El diluvio: El americano más feo; los gasolinazos


Rafael Cardona

 Existe una novela por ahí, de la cual se hizo una versión cinematográfica, llamada “El americano feo”.

Fue escrita en conjunto por William J. Lederer y Eugene Burdick. La cinta fue estelarizada por Marlon Brando, y su trama describe la arrogancia política estadunidense, especialmente en contra de una pequeña nación en la cual fomenta un golpe de Estado. Es un enredo  de intereses en conflicto y abusos de poder en medio de la guerra fría

Pero aun cuando esté inspirada en hechos reales, es nada más una novela llevada al cine por George Eglund.

Hoy el cine está en nuestras vidas y la película, de la cual somos involuntarios protagonistas, es horrorosa. Una película, como dijo Agustín Carstens antes de emprender la graciosa huida con gentil compás de pies, de terror.

A la pésima idea, prácticamente, como ha dicho CNN, un acto bélico, de construir un muro en la frontera de México y Estados Unidos, sobreviene el complemento inadmisible bajo cualquier supuesto: obligar a este país a pagar la obra, cuyos costos han sido calculados (a ojo de bueno o mal cubero) en 300 mil millones de pesos. Si este cálculo es acertado o no, ya se verá después. Lo realmente desatinado es la idea, contraria a todo sentido de la convivencia civilizada entre dos naciones.

Con el sentido de precisión de todas sus observaciones, Octavio Paz dijo en alguna ocasión: la frontera entre México y Estados Unidos no es una línea, es una cicatriz.

Y hoy el gobierno cafre de Donald Trump, el americano más feo, pretende no sólo aislar a su país sino hacerle pagar al agraviado con esa barrera, el costo de edificarla. Es el nazi con un pelotón detrás, obligando a los prisioneros a cavar las tumbas donde serán sepultados horas después.

Muchos se han referido a la conferencia de prensa de Trump en la cual le respondió a Barack Obama su mensaje de despedida. Uno de los puntos básicos en el recuento de sus amenazas contra el mundo, fue la muralla del sur, inspirado quizá en aquella vieja frase americana de cómo se hacen los buenos vecinos; con buenas bardas.

A esa insistencia amenazadora, el gobierno de México respondió con firmeza. El presidente Peña dijo simplemente no, no vamos a pagar la muralla. Y Trump dijo si.

–¿Cuál es el resultado cuando un sí y un no sobre la misma materia se confrontan? Gana la posición de quien tenga más fuerza. y en este caso no se necesita ni siquiera pensarlo. México no lo va a pagar; Estados Unidos se lo va a cobrar mediante impuestos, exacciones diversas o presiones ante los organismos financieros internacionales cuyas sedes, por algo será, están en Washington, no en Toluca.

Nueva York. El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, reiteró hoy que Estados Unidos adelantará el dinero del muro fronterizo con México para poder construirlo más rápidamente, aunque insistió en que luego le pasará la factura al país vecino, que pagará por la obra de una manera u otra, posiblemente a través de impuestos.

Y Enrique Peña Nieto, en una actitud cuyo respaldo es obligatorio por parte de todos los mexicanos, ahora sí, expresó, con firmeza

“… los intentos de “influir en las decisiones de inversión de las empresas con base en el miedo o amenazas”, tras las reiteradas presiones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, a las compañías estadounidenses con intereses en México.

“Al clausurar la reunión de embajadores y cónsules mexicanos en todo el mundo, Peña Nieto reconoció “algunas diferencias” con Trump, como la construcción de un muro entre los dos países, tras lo cual reiteró “que México, por supuesto, no pagará”.

cardona el muro de trump

EL CONSUMO COTIDIANO DE LAS GASOLINAS

Cuando la tecnocracia se llena la boca con explicaciones en torno de la relación directa entre los precios internacionales de la gasolina importada, los cuales son la soga en el cuello del país, al menos en materia de consumo cotidiano de energía, nadie se acuerda de la idea central de los energéticos: garantizar la viabilidad de un país y darle la indispensable soberanía para vivir con independencia.

