El diluvio: Los hongos y la fuerza


Rafael Cardona

Decían los prosistas de antaño: proliferan como los hongos bajo la lluvia.

Y será por la temporada electoral o preelectoral como suelen ser todas las estaciones del año político mexicano, pero vemos de pronto cómo surgen pugnaces organizaciones cuya labor es altamente contestataria y en las cuales –al menos en dos de ellas–, la iglesia asoma el rabo.

Digo, si tal prolongación espinal tuviera el clero.

La más visible ahora de esas organizaciones es el Frente Nacional por la Familia el cual es alentado (no sabemos si plenamente organizado y financiado por la conferencia episcopal) pero de cuya existencia hasta hace poco tiempo no se sabía nada. Al parecer es una prolongación más orgánica y organizada del añejo Movimiento Familiar Cristiano y la

Unión Nacional de Padres de Familia.

Las movilizaciones  anunciadas por el clero y este brazo suyo, caen, obviamente en el derecho ciudadano de expresar opiniones, pero el respaldo manifiesto de la iglesia —en contra del dicho de Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Asuntos Jurídicos y Religiosos de

la Secretaría de Gobernación, viola la ley, pues el artículo 130 de la Constitución, les impide expresamente a las organizaciones religiosas, de cualquier credo, oponerse a las leyes del estado nacional.

Si bien la marca o las marchas se convocan contra la iniciativa reciente del Presidente Enrique Peña, su convocatoria se refiere también a leyes ya vigentes.

El matrimonio igualitario, por ejemplo, nunca recibió en el DF, donde ya tiene consagración jurídica,manifestaciones de tal tamaño.

Y en la CDMX los homosexuales y se casan y adoptan desde los tiempos del jefe de gobierno Marcelo Ebrard. Es decir, desde hace ya casi un lustro.

Pero esto ha dicho de manera equivocada Humberto Roque: “(EI).- …Ante la polémica sobre la iniciativa de matrimonio igualitario, que el Ejecutivo envió a la Cámara Baja, Roque

Villanueva, sostuvo que la Iglesia no se podría oponer a una legislación, pero apuntó que la legislación aún no existe por lo que es válido la expresión de opiniones diversas y contrarias.

“Consideró entonces que es válida la marcha convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y asociaciones agrupadas en el Frente Nacional por la Familia alistan movilizaciones para el mes de septiembre en la Ciudad de México y en los estados del país.

“Sí es importante reconocer que en la convocatoria (de movilización), hasta donde yo pude detectar no hay un lenguaje agresivo, hay un mensaje de sí a la defensa de la familia”, explicó.

Pero si ese frente surge repentino y oportuno, para los fines de sus promotores, otro frente hay donde el clero mete la cola. No nada más Don Diablo puede hacerlo. El Frente Amplio Morelense, entre cuyos organizadores están Javier Sicilia (quien alguna vez intercambió

escapularios con Felipe Calderón en Chapultepec) y el obispo de Cuernavaca (siempre hay un Méndez Arceo a la mano) Ramón Castro.

En las marchas y caravanas de este grupo morelense llama la atención el facilismo oportuno con el cual se han aliado con los maestros de la Coordinadora asentados en la ciudad de México.

Este frente les pide a las autoridades federales (como si de ellas dependiera), hacerle un juicio político y destituir (como se hacía antes de más antes) al gobernador Graco Ramírez a quien ya no soportan, lo mismo por las fosas de Tetelcingo como por las mutuas acusaciones de mal manejo de los fondos universitarios, en  lo cual es pugnaz defensor el rector Alejandro Vera señalado como irregular por la Auditoría Superior de la Federación:

Ese coctel no se lo bebe nadie.

“(apro).- El poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), exigió la destitución del gobernador de Morelos, Graco Ramírez, a quien acusó de “desaparecer” personas y cometer “crímenes de lesa humanidad…

“…Al señalar que el gobernador de extracción perredista ha “minimizado el problema y criminalizado a las víctimas”, el fundador del MPJD apuntó que para intentar encubrir su responsabilidad al destaparse “el horror de las fosas de Tetelcingo”, ha emprendido una campaña de difamación en contra del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, y se le ha recortado el subsidio”.

