El diluvio Los “trumpetazos” y Jericó


Rafael Cardona

Desafortunada, triste, vergonzosa, ¿cuántas cosas se han  dicho sobre la malhadada visita de Donald Trump a México y la incomprensible idea de invitarlo.

Las trompetas derribaron las murallas y las piedras cayeron encima de Luis Videgaray. Nada se mejora, pero se contiene la ola contra el propio Presidente. Se halló un  culpable; no un responsable. Eso ya lo sabemos.

Recordemos.

El gran escritor estadunidense, Truman Capote, utilizó como epígrafe para titular su última novela, un pensamiento de Santa Teresa: “más lágrimas se derraman por las plegarias atendidas que por las no respondidas”.

Ignoro en cuál morada de Santa Teresa se halla dicha reflexión, pero hoy le viene bien a México, en un sentido o en otro.

–¿Cuál de las dos invitaciones a los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos le acarreará más lágrimas y quebrantos a México? ¿La atendida por Donald Trump o la rehusada por Hillary Clinton?

Personalmente, y en contra del pensamiento teresiano, la segunda será –a la larga—mucho más nociva. Y eso ya es decir.

Han corrido en estos días amargos ríos de tinta por la muerte de Juan Gabriel pero quizá hayan sido más las aguas ácidas vertidas para condenar la entrevista Peña-Trump. Y en días por venir este redactor, en su papel de conductor de televisión, aportará una reflexión en conjunto sobre la esperanza de nuestras futuras relaciones con los Estados Unidos, esperanza ésta aplicada no como virtud teologal, sino como necesidad ante el porvenir.

¿Y ahora, a la vuelta de la esquina qué nos espera?

La serie “Desde el Congreso”, producida por la Cámara de Diputados y divulgado por el canal legislativo, reunió a diputados de todas las tendencias.

Víctor Manuel Giorgana del PRI; Agustín Basave, del PRD; Clemente Castañeda del Movimiento Ciudadano; Gustavo Guizar del Encuentro Social y Virgilio Caballero de Morena. Como en pocos casos hubo unanimidad. La entrevista con Trump es el peor error político de este gobierno. Ya después cada quien matizó el error (especialmente Giorgana, lo cual es obvio) de acuerdo con sus conveniencias.

Pero la pregunta central fue simple:

–Le hará más daño al país la entrevista rechazada por Hillary Clinton o la aceptada por Donald Trump.

Ahí las opiniones se dividieron como podrá advertir quien mire la emisión de TV (la fecha aun no la conozco). Imposible reproducir aquí lo dicho durante casi una hora por cinco personas. Pero apunto mis propias reflexiones.

La declinación clintoniana será mucho más dañina sobre todo por el muy probable triunfo electoral de Hillary. El enojo se prolongará durante mucho tiempo y no es lo mismo enfrentar la furia de una candidata a la ira de una presidenta cuyo sentimiento personal cuenta también un poco.

Si por el contrario, Trump llegara a ganar la presidencia, el episodio mexicano será una anécdota más de la campaña. Ni se moverá un ápice en sus convicciones delirantes, ni cederá en el asunto del muro (no lo edificará, pero hará una obra menor para justificarse) y llegará a la pelea verdadera después de haber tumbado en la lona a quien voluntariamente se prestó a ser su “sparring”.

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LOS DAÑOS PARA EL PRI

Por otra parte se debe considerar el efecto interno. Las consecuencias electorales de esto en las campañas nacionales por venir dentro de un año, serán desastrosas para el PRI. Los opositores, sean del color cualquiera, van a contar con un propulsor infalible: el nacionalismo. El fácil nacionalismo de poner en el escenario la traición a la patria (como dijo en el programa ya granado el diputado Virgilio caballero).

Y si como dijo Dashiel Hammet, la patria es el refugio de los cobardes (o la invocación a la patria) el nacionalismo es el refugio de los oradores de oposición, dentro o fuera de la plaza y la calle.

La aceptación de Hillary hubiera –en ese sentido–  equilibrado las cosas. Una vez hablando con las dos partes, el recurso se habría justificado. ¿Quién cometió el error de no calcular estas cosas ahora tan obvias y visibles?

Sin embargo en este sentido Agustín Basave (ex embajador de México en Irlanda y conocedor de la diplomacia, así haya sido diplomático por poco tiempo) propone una solución: para demostrarle a la señora Clinton que este no fue un caso en su contra, el presidente debe despedir a Luis Videgaray. Su cabeza podría saciar el apetito de venganza (esto fue dicho el miércoles y ocurrió un día después).

