El arte del autoengaño o disonancia cognitiva


León Festinger

Vilma Ivette Rivera Abarca*

¿Qué es la disonancia cognitiva? La inmensa mayoría de las personas  tienen una gran necesidad de justificar sus creencias que derivan en  actitudes. En consecuencia, su conducta debe ser coherente entre sí, evitando contradicciones entre estos elementos. Cuando existe inconsistencia entre conducta, creencias y valores, surge  el conflicto que conduce a la falta de armonía de las ideas mantenidas por la persona, algo que en muchas ocasiones genera malestar.

Justificaciones del alcohólico

Según el psicólogo social, Leon Festinger, esta teoría ha sido ampliamente estudiada en el campo de la psicología y se define  como la incomodidad, tensión o ansiedad que experimentan los individuos cuando sus pensamientos, creencias y valores, entran en conflicto con lo que hacen.

Esta sensación de  displacer puede llevar a un intento de cambiar alguna  conducta o a defender sus creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño), para reducir el malestar que les produce.

Un ejemplo de esta disonancia cognitiva es:

El problema del alcoholismo.  Se sabe  que tomar en exceso puede provocar cáncer de hígado, daño cerebral, problemas familiares, económicos, financieros y sociales, incluso, hasta la muerte. Pero, ¿por qué la gente, sabiendo todas estas consecuencias, sigue tomando en exceso?

Saber que beber en exceso es perjudicial para la salud pero, continuar bebiendo, produce un estado de disonancia entre dos cogniciones: “debo estar sano” y “beber perjudica mi salud”.

Pero en lugar de abandonar esta adicción o sentirse mal porque bebió, los bebedores pueden buscar autojustificaciones como “de qué sirve vivir mucho si no se puede disfrutar de la vida”.

El ejemplo anterior nos confirma que a menudo reducimos la disonancia cognitiva distorsionando la información que recibimos. Si se tienen problemas con la manera de beber, no se presta tanta atención a los riesgos acerca de la estrecha relación alcohol- muerte.

Las personas no quieren escuchar puntos de vista que les pongan en conflicto con sus más profundas creencias y deseos, a pesar de que al darse cuenta de las advertencias que recomiendan las propias corporaciones productoras de licor, en el sentido de “beber con moderación”, mismo que viene inscrito en las botellas, es una advertencia sobre la seriedad del problema.

RELACIÓN ENTRE MENTIRA

 Y DISONANCIA COGNITIVA

La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva es un tema que ha llamado la atención de los investigadores. El propio Leon Festinger, realizó un estudio que demostró que la mente de quienes se auto engañan resuelve la disonancia cognitiva “aceptando la mentira como una verdad”.

La disonancia cognitiva puede ser resuelta de diversas maneras, en muchas ocasiones la persona opta por «hacer trampa» para provocar su desaparición. Este fenómeno sucede para  manipular las propias ideas y creencias y con ello provocar que encajen entre sí de manera aparente, creando la ficción de que la aparición del malestar de la disonancia cognitiva no tenía razón de ser, en primer lugar.

Sin embargo, esto  convierte más vulnerable al individuo, pues se  enfrenta  una y otra vez con las consecuencias de esa contradicción encubierta que no se ha resuelto realmente.

El cambio sucede cuando la persona  comprende el beneficio de dejar el hábito de beber, pues este hace que el individuo experimente en carne propia  los beneficios, en consecuencia, nace el entusiasmo pues la motivación es intrínseca y no viene por presión familiar, social es decir no viene de lo externo ni de acciones punitivas.

La poca motivación genera  justificar un comportamiento que va en contra de nuestras actitudes o creencias y se tiende  a cambiar de opinión, así como se racionalizan las conductas.

Anastasio Ovejero, Licenciado en Psicología y en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y, entre otras cosas, realizó un famoso experimento en el cual concluye, respecto a la mentira:

“Es necesario entender que los sujetos por lo general viven en consonancia cognitiva entre su pensar y actuar y si por algún motivo no pueden ser congruentes, intentarán no hablar sobre los hechos que generan la disonancia, evitando así aumentar ésta y buscarán reacomodar sus ideas, creencias y valores  para así poder autojustificarse, logrado de esta manera que su conjunto de ideas encajen entre sí y se reduzca la tensión”.