Y la otra organización  armada al vapor (para hacer caminar la maquinaria electoral), parece ser el Frente Único del Campo, una de las pocas agrupaciones con un secretario de Estado en sus filas, como parece ser Pepe Calzada.

CARDONA   Fidel Demédicis

ORDEN Y SEGURIDAD

Algo actualmente indeterminado en el terreno práctico es cómo se debe usar la fuerza pública   ser legítima.

Obviamente hay “protocolos” de actuación para determinar (en teoría) la forma como debe usarse la fuerza legítima del Estado en casos extremos. Momentos graves  en los cuales los redactores de tan bien peinados y compuestos protocolos nunca han  estado presentes ni bajo

fuego.

Son conceptos de papel. La realidad es otra. La “proporcionalidad” y los “índices de letalidad” son definiciones  políticamente imposibles de medir (o al menos muy difíciles ) en el fragor de una pedrea o un bombardeo explosivo de botellas con ácido y gasolina; esquirlas y tornillos.

Los motines de violentos inconformes no ofrecen tiempo ni oportunidad para protocolos. Quien lanza una bomba molotov a los pies de un granadero armado (en el remoto caso de verlo armado) o un soldado con un fusil de asalto (para algo más allá del ornamento), no merecería otra respuesta sino la lógica.

Cada quien usa su arma. El manifestante lanza su artefacto incendiario, el agente de la fuerza pública dispara. Eso podría suceder en otro mundo. Un mundo desaparecido.

Hoy, en cualquier parte del planeta no se reprime a los manifestantes; se frena a las “fuerzas del orden”.

Se les desarma, se les impide actuar; no tienen ni siquiera posibilidad (al menos en México) de esposar a los detenidos; los jueces  liberan a los amotinados en un dos por tres y cuando se retiene provisionalmente a 50, se deja ir a 60.

Hace unos días, en este sentido, el Senado de la República tuvo un gesto de equilibrio. Inútil, a fin de cuentas, pero significativo.

CARDONA  GRACO RAMIREZ...

EXCESOS EN NOCHIXTLÁN

“(LR).- Agentes de la Policía Federal que estuvieron presentes en el desalojo en Santiago Nochixtlán, Oaxaca, el pasado 19 de junio, narraron a senadores que ese día los manifestantes trataron de quemarlos vivos.

“Quedé noqueado. Me dicen que me arrastraron a un vehículo y cuando recuperé el conocimiento estaba bañado de gasolina: querían prendernos fuego a mí y a mi compañera. No dejaron de golpearnos, querían lincharnos”, contó José, uno de los elementos quienes no revelaron sus nombres reales ni sus rostros.

“Otro agente, Juan, relató: “Me golpeaban en la cabeza, me amputaron la mano con un machetazo. Para sacarme me tuvieron que quitar el uniforme y poder pasar los filtros”.

“A su vez, la agente Luisa mencionó que una persona “empezó a darme machetazos en la pierna y entonces le dije: ‘yo vengo con Cristo, no sé tú’. Me respondió que no le importaba, pero gracias a Dios no me cortó la pierna.

“Cuando me golpeaban, uno de ellos les gritaba que yo era mujer; ni así les importó. Me daban patadas en la cara, me lastimaron la boca, nos gritaban que nos querían linchar, pero otros dijeron que no, porque íbamos a servir para intercambio”, añadió”.

Importante presencia la de estos agentes, frente a la cual algunos irresponsables actuaron ellos mismos, como manifestantes, tal hizo el senador Fidel Demédicis (PRD, obviamente), quien se puso el uniforme de Torquemada y fungió no como legislador en una audiencia senatorial sino como integrante del Santo Oficio,  contra un pobre policía quien sin embargo tuvo las luces suficientes para ponerle enfrente los tacos.

–‘También soy humano’’, le dijo el federal no identificado por seguridad, e insistió:

–‘‘Si a aquella persona no la puedo yo golpear, él sí me puede dañar a mí. ¿Entonces yo puedo morirme?’’

El dilema en la actuación de la fuerza pública para rescate de los espacios públicos bloqueados, secuestrados y controlados para el tránsito y el uso (circunstancia más allá de la libertad de manifestar ideas, puntos de vista o posturas políticas) , se ha agravado hasta el

punto de resultar imposible.

CARDONA   Frente Nacional por la Familia