Por lo pronto la seca brusquedad de la respuesta de la señora Clinton no permite esperar nada bueno en los años por venir, en el agónico bienio restante:

“El periodista David Muir pregunta a Clinton si aceptará la invitación para ir a México antes de la jornada electoral. Clinton, según un resumen distribuido por la cadena de televisión, responde:

–“No”.

Y añade:

–“Seguiré centrándome en lo que estamos haciendo para crear empleo en casa, en lo que estamos haciendo para asegurarnos de que los americanos tengan las mejores oportunidades en el futuro”.

“Este lunes por la noche, la secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Claudia Ruiz Massieu, ha contestado a Clinton en Twitter:

«Mantenemos una comunicación permanente y productiva con la campaña de Clinton. Entendemos y respetamos su decisión de posponer el momento de mantener un encuentro. Los gobiernos de ‪México y ‪EUA tienen una relación multidimensional, madura y sólida».

Ya pa qué…

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DESPEDIDA DE VIDEGARAY

En junio del 2014 el presidente Enrique Peña Nieto declaró públicamente en una entrevista con  el diario español “El país”:

“No hay nada que se parezca ni siquiera de cerca a lo que es la responsabilidad de ser Presidente de México; es única y compromete a uno con todo México y sólo con México; y ahí recuerdo haber compartido todavía en la transición, en algún mensaje que dirigí a un grupo de representantes de distintos sectores sociales: a ver, el Presidente de México no tiene amigos. El Presidente de México está dedicado a una tarea que es servir a México y como tal asumo esta responsabilidad. Ésa es mi visión”.

Ayer, dos años después, se vio en la necesidad de comprobar su dicho y con pesarosa actitud anunció la remoción (bajo el comedido procedimiento de la renuncia y una despedida elogiosa) de una de las personas más cercanas a su labor política de muchos años, a un  compañero, no sólo un  colaborador y un hombre en el cual había depositado su entera con fianza en lo político y lo humano.

“Esta mañana, el doctor Luis Videgaray Caso me ha presentado su renuncia al cargo de Secretario de Hacienda y Crédito Público, misma que le he aceptado.

“Quiero reconocer públicamente la labor y resultados del doctor Videgaray al frente de esta importante Secretaría.

“Y aquí, quisiera yo destacar algunos de los logros que la Secretaría ha tenido durante su gestión:

“Se logró una Reforma Hacendaria, que ha fortalecido las finanzas públicas, a partir de un incremento sin precedentes en los ingresos tributarios y, con ello, una menor dependencia del ingreso petrolero; que ha ampliado el número de contribuyentes, y que ha promovido la formalización de la economía.

“También, tengo que reconocer, en el doctor Videgaray, a alguien que ha sido clave en haber logrado la Reforma Financiera, que ha permitido incrementar el crédito en la economía, con tasas más bajas y mayores facilidades.

“Y, de igual manera, reconozco su papel en la elaboración de diversas políticas públicas como coordinador del Gabinete Especializado de México Próspero, así como su invaluable participación en el diseño, procesamiento e implementación de las demás reformas estructurales en materia económica, que se han concretado durante esta Administración”.

“A partir de este día, he designado al doctor José Antonio Meade Kuribreña como Secretario de Hacienda y Crédito Público…

Esta decisión del Presidente de muestra dos cosas: la supremacía de los valores del Estado y el gobierno, por encima de los valores de la amistad. No se trató de una renuncia cualquiera, fue producto de la presión por un  conjunto equivocado de decisiónes de las cuales Luis Videgaray (un verdadero alter ego) no fue ajeno  sino todo lo contrario; promotor.

Hoy se equilibran de nuevo las fuerzas dentro del gabinete (o se desequilibran dirían otros en favor de Miguel Ángel Osorio). Es de esperarse, para los días por venir, después de esta señal cuyos alcances trascienden las fronteras, un manejo diplomático de la diplomacia y un manejo estrictamente económico de las finanzas públicas.

Por es el Presidente después del trago amargo y en una gira por Zacateas, ha dicho esto. Una explicación de fondo sobre la responsabilidad y la coyuntura:

“…en este ejercicio de gobernar y de asumir la responsabilidad de ser el jefe del Estado mexicano, hay decisiones que a veces no se terminan de entender y comprender en su justa dimensión, y en el momento en el que se toman.

“…Y quizá hoy no se terminen de entender, pero estoy seguro que llegará el momento que se comprenda el porqué de cada decisión tomada.

“Soy el primero en asumir plenamente mi responsabilidad”.

Y como dicen algunos, la responsabilidad a veces duele. Pero se debe cumplir con ella”.