una vez fue grande!”

10:45 PM: “El colegio electoral es un desastre para una democracia”.

Así, después de decir que la reelección de Obama fue fraudulenta, Trump dejo de tuitear durante algunas horas. Al día siguiente, a la 1:03 PM, arrancó su campaña presidencial al mandar este mensaje por Twitter: “¡Tenemos que Estados Unidos vuelva a ser grande!” (We have to make America great again!)

El Trump de hoy es, a fin de cuentas, el Trump de ayer. Lástima que nadie lo vio venir. Lástima que cuando anunció que buscaría la candidatura presidencial minimizamos sus intenciones.

Afortunadamente, el 8 de noviembre se cumplió lo que dice el viejo refrán: “El pez por la boca muere”.

Sitio web: ruizhealytimes.com

Twitter: @ruizhealy

ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR