El zumbido del moscardón


Metamorfosis de los mercenarios

Alejandro Leyva Aguilar

(Publicado el 3 de febrero del 2016)

La unción de Alejandro Murat Hinojosa en Oaxaca no fue exactamente de unidad, como lo planeó el Comité Ejecutivo Nacional del PRI que hace algunos días habría dicho que el hijo del ex gobernador sería el candidato único.

Después del anuncio en redes sociales de la decisión del CEN del PRI para Oaxaca, muchos memes y cuentas corrientes del twitter habrían advertido de una desbandada de priístas que, o saldrán de las filas abiertamente o bien, le darán el 5 de junio un voto de castigo al candidato, por lo que consideran una imposición.

Ayer Alejandro Murat Hinojosa se registró ante la Comisión Estatal de Procesos Internos como precandidato del PRI al gobierno del estado y, los priístas esperaban que fuera el único en registrarse sin embargo, dos horas después un personaje discreto pidió también su registro a la Comisión.

Se trata de alguien medianamente conocido en la vida política de Oaxaca, alguna vez diputado local y participante en organizaciones sociales, su nombre es José Bolaños-Cacho Guzmán.

¿Por qué José Bolaños Cacho Guzmán, a sabiendas de la decisión del CEN del PRI, se registra como precandidato al gobierno rompiendo el pacto de “unidad” signado por al menos 6 precandidatos con muchas más posibilidades que él?

 

Hay tres hipótesis:

Que sea comparsa –los Bolaños Cacho han sido amigos del ex gobernador José Murat- y permita a Alejandro hacer precampaña, ganando con ello un tiempo muy valioso.

  • Que no tenga ningún nexo con los Murat y busque, al través de una impugnación a la propia Comisión Estatal de Procesos Internos del PRI o ante el OPLE, la inhabilitación de Alejandro Murat, por inelegibilidad, para quedarse él con la candidatura.
  • O bien –y me inclino a pensar que así es- que busque impugnar a Alejandro Murat con argumentos leves, casi inválidos que lo lleven a un juicio en el que el hijo del ex gobernador resulte absuelto.

En el tercer supuesto, el vacío que existe en la ley electoral permitiría “legitimar” a Alejandro Murat en la contienda constitucional porque habría sido “juzgado” y quedaría inmune ante una muy probable impugnación postelectoral promovida por cualquier otro ciudadano o partido político, debido a que no cumple con los requisitos de elegibilidad para ser candidato a gobernador.

Sería una jugada maestra más del ex gobernador José Murat y de sus abogados porque las condiciones en las que compite Alejandro Murat, son adversas dado que nació en Tlanepantla, Estado de México y recibió en 2012 un Fiat notarial en aquél estado de la República.

Si alguien, sobre todo un buen amigo lo impugna de manera leve, con argumentos de huizachero de primer año de la facultad de derecho de la UABJO y el Tribunal Estatal Electoral lo absuelve, Alejandro Murat quedaría inmune ante alguna eventual impugnación de cualquier otro partido o persona y podría ser gobernador sin ningún problema.

 

Un “caso juzgado” no puede volver a ser juzgado… al tiempo.

 

Tomado de ADNSURESTE.INFO

ulises

Alejandro finalmente aterrizó en Oaxaca

Cuando conocí a Alejandro Murat Hinojosa, pude percibir en él a un joven con una preparación académica envidiable cuyo discurso como precandidato del PRI al Gobierno de Oaxaca se me hizo lejos del contexto socio-político oaxaqueño. Incluso llegué a pensar que dados los números de los otros precandidatos, por encima de los del hijo del ex gobernador José Murat, y dado su discurso tecnócrata, sería difícil que consiguiera la postulación del PRI al gobierno de Oaxaca.

Incluso llegué a pensar que dados los números de los otros precandidatos, por encima de los del hijo del ex gobernador José Murat, y dado su discurso tecnócrata, sería difícil que consiguiera la postulación del PRI al gobierno de Oaxaca.

Este tres de abril, sin embargo, vi a una persona distinta en el estrado de la iconográfica Plaza de la Danza… Alejandro Murat Hinojosa, se había transformado y era uno más de los ahí presentes… había, finalmente, aterrizado en Oaxaca Puse mucha atención en el discurso del candidato, trepado en un estrado que hablaba por si mismo de la operación de cicatrización que el CEN del PRI llevó al cabo en Oaxaca.

Desde ahí, Alejandro Murat proponía 5 puntos que los oaxaqueños sabemos y sabemos bien, no se pueden cumplir si no hay compromiso. Cuatro de esos puntos son impensables si no existiera el quinto: transparencia y rendición de cuentas.

Alejandro Murat no sólo lo propuso desde ya, al Congreso local oaxaqueño con su iniciativa tres de tres, también lo hizo. Presentó sus tres declaraciones: la Patrimonial (dijo cuánto tiene), la de Intereses (dónde ha trabajado, quiénes son sus compadres y prestamistas) y la Fiscal (la que habla de su civilidad al pagar impuestos puntuales).

Ahora, con estas actitudes entiendo bien el discurso de Alejandro Murat ¿por qué Oaxaca no ha prosperado si tiene presupuestos de más de 80 mil millones de pesos cada año?, ¿dónde están esos recursos?, ¿por qué no se ve en obras públicas, en combate a la pobreza, a la educación y al rosario de rezagos que es nuestro estado? Sencillo, por la corrupción. Luego entonces para lograr lo que él dice, es necesario pasar de los dichos a los hechos y justamente para evitar “los ruidos” de vientos lejanos, tan lejanos y tan cercanos a la vez como el del New York Times cuyo socio mayoritario es Carlos Slim Helú (primo de Alfredo Harp Helú –un diodorista-), Alejandro se blinda con la iniciativa y la presentación de sus declaraciones.

Nada sería posible en Oaxaca, ninguna buena intención o ningún buen proyecto si de por medio no se combate la corrupción, por eso fue tan bueno el discurso de Alejandro Murat Hinojosa este tres de abril en la Plaza de la Danza porque combinó dos cosas: el sentimiento familiar y un proyecto de estado que es realizable si se erradica la corrupción. Alejandro se refirió a su padre José Murat Casab, del que dijo, aprendió la verticalidad y el sacrificio para lograr las metas propuestas y a su madre Guadalupe Hinojosa de quién heredó  la vocación de servicio.

Hizo muy bien al no negar a su progenie, menos a su padre que como quiera que sea, amado por unos, respetado por otros, temido y odiado por aquellos, representa –como cualquier padre a su hijo- un baluarte.

Comienza bien entonces Alejandro Murat con su ofrenda de flores al patricio de Guelatao y evocando su legado al presentar sus tres de tres, exigencia ciudadana que se quiere elevar a rango constitucional; comienza bien y, de seguir así, podría elevar esa ventaja de nueve puntos con la que arrancó su campaña. Nada sería posible en Oaxaca, ninguna buena intención o ningún buen proyecto si de por medio no se combate la corrupción, por eso fue tan bueno el discurso de Alejandro Murat Hinojosa este tres de abril.