El diluvio: La muerte De Benito Juárez en el Palacio Nacional


Honras fúnebres a Benito Juárez

Rafael Cardona 

El pasado viernes se cumplieron ciento cuarenta y siete años de la muerte de Benito Juárez en el Palacio Nacional.

Poco antes de hacer de la efemérides un acto cívico, el Señor Presidente se refirió a su inminente mudanza a los nuevos apartamentos dentro del histórico edificio, en los cuales habitará mientras dure su encargo, sin desmontar del todo su actual domicilio en la alcaldía de Tlalpan, llamado, por cierto, en los tiempos de don Benito, San Agustín de las Cuevas.

“…Y  vivir aquí, donde vivió y murió el presidente Juárez es un gran orgullo y al mismo tiempo una gran responsabilidad…”, dijo el SP en su conferencia matutina.

La muerte de Don Benito fue muy  dolorosa. Sus aposentos estaban sobre la calle de la Moneda, llamada así, obviamente, por la casa de emisión instalada donde ahora es el Museo Nacional, para cuyo servicio de grabado de numismática, entre otros fines, se creó la academia de Artes de San Carlos.

Ahí estuvo –por años– la Piedra del Sol.

El actual domicilio del Señor Presidente no estará en esa ala del edificio sino en la esquina sur oriental, cerca de Correo Mayor.

El triste deceso de Don Benito es narrado así en un trabajo llamado “Muerte y acta de defunción, Benito Juárez murió de neurosis del gran simpático en 1872”, escrito por  Guillermo Fajardo Ortiz y  Alberto Salazar para el  Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, de la Facultad de Medicina de la  UNAM.

 “A LAS PUERTAS DE LA MUERTE. EL FALLECIMIENTO.

“…Diez días después de las molestias  anteriores, el 18 de julio de 1872, el Lic. Benito Juárez moriría.

“Una importante referencia es el testimonio “talentoso” (sic) del Dr. Ignacio Alvarado, que expresó:

“Serían las once de la mañana de aquel luctuoso día, cuando un nuevo calambre dolorisísimo del corazón lo obligó a arrojarse a su lecho, no se movía ya, el corazón latía débilmente, su semblante se demudó, cubriéndose de las sombras precursoras de la muerte, y en lance tan supremo tuve que acudir contra mi deseo a aplicar un remedio muy cruel, pero eficaz; el agua hirviendo sobre el corazón…

 “EL GRITO DE AGONÍA.

“El “tratamiento” provocó que el presidente se quejara violentamente, dijo:

“–Me está usted quemando”. El Dr. Alvarado contestó amablemente:

“–Es intencional, así lo necesita usted”.

“Hubo cierta tranquilidad durante cerca de dos horas, se repitió el cuadro, repitió el “tratamiento”, pero no hubo respuesta, las fuerzas de Benito Juárez estaban agotadas.

 “ÚLTIMAS AUDIENCIAS.

“Durante las últimas horas de vida del Lic. Benito Juárez, con la salud sensiblemente quebrantada, el Secretario de Relaciones insistió en una audiencia, tenía un problema importante que tratar, fue recibido, el funcionario no se enteró de la enfermedad mortal.

“Poco después recibió a un general, al que dio instrucciones. Benito Juárez estaba lúcido, presentía que había llegado al final de su destino, continuaba trabajando. Procedía de una cultura en que el sufrimiento se oculta.

“NOTICIAS DIFUSAS.

“En las horas finales de Benito Juárez se le hizo saber al pueblo y a los colaboradores y amigos del Presidente que padecía reumatismo en una rodilla.

«Sin embargo hubo que rectificar pues se propagaron rumores infundados en el sentido de que su muerte se debía a un envenenamiento; las versiones se desmintieron al elaborarse y darse a conocer el acta de defunción, documento que fue firmado por los doctores: Ignacio Alvarado, Gabino Barreda y Rafael Lucio Diez, los firmantes indicaban que la causa de muerte era neurosis del gran simpático, se elaboró el acta en la casa que entonces habitaba Benito Juárez, en la calle de Moneda, en el número 1 al lado de Palacio Nacional”.

