El diluvio:Las urgencias, el granizo caliente, la llama


El matrimonio Calderón-Zavala

Rafael Cardona

“Nadar sabe mi llama la agua fría”; dice don Francisco de Quevedo en inmortal verso en cuya síntesis de los opuestos se expresa la indefinible naturaleza del alma humana, pero en la lengua popular mexicana esa misma contradicción térmica, entre lo naturalmente cálido y lo irremediablemente helado se usa para otras cosas más mundanas y vulgares, como por ejemplo la ambición política, cuyos demonios se han soltado desde hace muchos meses  de manera prematura.

“No te calientes, granizo”, dicen los rancheros norteños cuando le piden a alguien no caer en la trampa de las ansias, el apresuramiento y la calentura irrefrenable, preludio de precipitadas decisiones y errores de juicio. Calma y nos amanecemos, decía el erotómano paciente. No por mucho madrugar; en fin, despacio si llevamos prisa. Todo eso, como dice el refrán, dar tiempo al tiempo.

La urgencias, no aquellas masculinas en los versos de Lugones y atribuidas al mar cuyo bramido en torno de la mujer terminan penetrándola como una daga de espuma; no, las prisas viles de los ambiciosos, hombres o mujeres a quienes el gusano del poder se les ha enquistado en el corazón y los hace pugnar y pujar por una candidatura a toda costa, tal es el caso de la señora Margarita Calderón (Zavala), quien urge al presidente del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya, a prontas definiciones, por lo pronto entre  su desempeño desde la jefatura y la promoción  desde ese privilegiado sitio de su propia construcción para ser él mismo quien reparta y no comparta.

Piso parejo, dice la señora Calderón cuando su propia condición conyugal, como ariete del reeleccionismo mal disimulado de su esposo, el siempre truculento y oblicuo Don Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, convierte su plataforma en una muy especial plancha de lanzamiento para recorrer el camino conocido.

Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador

Se podrá decir, no es una ventaja ilegítima, es una condición derivada de la vida misma, pues a ella le tocó acompañar a su esposo en Los Pinos, lo cual ni siquiera está vedado, para actividades futuras, en leyes o reglamentos o cánones de cualquier cosa semejante a la política, pero la verdad es otra: no son esas circunstancias producto del trabajo propio ni la evolución  de una obra personal; son simplemente condiciones afortunadas cuyo peso en el acopio de información y relaciones no tienen los demás.

Haber vivido seis años en Los Pinos y querer regresar, ya es una muestra de lo disparejo del piso cuya lisura ahora se exige desde la zaga de la cancha.

Y esto, lo de la zaga, porque para nadie es un secreto cómo Ricardo Anaya ha tomado del pescuezo al panismo y lo ha puesto a bailar al son de su gusto, ya sean violines de la sierra queretana o dulces canciones desde las cuales sobre sale la voz quebrantada y emocional  de Ray Charles cuando evoca “Georgia in my mind”; pues en ese estado de duraznos y mujeres de elásticas piernas, (“Gone with the wind”), se encuentra el  domicilio familiar  del señor presidente del PAN quien  se anticipó a la crisis de los “dreamers” en las suaves colinas de Atlanta.

Pero en fin, para los defensores de la señora Calderón, se pueden mostrar los casos de Cristina Kirschner o Hillary Clinton, lo cual es mezclar las preñadas con las paridas.

Todo proviene de la urgencia, del calor del hielo, del agua en  la llama.

Rafael Moreno Valle
Rafael Moreno Valle

Los Calderón quieren ya, pero ahora, de inmediato y si se puede antes, el proceso de designación del candidato; Anaya gana tiempo mediante un  artilugio genial: su asociación con otra urgida de alcanzar la orilla opuesta, Alejandra Barrales, pues el cuento ese de la construcción democrática (todo debe ser democrático en este imperfecto país), se irán hasta  noviembre, tal es su finalidad.

Por eso jalan la reata (con permiso de Ingrid y Brozo) esperando no reventarla en el último jalón y en busca de las correas de cada cuero. Los panistas invocan un doble motivo para aliarse en un frente cuya amplitud ya nos viene quedando estrecha: hundir el PRI en las mazmorras del olvido. Y, obviamente, confiar al Peje a los más lejanos rincones del fracaso, pero la verdadera razón es prolongar artificialmente los tiempos de la decisión y el mecanismo de selección, para garantizar la vigencia del control.

Anaya; como buen gavilán no agarra para soltar. Ya ha agarrado (con las garras; no como aquel quien agarró y se murió, dicen algunos) y no dejará la candidatura, desde ahora guardada en su puerta, gracias –dicen algunos dizque sabios—un acuerdo ya firme con el gobierno actual, quien le ha ofrecido abrir la maleza y construir un sendero seguro en esta dura travesía, a cambio –claro—de comprensión para el futuro.

Ricardo Anaya
Ricardo Anaya

En ese sentido Rafael Moreno Valle mira cómo baja a gran velocidad su canastilla en la rueda de la fortuna cuya ingeniería tanto dinero les costó al gobierno de Puebla y a sus patrocinadores, y con su libro de propaganda en la mano, va como la zarzamora por los rincones. Romero Hicks, Ruffo, Derbez y quienes lleguen más tarde no son sino comparsas  en la actual mojiganga en busca de la compensación para cuando abatan sus banderas y le alcen la mano a Don Ricardo (hermano, yo declino).

Los amarillos –por su parte–, necesitan flotadores para conservar su única fuerza real ahora mermada por la irrupción de Morena: la ciudad de México.

Para arrebatarles esta capital de inundaciones y calamidades, ya tiene el Neptuno de Morena un tridente como el del Barcelona, pero en lugar de Messi, Suárez y Neimar, dispone de Monreal, Sheinbaum y Batres (ay, nanita).

La prisa suele ser mala consejera.

 

REUNIÓN DEL PRESIDENTE PEÑA Y TRUMP

Cuando usted lea estas líneas (si me hace el enorme favor), el presidente de México, Enrique Peña, se habrá reunido por segunda ocasión con Donald Trump, presidente de los Estados Unidos (a pesar de todo).

Hoy existen millones que no tienen no tienen dudas: Trump no se merece la posición actual, así este en ella de manera legal. A sus opositores en los Estados Unidos ahora se suman millones de personas en todo el mundo, quienes atónitas y sorprendidas miran a un impreparado en la exhibición de sus improvisaciones irracionales.

Pero a pesar del tiempo transcurrido y las explicaciones, la relación Peña-Trump no pudo ni puede ser peor.

Al gesto de apertura de la primera reunión, se le correspondió con un ensañamiento en las posturas antimexicanas y la cobranza del imaginario muro fronterizo. y digo imaginario como lo afirma el propio congreso americano; no hay dinero para tan babilónico y desmesurado proyecto.

Por otra parte, el empeoramiento de la relación entre estos dos hombres, se expresó en la cancelación del presidente mexicano de su visita a Washington, ante el torpedeo del propio Trump. Recordemos.

“(El país internacional. Ene 2017).- Nunca en las últimas décadas la relación entre Estados Unidos y México había pasado por un momento tan crítico.

“En el aire han quedado ahora mismo la supervivencia del Tratado de Libre Comercio para América del Norte y la estabilidad de una relación entre dos países que comparten más de 3 mil 100 kilómetros de frontera e inmensos nexos demográficos, culturales y económicos

Ricardo Monreal Ávila
Ricardo Monreal Ávila