Si un vendedor no coloca su producto durante un  mes no pasa nada más allá de un quebranto financiero del cual se repondrá más temprano de lo imaginable. Pero si un comprador no tiene gasolina durante un mes, la revuelta le toca la puerta.

México tiene almacenamiento de combustibles sólo por cinco días. Así como se oye de tétrico. Y el desabasto especulativo de hace unos días, es una llamada de atención en ese sentido.

Un país en guerra y sin combustibles, es un país camino de la derrota. Leamos este ejemplo tomado de la enciclopedia:

“…Durante el año 1943, la explotación de petróleo crudo en los países del Eje era de 172 mil 943 barriles diarios provistos por Albania con 2 mil 742 barriles, Austria 20 mil 488, Checoslovaquia 547, Francia 975, Alemania 13 mil 625, Hungría 17 mil 390, Polonia 9 mil 589 y Rumania 107 mil 348 barriles diarios.

“En el año 1943, las plantas de combustible sintético alemanas contribuían, con 129 mil 660 barriles diarios, un combustible más caro que el natural obviamente.  También mezclaban un 5% de alcohol con petróleo para obtener mayor rendimiento en los niveles de producción. Viendo el volumen de las importaciones procedentes de Rumania, se puede deducir inmediatamente, que si el Eje perdía esos yacimientos petrolíferos, no sólo la maquinaria de guerra alemana se detendría sino que el país entraría en crisis…

“…Luego de Stalingrado, el avance de las tropas rusas cortó el suministro de petróleo polaco y rumano a Alemania que representaba el 67,6% de sus importaciones y pasaron a cubrir las necesidades soviéticas, un merma significativa que necesariamente iba a detener la maquinaria bélica alemana…

“…Para hacer más crítico ese estado de cosas para Alemania, cuando Italia se rindió los Aliados confiscaron 140 mil toneladas de combustible… La gasolina para automotores se redujo en 60% y el diesel en 50%.  Todos los combustibles sufrieron una reducción, de un total de 500 mil toneladas en marzo, a 125 mil toneladas en setiembre, pero luego tuvieron un repunte, debido principalmente a una producción extra de 30 mil toneladas de gasolina de aviación en noviembre.  A partir de ese momento la producción se vino cuesta abajo.

Para tener una idea más clara del dramatismo de la escasez de combustible en Alemania y que fue la razón principal de su derrota, basta hacer una comparación entre la producción de EEUU y la producción Alemana.

“La producción de las refinerías de Estados Unidos en 1943 era de 4 millones 125 mil  barriles diarios, bien abastecidas por el crudo barato sudamericano, o sea que lo que producía EEUU en 15 días, era similar a la producción alemana durante todo un año, cuando todas las refinerías europeas estuvieron bajo control germano…”

Obviamente las guerras se ganan con energía: y si alguien lo duda, basta con recordar cómo el uso del átomo liberado causó la estrepitosa derrota de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy los mexicanos hemos renunciado a la idea siquiera de la soberanía energética. Dilapidamos miles de millones de barriles de crudo, ganamos fortunas inimaginables  y destazamos en un desolladero infame a la cuarta empresa petrolera del planeta.

En estas condiciones hemos llamado a las compañías petroleras de cuyo concurso habíamos prescindido. La tristeza nacional de haber sido exportador y ahora ser un comprador emproblemadas, con dificultase para explicar de dónde salió el conejo muerto de la chistera sucia.

Bien dijo López Portillo, debemos prepararnos para administrar la abundancia; pero al parecer no se refería a la mítica cornucopia, sino a la excesiva cantidad de estupideces acumuladas en los últimos veinte o treinta años en materia petrolera. Desmantelar refinerías y limitar su instalación al mínimo necesario para garantizar el fracaso, porque no eran negocio, como si la ganga fuera adquirir todo cuanto antes podíamos fabricar.

Un  verdadero crimen.