Cuando se presenta la disonancia cognitiva, además de hacer intentos activos para reducirla, el individuo suele evitar las situaciones e informaciones que podrían causarle malestar.

Por ejemplouna estrategia para detectar a una persona que miente es provocando un aumento de la disonancia cognitiva, de esta manera detectar las señales que le delaten.

Un ejemplo concreto: un individuo llamado X, que llevaba dos años sin trabajo, empieza a laborar para una compañía de X producto. Esta persona X es honesta en concordancia con sus creencias y valores, además es el principal proveedor de su familia.

Cuando esta persona X , visita a los clientes, debe vender un producto que sabe que carece de la calidad que dice tener y que a la larga ocasionará problemas para el comprador, por ello entra en conflicto con sus creencias y valores, provocando la disonancia cognitiva. Esta persona X tendrá que justificarse internamente y generar nuevas ideas dirigidas a reducir el malestar que puede sentir.

El comprador, por su parte, podría observar una serie señales contradictorias si presiona lo suficiente al vendedor X con el objetivo de lograr que aumente la disonancia cognitiva, pues esta situación tendría un efecto en sus gestos, su tono de voz o sus afirmaciones.

En palabras del propio Festinger, “Las personas nos sentimos incómodas cuando mantenemos simultáneamente creencias contradictorias o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos».

Por ello se puede llegar a la conclusión que debido a la disonancia cognitiva, “El malestar viene acompañado generalmente por sentimientos de culpa, enfado, frustración y/o vergüenza”.

DISONANCIA COGNITIVA

 Y LA INFIDELIDAD

La mayoría de individuos, si les preguntan, afirman que no serían infieles y saben que no les gustaría que les fueran infieles, aun así, en muchas ocasiones, pueden llegar a serlo.

Este es un claro ejemplo de disonancia cognitiva, pues es lo que le ocurre a una persona que ha sido infiel. Al cometer este acto, suele justificar la conducta  diciéndose a sí mismos que la culpa es del otro miembro de la pareja (no le presta atención, pasa más tiempo con amigos, etc.).

El peso de haber sido infiel viene de un sistema de creencias en donde se dice que la infidelidad es inmoralidad y, en consecuencia, parte de la maldad, cosa que puede causar mucho sufrimiento.

Así, la disonancia cognitiva puede llegar a empeorar, por lo que el sujeto al  ver constantemente a su pareja  puede orillar a confesar su infidelidad, porque La lucha interna pudiera llegar a ser desesperante y los intentos de justificarse ante esta situación podrían provocar serios problemas de salud emocional.

La disonancia cognitiva, en estos casos, afecta distintas áreas de la vida, ya sea el trabajo, las amistades en común, etc. Confesar la infidelidad llegaría a ser la única manera de librarse del sufrimiento, como adultos es algo que se debe entender, puesto “el que elige la conducta asume las consecuencias”. En el mejor escenario la confesión es muestra de madurez, pero de ambas partes, pues al herir los sentimientos de la pareja las consecuencias dependerá del grado de conciencia de la pareja.

Cuando ocurre la disonancia cognitiva debido a una infidelidad, el sujeto se ve motivado a reducirla, pues le produce demasiado malestar o ansiedad. Pero cuando por distintos motivos, no es posible cambiar la situación (por ejemplo estar en la imposibilidad de cambiar el pasado), entonces el individuo tratará de dar un giro a sus cogniciones o a la valoración de lo que ha hecho.

El problema surge, porque al convivir con su pareja y verla diariamente, genera sentimientos de culpa que deteriora tanto su salud física como la psíquica, los síntomas de esta disonancia, son: ansiedad e irritabilidad, entre otros.

Aquí llegamos a una conclusión: ¿ser o no ser?

*Lic. En Comunicación Humana y Consultora en Semiología de la Vida Cotidiana.