De Pe a Pa: Horario de verano roba 4515 horas de sueño


Exigencias del capitalismo salvaje   (balazo)

El ahorro de energía es un cuento, se mueve reloj a conveniencia de intereses.

Kakisktocracia cuenta en México con numerosos exponentes de ese género.

Alberto Vieyra Gómez/AMN

¡Maldito horario de verano! ¿Verdad que es odioso? ¿Habrá algún mortal que esté contento con el horario de la globalización imperial y no con el horario de Dios? ¿Cómo anda su reloj biológico? Apuesto que destartalado y con varias horas de retraso. ¿Cómo se siente hoy? ¿Cansado? ¿Turulato, como yo? La verdad yo me siento muy atontuejado. ¡No rindo igual! ¡Maldigo éste horario! La culpa de todos nuestros males es el capitalismo salvaje, que a producto fiel de la consorte del gallo, nos obliga a perder una hora de sueño todos los días.

Hasta éste abril del 2017, ese capitalismo salvaje en la era económica neoliberal, nos ha robado a usted y a mí la nada despreciable suma de 4515 horas de sueño, con la complicidad de unos gobernantes lacayos del imperio capitalista del mal.

Con ese reloj biológico destartalado se pone el mundo al revés, anda uno volando bajo.

Estamos ante un problema de salud pública, por cada hora menos que dormimos, tenemos problemas físicos y emocionales.  Aumentan los problemas cardiacos, la obesidad, los accidentes viales, hay poco rendimiento en la escuela y el trabajo ¡Todo mundo se duerme!, hay ansiedad, neurosis y un larguisísisimo etcétera por culpa de unos gobernantes tecnofondomonetaristas o falsos profetas de la globalización imperial, que nos engañan con la maldita mentira del ahorro energético. ¡Puro choro! ¡Nadie ahorra nada! Todo es cuestión bursátil.

vieyra consencuencias del horario

GRAVE PROBLEMA DE SALUD MUNDICAL

La cuestión es que a ningún cerebrito de las más de 70 naciones involucradas en el horario de verano se le ha ocurrido la brillante idea de promover ante las cortes internacionales, amparos contra esa barbarie llamada horario de verano. Los estragos causados por el horario de verano de la globalización imperial son demoledores para el reloj biológico de los mortales.

Todos los grandes que han reformado el calendario y el horario, desde César hasta Gregorio y los sabios mayas, ha sido para ajustarlo más y más astronómicamente a la naturaleza, y no para adecuarlo vanamente a los intereses de una chupeteadora globalización imperial.

El gobierno no tiene potestad para decidir a qué hora es qué hora y si lo hace, como lo han hecho los gobiernos lacayos de la globalización, se excede en sus funciones de manera flagrante y autoritaria al mover las horas, aunque nos digan que lo mismo ocurre en más de 70 países disque para ahorrar energía.

Yo me pregunto, ¿qué es más importante, un supuesto ahorro de energía o la salud de los mexicanos que durante siete meses andaremos como caballos lecheros? Es decir, durmiéndonos parados, igual que otros mil 500 millones de piochas que andan como sonámbulos en otras naciones.

Desde la primera Guerra Mundial en 1916, el tiempo se comenzó a mover para favorecer a intereses de trasnacionales del imperio yanqui, pero desde entonces nadie ha podido engañar a la naturaleza.

En México y otras naciones, el horario de verano no tiene otro propósito más que el de hacer que las Bolsas de Valores, -sí, los especuleros del dinero-, permanezcan abiertas a la par con la de Nueva York, que se tiene como referencia para ganar o perder, lo cual puede ocurrir en un minuto o segundo, en los que los grandes especuleros del dinero pueden perderlo todo o hacerse como Pedro, de muchas mulas.

Tome nota, anualmente nos roban alrededor de 215 horas de sueño.

Los gobiernos podrán engañarnos a los simples mortales, pero no a la madre naturaleza, y si no, que les pegunten a las gallinas de mi rancho, porque esas, desde que se suben al palo no se bajan de él, hasta que al día siguiente les canta el gallo a la hora de Dios y no a la hora de los gobiernos globalizadores.

vieyra antonio tarin

EL HORARIO DE DIOS Y EL DEL CAPITALISMO SALVAJE

Desde Julio Cesar, gobernante romano que vivió hasta 44 años a.C.  asesinado al estilo del mexicano Luis Donaldo Colosio; pasando por los sabios mayas y el papa Gregorio Magno, allá por el 540 d.C., se comenzó a ajustar el tiempo cada vez con mayor sincronía a la naturaleza, pero desde la Primera Guerra Mundial en 1916, las horas se comenzarían a mover por y para favorecer al imperio capitalista del mal.

Ya en 1784, Benjamin Franklin presentó un ensayo llamado “Proyecto económico para disminuir el costo de la luz”. Todavía en ese entonces se usaban velas.

En 1916, Alemania inauguraría a las 23 horas del 30 de abril, el horario de verano bajo la tiránica mentira de ahorrar luz y combustibles durante la Primera Guerra Mundial. Lo mismo ocurriría entre 1939 y 1945 que duró la Segunda Guerra Mundial con un saldo de casi 60 millones de muertos.