Acta de defunción

 

 

“VERSIÓN FIEL DEL ACTA DE DEFUNCIÓN.

Una anotación en el ángulo superior izquierdo manifestaba: “No. 1218. Mil doscientos diez y ocho. Benito Juárez: Neurosis del gran simpático. De orden superior. Sin derechos”.

“El cuerpo del acta expresaba lo siguiente:

“En la ciudad de México a las diez de la mañana del día diez y nueve de julio de mil ochocientos setenta y dos ante mí, Francisco J. Ruíz, juez 3º del estado civil de esta capital, compareció el C. Benito Juárez Maza, hijo natural de Oaxaca, de diecinueve años, soltero, estudiante y con habitación en el número uno de la calle de Moneda, y expuso que: a las once y media de la noche de ayer en su dicha casa, falleció de neurosis del gran simpático, el padre del compareciente , el C. Benito Juárez Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos…  ”

 

 

 

 

DOBLE JUEGO DE POLÍTICOS

Mientras el gobierno de los Estados Unidos despliega su poderosa estrategia para endilgarle a México todos los problemas migratorios al sur de su frontera, los políticos mexicanos se debaten en el arduo equilibrio de quedar bien con Dios y con Satanás, porque por un lado cierran (o controlan en exceso) las puertas y meten la Guardia Nacional y por la otra predican el respeto a los Derechos Humanos de todo aquel cuya planta se pose en nuestras tierras.

Pero en la materia de los Derechos Humanos y sus condiciones locales, sobre todo en cuanto a la incomprensión de cómo se definen, agrupan y protegen, quien los debe respetar, tutelar, quien los puede violar y cual es su real circunstancia, México (su gobierno, mejor dicho) queda hoy muy mal parado en el mundo. Al menos en una buena parte del extranjero.

Michelle Bachelet

La lectura de un fervoroso desplegado de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO), cuya circulación comenzó ayer, debe haber provocado molestias en las Secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación, cuyos afanes por leer y releer el mismo discurso en esta materia, a cargo de Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, no logran convencer a nadie allende nuestras fronteras. Tampoco adentro.

“…La Federación Iberoamericana de Ombudsman (FIO) observa con mucha preocupación las lamentables descalificaciones que, desde el Gobierno mexicano se han vertido en contra de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, al cumplir estrictamente con su mandato constitucional de proteger y promover los derechos fundamentales en ese país.

“La FIO conoció, a través de los medios de comunicación, las descalificaciones que desde altas instancias gubernamentales se promueven para desacreditar la labor de la CNDH de México, que derivan en vulneraciones al Estado Democrático y de Derecho, dejan en condiciones de indefensión a la población más desprotegida y; ponen en riesgo todo el sistema de libertades ganado a tan alto precio por la comunidad internacional.

Olga Sánchez Cordero

“Los integrantes de la FIO solicitan, muy respetuosamente, a las autoridades mexicanas que actúen de acuerdo con los compromisos internacionales asumidos por ese Estado a largo plazo, a fin de proteger y reconocer la función, atribuciones y mandato constitucional de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, toda vez que resulta palpable y evidente el beneficio que brinda para la protección de los grupos en situación de vulnerabilidad; así como para la vida democrática en México”.

Alejandro Encinas

La extensión del texto aludido  no permite su íntegra reproducción, pero una de sus partes importantes es esta:

“…La Federación Iberoamérica de Ombudsman recuerda que, durante la revisión del Tercer Examen Periódico Universal, el pasado 14 de marzo de 2019, ante el Consejo de Derechos Humanos, el Estado Mexicano aceptó la recomendación:

“Fortalecer las capacidades y la autonomía de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”, lo cual fue reiterado el 30 de abril de 2019, por la Sra. Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en una carta dirigida al Sr. Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, en relación a las recomendaciones del Tercer Ciclo del Examen Periódico Universal (EPU), y en la que de manera particular alienta al Gobierno de México, a “Mejorar las capacidades y la autonomía de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y las 32 Comisiones estatales de Derechos Humanos”.