Democracia de los mantenidos


Agencia Mexicana de Noticias

En este electorero 2015, el árbitro electoral de México y la ponzoñosa partidocracia se devoraron más de 15 mil millones de pesos para ubicar a México como la nación más generosa de América Latina en subsidios para partidos políticos.

Sí, nos saldría más barato comprarles un traje de charro que mantener a esos tragas de gorra, mantenidos, rémoras, sanguijuelas y chinches chupeteadoras de los presupuestos de México.

Pero eso del millonario subsidio es solamente una parte del altísimo costo de la democracia mexicana.

Y voy por partes. El Instituto Nacional Electoral -INE- solicitó un presupuesto de 15 mil 400 millones de pesos, de los cuales, más de 3 mil millones sirvieron para pagar la improductiva nómina burocrática de los partidos políticos.

Recordaré que los consejeros del INE y los tragas de balde de los magistrados del Trife tienen los sueldos más groseros y humillantes de México, pues sobrepasan el medio millón de pesos mensuales por no hacer nada.

Pero además, ya en el ejercicio del poder, sobre todo en el ámbito parlamentario, cada fracción política o de partido tendrá otra súper tajada, que va de acuerdo con el número de diputados o senadores que tiene en su bancada. Sí, de acuerdo al tamaño del sapo es la pedrada.

Son presupuestos discrecionales que reciben por debajo del agua, y son repartidos entre los legisladores y la partidocracia.

Y por último hay que agregar que tanto los funcionarios gubernamentales como los miembros de los poderes legislativo y judicial tienen sueldos incluso superiores a los del presidente de la República.

Como usted puede ver, los mexicanos mantenemos con nuestros impuestos una carisísima democracia que no se refleja ni en las panzas, las mesas, los bolsillos y menos en nuestra seguridad.

Se supone que pagamos a los que elegimos para que cuiden de nuestras vidas y nuestros bienes, pero nada de eso ocurre, porque en los últimos diez años han desaparecido en México más de 25 mil compatriotas, entre ellos, miles de mujeres sin dejar rastro alguno.

Pero nadie sabe nada y nadie hace nada por remediar esa catástrofe que nos exhibe ante el mundo como una nación bárbara.

Según un informe de las Fundaciones Internacionales Electorales para Sistemas, con cifras recientes, y centrado en América Latina, afirma que México gasta 17.24 dólares por votante, 18 veces arriba del promedio del continente.

El estudio fue realizado en 25 naciones y revela que México es el país más generoso en América Latina en el subsidio a sus partidos políticos.

¿Usted qué opina en eso del asunto de la democracia de los mantenidos tragas de gorra?

Lorenzo Córdova UN ANIMAL POLÍTICO

Sentado en el avispero gringo, el papa Francisco no deja títere con cabeza.

Desde la mismísima sede de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, en Nueva York, Jorge Mario Bergoglio, les ha echado en cara a los poderosos intereses del imperio capitalista de promover guerras en el mundo, utilizando la Carta de las Naciones Unidas con “intenciones espurias”.

Sí, el papa Francisco pareció utilizar aquella máxima de “te lo digo a ti, Pedro, pa’ que lo entienda Juan”. Y es que los promotores de guerras de conquista modernas son los EEUU y sus aliados de la Segunda Guerra Mundial: Rusia, Francia, Inglaterra y otros poderosos, que son los que mangonean a la ONU, que pareciera haberse convertido en un gigantesco elefante blanco que sólo sirve a las ponzoñosas naciones del imperio capitalista del mal.

¡Cuánta razón tiene el papa Francisco!

Si la Carta de las Naciones Unidas, signada por 50 naciones el 24 de octubre de 1945, fuese respetada, no habría guerras injustas y otro gallo le cantaría al mundo.

Estados Unidos, erigido policía del mundo, se da el lujo de declarar guerras a naciones con el único fin de apoderarse de sus riquezas naturales, como el petróleo, y sólo bastará que las poderosas transnacionales le truenen los dedos al inquilino de la Casa Blanca para que éste avasalle con las armas y el poder diplomático en cualquier parte del planeta.

¡Qué equivocados están aquellos norteamericanos, que juran y perjuran que el papa Francisco no es un político, cuando sus discursos políticos echan chispas y provocan desasosiego en el avispero del capitalismo salvaje.

¿Qué dirán esos recalcitrantes republicanos que conforman el Cinturón de la Biblia Norteamericana, que han sido los promotores de guerras y golpes de Estado en el mundo, como le ocurrió a Salvador Allende en Chile, cuya caída fue auspiciada por los Rockefeller? ¿Qué dirá el trumpudo Trump de ese deslenguado papa latinoamericano? ¿Qué dirán todos esos fundamentalistas y racistas que odian a los hispanos, de que un papa latino les hable de migrantes y derechos? ¿Querían a un papa de la antigüedad, conservador, retrograda, mocho, moralino, persignado, defensor del imperio capitalista y de una Iglesia católica basada en los mitos del origen de la humanidad con Adán y Eva en el Paraíso?

El papa Francisco vino a romper el estereotipo de la mitra vaticana, pues su filosofía liberal lo hace meterse en todo para hacer una Iglesia católica incluyente, moderna, amigable, humana, que reprueba la corrupción. En fin, me parece que el papa Francisco vino a crear una revolución, a costa de su vida, machucando callos, como hoy lo hace en su visita a los EEUU.

Es un animal político de altos vuelos que representa al Estado Vaticano.

Así que como dicen allá en mi tierra “pa’ los toros del jaral, los caballos de allá mesmo”.

Luis Carlos UgaldeCON DIOS Y CON EL DIABLO

En el 2013, el papa Francisco le enderezó al capitalismo salvaje las peores críticas que le haya hecho jamás la mitra vaticana a la economía neoliberal, tachada por el pontífice como “la economía de la muerte”,que pone en el centro al dinero y no al ser humano.

