En los documentos que sustrajo Trump hay datos de agentes secretos


Periodistas frente al Palacio de Justicia de Estados Unidos en Palm Beach, Florida, con el documento publicado por el Departamento de Justicia ayer. Foto Ap

David Brooks, corresponsal / La Jornada

ueva York. El Departamento de Justicia sospechaba que Donald Trump tenía en su posesión documentos secretos de seguridad nacional y evidencia de esfuerzos de obstrucción de la justicia, según una versión censurada de la declaración jurada para justificar el cateo sin precedente de la residencia de un ex presidente.

La declaración jurada de 32 páginas (en la imagen sobre estas líneas), ofrece la descripción más detallada hasta la fecha de los registros del gobierno almacenados en la mansión del ex presidente Donald Trump. Foto Ap

Y todo indica que el allanamiento llevado a cabo por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) el 8 de agosto confirmó la sospechas, ya que entre los materiales confiscados ese día había por lo menos 11 series de expedientes oficiales secretos.

De acuerdo con la declaración jurada redactada por la FBI –cuya versión está censurada para proteger la integridad de fuentes y testigos en lo que son las primeras etapas de una investigación criminal contra Trump, hecha pública ayer por orden de un juez–, las autoridades federales buscaban recuperar archivos oficiales secretos que estaban guardados en varias partes de la residencia y club privado conocido como Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida.

“Existe causa probable para creer que documentos adicionales que contienen NDI (información de Defensa Nacional) o que son documentos presidenciales sujetos a requisitos de retención de archivos permanecen aún en las instalaciones. También se sospecha que se encontrará evidencia de obstrucción”, establece la declaración jurada.

El documento –con aproximadamente la mitad de sus 32 páginas tachadas– confirma que las autoridades federales estaban enfocadas en terminar con el manejo indebido, y posiblemente ilegal, de documentos oficiales secretos y en determinar si con ello Trump estaba violando por lo menos tres marcos jurídicos federales, incluyendo la Ley de Espionaje.

También confirma que la alarma dentro del Departamento de Justicia por el manejo de estos documentos secretos se intensificó cuando revisaron las primeras 15 cajas de material que Trump entregó a los Archivos Nacionales en mayo de 2022, después de una serie de negociaciones, y encontraron, según la declaración jurada divulgada ayer, 184 documentos clasificados, incluyendo 25 marcados como “ultrasecretos”, el nivel más alto de reserva de información oficial.

Más aún, algunos de los archivos altamente clasificados en posesión de Trump abordaban “fuentes humanas clandestinas”, o sea, agentes o colaboradores de la inteligencia estadunidense.

La declaración divulgada ayer también revela que las negociaciones para recuperar documentos oficiales, que por ley deben ser entregados a los Archivos Nacionales por todo presidente al concluir su gestión, se iniciaron desde mayo de 2021, y que hubo intentos repetidos y varias pláticas para reintegrar al resguardo oficial los documentos desde entonces.

Este tipo de atestados, conocidas en inglés como affidavits, son reportes preparados por las autoridades para presentar evidencia y argumentos ante jueces al solicitar una orden de cateo u otras acciones judiciales. El juez en este caso, Bruce Reinhart, aprobó la petición de cateo, y después del allanamiento de Mar-a-Lago y en respuesta a solicitudes de algunos medios determinó que las autoridades tenían que revelar al público parte de los informes sobre lo confiscado y la versión censurada del justificante del allanamiento de Mar-a-Lago.

A la vez, en un memorándum Justicia también explicó ayer las razones para la censura de cierta información en la versión pública, y reveló algo que seguramente preocupó aún más a Trump: que uno de los propósitos del ocultamiento de datos fue proteger la seguridad de varios individuos que han proporcionado información y colaborado con esta indagatoria de la FBI en contra el ex mandatario.

Trump emitió un mensaje poco después de hacerse público el documento este viernes y no sorprendió al reiterar que las autoridades, y esta vez incluye al juez, forman parte de una campaña de persecución –una “cacería de brujas”– en su contra.

Pero una de las reacciones más notables fue el silencio de gran parte de los aliados de Trump, quienes recientemente habían condenado a gritos el cateo de la casa del ex presidente. Ese mutis, ante los nuevos detalles y la seriedad de los potenciales delitos, ha crecido en los recientes días.