- ¿Cuáles los motivos de Donald Trump ante su homólogo ruso Vladimir Putin?
- ¿Austeridad propuesta por López Obrador llegará a los partidos políticos?
- Llegada del nuevo presidente de México trae consigo “federalismo aplastante”.
Alberto Vieyra Gómez/AMN
¡Que vergüenza para los norteamericanos!… No cabe duda, los estudiosos del carácter han concluido que Donald Trump, no es un individuo apto para gobernar al país más poderoso de la tierra.
Cuánta razón tienen, pues, la bestia trumpiana es de esos individuos que hablan sin conectar la lengua con el cerebro ¿Por eso se le patinara la lengua y el coco tan seguido?
En su cumbre con el número 1 del kremlin Vladímir Putin, el güero loco se arrastró como un vulgar palero de Rusia.
Cuando Vladímir Putin aseguró que Rusia no había intervenido en las elecciones presidenciales norteamericanas del 2016, sin ambages, su palero Donald Trump dijo que “le creía a él y no a la CIA”. El mundo se le vino encima a la bestia trumpiana. Republicanos y demócratas no vacilaron en acusarlo de traidor a la patria norteamericana por darle credibilidad al mandatario de una nación enemiga y no a las agencias de inteligencia que él representa.
Ante el alud de críticas que se le vinieron encima, el pelos de elote emularía a la chimoltrufia diciendo que sí, pero no, o que no dijo lo que dijo, o que lo que dijo lo dijo mal porque debió haber dicho “‘podría’ en lugar de ‘no pudo’”.
¿CUÁLES LAS RAZONES DE SERVILISMO DE TRUMP?
¿Pero que hay detrás del lacayismo de Donald Trump hacia Vladímir Putin y Rusia? ¿Será en gratitud por su descendencia ruso-judía? ¿Será que Trump está en ayunas en materia de historia o que finge demencia sobre la guerra fría, el conflicto ideológico, político, económico y militar librado entre el capitalismo norteamericano del mal y el comunismo soviético? ¿Por qué su traición a las instituciones norteamericanas? ¿Su lacayismo tendrá que ver con sus ambiciones económicas y comerciales de levantar un hotel de cinco estrellas muy cerca de la plaza del kremlin? ¿Habrá enloquecido el Hitler Gringo exhibiéndose como palero de Putin?
A finales de 2016 y semanas después de los comicios, las agencias de inteligencia estadunidenses, encabezadas por el FBI concluyeron que, aunque fracasó en sus objetivos, el gobierno de Rusia intentó -mediante intervención cibernética- socavar el resultado de las elecciones presidenciales a favor de Trump y contra la entonces candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.
Antes de transferir el poder a Trump, el exmandatario Barack Obama expulsó a varios diplomáticos rusos de Estados Unidos e impuso sanciones económicas a Rusia, en represalia por la injerencia electoral.
Robert Mueller, fiscal independiente del Departamento de Justicia, lleva a cabo una investigación para determinar si hubo o no colusión entre la campaña de Trump y Rusia con fines electorales.
Hoy el fiscal tiene mucha tela de donde cortar porque Donald Trump dijo a ante los rusos “que no” y ante los gringos “que sí hubo injerencia rusa en las elecciones norteamericanas”.
Vaya manera de echarse de cabeza el palero de Putin.
UNA POZOÑOSA INDUSTRIA
En el plan Lopezobradorista de austeridad desaparecerán hasta las borracheras de funcionarios públicos, amén de la reducción del 50 por ciento de los sueldos de los 26 mil zánganos que conforman la alta burocracia nacional, que no producen nada. Pero llama poderosamente la atención, que a la ponzoñosa partidocracia quedara exenta del tijerazo.
Habrá que recordarle al señor Andrés Manuel López Obrador que una de las poderosas razones por las que el pueblo de México odia a la partidocracia es nada más y menos, que, por el derroche de nuestros recursos públicos, haya o no haya elecciones en México.
En este electorero 2018 esa ponzoñosa partidocracia, representada en la Cámara de Diputados otorgo al INE alrededor de 30 mil millones de pesos, de los cuales más de 6 mil 500 millones de pesos, fueron a parar a las arcas de la odiada partidocracia y el resto se gastó en la organización del proceso electoral, que por cierto legítimo a las instituciones electorales por la altísima votación del 53 por ciento que obtuvo Andrés Manuel López Obrador.