No pocos estudiosos creyeron que se trataba de una ruptura entre el imperio vaticano y el imperio capitalista de Wall Street. Pero hoy vemos que no, y que ambos imperios cohabitan en la vida real.

Después de visitar Cuba, es decir, una de las pocas naciones comunistas que sobrevivían al capitalismo salvaje, y digo que sobrevivían, porque hoy es avasallada por el imperio capitalista del mal, el papa Francisco se fue a los yunaites, invitado por los ultraconservadores norteamericanos, a coquetear con demócratas y republicanos.

En otras palabras, el papa Francisco fue a quedar bien con Dios y con el Diablo. Y es que mire usted, por un lado se fue a alinear con el nescafé de la Casa Blanca en lo que se refiere a los asuntos del cambio climático mundial, pero por el otro lado, se fue a echarles una manita a los conservadores republicanos para que recuperen la presidencia.

Es la ventaja de ser papa, porque si Jorge Mario Bergoglio fuese un personaje común y corriente, probablemente, ya lo hubieran echado de EEUU, porque llegó a alborotar el rebaño o el gallinero.

Los mensajes del papa Francisco dividen a políticos e intelectuales católicos norteamericanos. Hay tres bandos. Primero, los católicos progresistas que lo aplauden. Segundo, los conservadores que subrayan que Bergoglio no es un político, y que etiquetarle, según los esquemas de la política partidista, es distorsionar su mensaje. Y tercero, quienes ven en los mensajes del papa sobre la economía o el cambio climático, sobre la inmigración o sobre Cuba, influencias marxistas y peronistas; el movimiento populista que predominó en la Argentina, en la cual creció y se formó.

Resulta harto increíble que, ante las feroces críticas de Jorge Mario Bergoglio a “la economía de la muerte”, los millonarios republicanos, en su mayoría integrantes del llamado Cinturón de la Biblia Norteamericana, entre los que figuran los cocaculeros de Atlanta, los petroleros texanos, las industrias automotrices y las grandes compañías de seguros, que concentran la mayor riqueza del mundo, entre otros, hayan invitado al papa Francisco para darles la bendición rumbo a las elecciones presidenciales del 2016.

Sí, el imperio vaticano a imagen y semejanza del capitalismo salvaje, juntos y revueltos.

Haga usted de cuenta que el papa no dijo nada y que tanto en Cuba como en EEUU, el Vaticano hará negocios millonarios con el mejor postor. Esa es la misión del papa, y de paso, reposicionar a una Iglesia católica cada vez más pulverizada por el surgimiento de sectas y otros opios que le han causado mucha mella, pero sobre todo, los curas pederastas.

¿Con quién hará los mejores negocios, con Dios o con el Diablo?

Salvador AllendeSANTÍSIMA TRINIDAD ALIMENTARIA

Durante milenios, el maíz, el frijol y el chile serían considerados como la santísima trinidad alimentaria de México.

Al triángulo sagrado alimentario, nuestros antepasados indígenas solían añadir un cuarto elemento: el pulque, que según los estudiosos sólo le bastaba un grado para considerarse carne.

¿Por qué hago historia? Es que este 29 de septiembre se conmemoró el Día Nacional del Maíz, que hoy libra una feroz batalla contra el imperio capitalista del mal, principalmente contra el maíz transgénico que provoca enfermedades crónico degenerativas.

Los investigadores no logran ponerse de acuerdo sobre la cuna del maíz en el continente americano. Unos hablan de más de 25 mil años de existencia de esa planta, pero otros no dudan en afirmar, como el antropólogo norteamericano Richard Stockton MacNeish, que fueron los olmecas los que en el valle de Tehuacán, Puebla, hace unos ocho o diez mil años, ya cultivaban el maíz y formaba parte de la alimentación de aquel mundo indígena.

El maíz sería llevado a Europa en el siglo XVII, y actualmente existen en el planeta tierra unas 300 variedades, incluyendo el maíz palomero, el maíz blanco para los tamales, el cacahuazintle para el pozole y el maíz pinto para las tortillas azules.

Sí, el maíz orgullosamente mexicano sobrevive a la globalización en la era de la economía neoliberal, cuyas empresas transnacionales introducen a diario semillas transgénicas que provocan daños irreversibles al cerebro y al organismo humano.

No hace mucho se llevó a cabo un juicio en el que un juez internacional le dio la razón a las transnacionales gringas para seguir inundando los mercados de América y el mundo con granos transgénicos, primordialmente maíz, frijol y arroz, a pesar de que en gran parte de Europa le han cerrado las puertas a la principal compañía global de semilla transgénica: Monsanto.

Los hombres del campo tienen derechos, y uno de esos derechos es elegir qué siembran, cómo y cuándo lo siembran y apartar cada año, la semilla de maíz criollo, porque es la que conocen de toda la vida, así como rechazar inventos mafufos del hombre blanco.

Pero también la gran élite de la cocina mexicana se opone rotundamente a que México sea inundado con maíz transgénico por diversas razones: «Atenta contra la diversidad de nuestros maíces»; «plantea enormes incertidumbres y efectos colaterales impredecibles»; «sus agroquímicos pueden representar un peligro para la salud»; «fomenta la concentración de la tierra», «países de la Unión Europea como Alemania o Francia se niegan a cultivar transgénicos en sus territorios”.

Si las grandes potencias se niegan a cultivar el maíz transgénico es porque los efectos secundarios son mortales, de otro modo le darían luz verde, como hace siglos se la dieron a México.

Así que me perdonen las mafiosas transnacionales de los transgénicos, pero el maíz es la patria mexicana.

Papa Francisco