Después del conflicto bélico, el horario de verano cayó en desuso y se volvió al horario de Dios o el horario universal.

vieyra ramon castro

DÉCADA DE LOS 60´S VUELVEN A LA CARGA

Sería hasta los años 60’s del siglo XX cuando en Estados Unidos, el capitalismo salvaje insistiría en el tiránico horario de verano, pero con fines estrictamente económicos.

Desde entonces el reloj biológico de millones de personas en el mundo occidental está destartalado. A partir de 1996 cuando menos 70 países, incluyendo México, adoptarían ese maldito horario de verano que ha vuelto locos a más de mil quinientos millones de ciudadanos de a pie, a los que se les roba 215 horas anuales de sueño, lo cual constituye un gravísimo problema de salud pública que incide en problemas cardiovasculares, de obesidad, de accidentes de trabajo, accidentes viales, falta de aprovechamiento escolar porque los chiquillos se duermen, y un largo etcétera que genera un desastroso caos social.

Yo me pregunto, ¿qué es más importante, un supuesto ahorro de energía o la salud de más de miles de millones de habitantes?

El horario de verano es una estupidez perversa, bajo la mentira tiránica del ahorro de energía eléctrica. En todo México, con horario o sin horario de verano, se prenden exactamente los mismos focos y nada de que se ahorra la energía equivalente a la que usa el estado de Quintana Roo.

Nos queda claro que, para el imperio capitalista del mal, el tiempo es oro. Sí ¡Una máquina de hacer dinero! Pero para los sencillos habitantes, el tiempo es ritmo, un patrón de energías, una forma de sincronizarnos con la naturaleza.

El asunto es grave, porque ni el sol, ni la luna, ni las estrellas, salen a la hora que se le hincha la gana al gobierno y a la globalización imperial, sino como sabiamente dicen en el campo, a la hora de Dios y a esa misma hora, crecen o se agostan las plantas y los árboles; a esa misma hora, se debe sembrar o cosechar.

Y quiero ver, a que nación se le va a ocurrir primero promover ante las cortes internacionales un amparo contra el criminal horario de verano y un puñado de trasnacionales que nos roban el sueño a cambio de que los especuleros en las bolsas de valores, sigan haciendo minas de oro en el mundo. ¿Sabe cuántas horas de sueño nos ha robado el imperio capitalista?

vieyra alejandra brrales

LA JUSTICIA PORKY

La kakisktocracia, es un término que, en política, define “el gobierno de los peores” que describe el estado de corrupción y putrefacción generalizada en un gobierno. Ese término se adjudica al filósofo italiano Michelangelo Bovero, quien lo popularizó hace unas cuatro décadas.

En nuestros días la kakistocracia, se le ha visto de manita sudada con otro término llamado “porkycracia” que no es otra cosa que la podredumbre que impera entre los amos del poder político, económico y hasta religioso.

El escritor jalisciense Antonio Ortuño, acaba de escribir un espléndido artículo titulado “La Porkycracia” publicado en el diario español El País, el pasado 31 de marzo, en el que define que “la porkycracia es el gobierno absoluto de los impunes, la impunidad total de los poderosos.”

Sí, impera en México una nauseabunda justicia porky de rodillas y al servicio de los ricos y poderosos.

¿Ejemplos? ¡Ufff! Hay para escribir varios tomos de la porkycracia.

Ejemplos de esa podredumbre humana sobran en las últimas semanas.

Ahí tiene usted a la líder nacional del PRD, Alejandra Barrales, que cuando la prensa que cubre la fuente parlamentaria le pregunta por su nidito que tiene en Miami, Florida, no más tartamudea apretando los dientes y dándose media vuelta, parece que de su mente salen rayos y centellas contra esos incómodos periodistas.

¿Y qué me dice usted de Javier Duarte, ese espécimen de la zoología priista que hoy es candidato al premio nobel de la corrupción después de saquear el erario público en Veracruz?

¿O qué me dice del alcalde ese de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez alias Layín, ese que según el roba de a poquito, pero que ya se vio que roba a manos llenas y así quiere ser gobernador de los Nayaritas?

Y también está el jerarca nacional del PAN Ricardo Anaya, quien tiene viviendo a su familia entre los cocaculeros de Atlanta y mantenerla nos cuesta a usted y a mí, unos 5 millones de pesos al año.

Y ahí tenemos también al diputado panista suplente del estado de Chihuahua, Antonio Tarín, quien se atrincheró en el Palacio Legislativo de San Lázaro hasta conseguir un amparo que lo libre de ir a la cárcel por haberse robado la lana junto con Cesar Duarte, el ex gobernador chihuahuense, a quien la poli ya le pisa los talones y la raza grafitea su casa en Parral haciéndole recordatorios maternales.

Pero no falta el escándalo que envuelve a la empresa fantasma Tecnoradio, en la que figuran un puñado de funcionarios y exfuncionarios del gobierno peñista, que se adjudicaron las licitaciones de casi 40 concesiones para operar estaciones de radio.

Y sin faltar el escándalo que protagoniza el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, que se construye un jacalito con cancha de tenis para invitar a Dios a jugar al deporte blanco, sin pagar un solo centavo de impuestos por la licencia de uso de suelo.

Así actúa la porkicracia en México, ultrajando la dignidad de los mexicanos.

vieyra javier duarte