Para el 2019, año de vacas gordas del régimen Morenista o de la era del PRIMOR, ya se anuncia con bombo y platillo que Morena, suyo suyito y de la propiedad del señor López Obrador recibirá un total de mil 557 millones de pesos y como el recién electo presidente ha dicho que: “El buen juez por su casa empieza”, los mexicanos quieren ver que ese financiamiento de Morena y de más lacras sociales que conforman la partidocracia, se ha reducido a la mitad o de plano que hagan política rascándose con sus propias uñas.
De acuerdo con la votación obtenida en el reciente proceso electoral, al PAN, le corresponderán 850 millones de pesos; al PRI, 800 millones de pesos; al PRD 392 millones de pesos; a Movimiento Ciudadano, 361 millones de pesos; al disque Partido del Trabajo, 343 millones de pesos y por último al corrupto Partido del niño muerde, Emilio Gonzales Martínez, 374 millones de pesos. Que hacen un total de 4 mil 680 millones de pesos.
¿Qué se haría con semejante millonada?
Muchas escuelas, hospitales, mercados públicos, se abastecería de medicamentos a hospitales y una buena tajada sería para destinarla a educación científica y tecnológica y acabar con el desastre educativo nacional.
¿No le parece a usted que si el señor López Obrador anuncia que llevará a cabo la cuarta etapa de la transformación del país, que le cierre la llave de una vez por todas a la ponzoñosa partidocracia para que los politicastros hagan política con saliva y no con nuestros dineros públicos? Claro que eso sería un cambio que merecería las palmas del respetable.
¿Usted, que opina?…
FEDERALISMO APLASTANTE
Allá por el año 500 a.C con el nacimiento de la antigua República romana surgió una figura política con inmensos poderes centralistas: “los procónsules”.
A los gobernantes de las provincias se les daba el status de gobernadores con similitud al actual gobierno, pero, los “procónsules” nombrados por el Senado, manipulaban todo, absolutamente todo el poder en materia militar, económica, educativa, Etcétera. Se trataba de un “federalismo aplastante” en el que los gobernadores jugaban el papel de meras figuras decorativas.
Algo similar ocurrió en México, durante el régimen Salinista, durante el cual los delegados de SEDESOL repartían dinero a lo bestia y estaban por encima de los virreyes gobernadores.
En la era del “PRIMOR”, es decir, en el régimen Lopezobradorista ya se ensaya esa figura política de “procónsul”, pero bajo el pomposo nombre de: coordinadores estatales, que representarán a todas las dependencias del gobierno federal en cada entidad federativa, en la que los gobernadores se convertirán en meras figuras decorativas y en muchos casos en estorbos del poder.
Estamos en vías de inaugurar una nueva era de “aplastante federalismo”, en el que dichos coordinadores tendrán acuerdos directos con el Presidente de la República y no con sus achichincles, mientras que los gobernadores mendigaran y deambularan por las secretarías de estado, clamando o chillando por más recursos presupuestales.
En la mayoría de los casos, los “cónsules” tendrán que tragarse su orgullo y enfrentarse a los “procónsules” para suplicarles frías.
Llama poderosamente la atención que, por ejemplo, en el estado de México la flamante gobernadora, perdón coordinadora, o procónsul romana, será Delfina Gómez Álvarez la ganadora real de la gubernatura mexiquense en el 2017; mientras que Alfredo del Mazo Maza, cachorro nacido en pañales de seda del grupo “Atracomucho” se convertirá practicante en un mandatario que está pintado en mochila de indio. ¿Se imagina usted a ese cachorro frente a frente con Delfina contra del Mazo mendingándole dádivas económicas o favores políticos para su estado?
Sin duda, que el señor del Mazo, quién prometió hacer del Estado de México el territorio más seguro de la nación azteca, pero que hasta hoy no da una, tendrá que aprender a comer sapos, sin hacer gestos y con una sonrisa saber pedir más sapos, como seguramente lo tendrán que hacer otros gobernadores virreyes que verán reducido su poder ante el aplastante poder del federalismo centralista.
No es un tema de poca monta. Seguramente que habrá choques de trenes en ese aplastante “centralismo” en el que los “procónsules coordinadores del gobierno central”, concentrarán en sus manos todos los poderes y harán que los gobiernos locales, emanados de elecciones estatales autónomas, pasen a un segundo plano o de plano queden reducidos a meras figuras políticas decorativas.
Ya veremos quiénes aguantan el trote, pero este átomo de la comunicación tiene la ligera sospecha de que ese “aplastante federalismo” no tendrá final feliz ya que no es saludable para la república.
ARRANQUES DEL GÜERO LOCO
“El TLCAN es un desastre, ha sido un desastre desde el día en que fue concebido”
“Con México, siendo uno de los países con más alto crimen del mundo, debemos tener un muro”
“Los 20 mil millones de dólares del muro son cacahuates en comparación con lo que México consigue de Estados Unidos. ¡El TLC es una mala broma!”
El 9 de abril y el 27 de agosto del año pasado, y el 18 de enero del 2018, han sido registrados como las peores balandronadas y agresiones del güero loco en contra de México, y sin faltar, claro está, cuando en la campaña electoral tildó a los mexicanos como “la basura del mundo”, con la ligereza que, en días pasados, lo hizo con Haití, El Salvador, Nicaragua, Honduras, y naciones africanas, a las que no bajó de “mierdas”.
Ofrezco, a mis compatriotas, incluyendo a mis 3 lectores y radioescuchas, una respetuosa disculpa por el empleo de este sucio vocablo, como muchos otros twiterianos que salen de la boca de la bestia trumpiana.
Algunos me han recordado aquél viejo dicho que cita: El puro solamente les queda a los hocicones, pero yo creo que a Trump no le hace falta el puro, mientras tenga el muro, que sigue usando como una vil mentira para endulzar los oídos de los güeros locos en Estados Unidos, y mi colega periodista Don Ángel Trejo, tiene razón cuando afirma, en su Diálogo Político” que: “El muro forma parte de su cantaleta de loco y de ahí nadie lo va a sacar porque es una fijación mental (locus), específica de su personalidad y el discurso que le dio el voto de muchos gringos racistas, ignorantes y ultranacionalistas iguales a él. Pero el muro no va a pasar del discurso, como ha ocurrido exactamente desde hace un año, cuando asumió la presidencia de EU”.
Sí, se trata de puras balandronadas del güero loco, igual que el TLC que, hasta hoy, no ha tenido los pantalones para darlo por terminado, porque sabe que la jauría de las multinacionales gringas, que han obtenido carretadas y más carretadas de millones de dólares en los 23 años de existencia del tratado comercial, lo mandarían a su casa, y metería a los Estamos Divididos de América, perdón, a los Estados Unidos de América, en gravísimas y millonarias demandas comerciales por parte de México y Canadá en los paneles internacionales.
Así que, el TLC y el muro, son balandronadas y más balandronadas del pelos de elote que, ahora, está tomando la forma de La Bombonera de Toluca, porque rinde culto, a mañana, tarde y noche, a la comida chatarra, incluyendo los refrescos negros, como su alma.
El gobierno mexicano ha sido tibio en su defensa contra la soberanía nacional, y a través de la cancillería se insiste en que México no pagará el muro ni permitirá que, dicho muro, se convierta en un chantaje para negociar el TLC.
Ciertamente que el gobierno azteca ha sido blandengue. Ha desaprovechado la oportunidad de echarle, a Donald Trump, a todo México encima, alimentando el histórico nacionalismo mexicano. Tampoco ha sido contestatario para recordarle al güero loco que su país es la meca de la drogadicción en el mundo, y los mafiosos saben que, si los gringos no tienen todos los días drogas, se volverían locos y podrían hacer que Estados Unidos estalle en mil pedazos con tenebrosos estallidos sociales por falta de drogas.
Si viviera mi general Pancho Villa, ya nos habría dicho a los mexicanos: Échenles mentadas a los güeros locos de los Estados Divididos de América, que también les duelen.
¿Usted le entraría a las mentadas?