De Pe a Pa: El choque de indígenas contra Trump


Demandan Cuahutémoc Cárdenas y Guillero, anulación de Tratados de Guadalupe   (balazo)

Exigirían demandantes devolución de territorio despojado por EU a México.

El 62% de nuestro territorio de aquella época nos fue arrebatado por los gringos.

Alberto Vieyra Gómez/AMN

A la llegada de los conquistadores españoles al continente americano en 1519, había una población indígena estimada en 80 millones, 70 de los cuales, sucumbirían en el peor holocausto en 3 siglos a manos de los feroces barbados llegados desde la Extremadura, España.

Tan sólo en Potosí el famosísimo Cerro de Oro, en Bolivia, serían asesinados en las minas más de 8 millones de esclavos.

Los indios eran vistos como las bestias de carga pues para la iglesia católica, el indigenismo no tenía alma. Así que el exterminio fue desalmado.

 

Y… EN NUESTROS DÍAS

El mismo desalmado exterminio ocurriría contra nuestros indios en América del Norte, donde los blancos racistas, el ADN de Donald Trump, la bestia trumpiana, cometería entre 1500 y 1950 el peor genocidio toda vez que la población indígena se redujo de 13 millones a sólo 2 millones.

Matar a un comanche, que eran diestros en la cultura del caballo y la flecha, los xenofóbicos blancos, pagaban hasta un millón de dólares para adueñarse de sus riquísimos territorios en donde los gringos, buscando agua encontraron oro y petróleo, el más codiciado del mundo.

¿Por qué hago historia?

Mire usted, el lunático y racista Donald Trump ha chocado con los indios pápagos que en Sonora y en el sur de Arizona, están listos para luchar con toda su alma y todas sus armas incluyendo la flecha, pero sobre todo las armas jurídicas para combatir a Donald Trump y su demencial idea de construir el muro del chantaje y el odio contra México.

Sí, los indios han anunciado que no permitirán que la bestia trumpiana cometa un ultraje a sus territorios a los que consideran históricamente sagrados, y por ellos, son capaces de dar la vida y de entablar en las Cortes Norteamericanas e Internacionales. La gran defensa de Vastas zonas ecológicas que son sub santuario.

“Es un no rotundo al muro porque afectaría a nuestros territorios ancestrales, a la flora y fauna de la región y sería como eliminarnos, sobre todo a los miembros de la tribu en México” … “Nuestra tribu ha sido muy maltratada, históricamente se nos ha despojado de tierras y de lugares sagrados y ahora no se nos ha prestado atención” advierte tajante Óscar Velásquez, uno de los gobernadores de los pápagos, el nombre que recibieron de los misioneros españoles.

¡Qué ejemplo tan maravilloso y monumental nos pone el indigenismo!

Cómo los pápagos, muchos grupos indígenas en Texas, Nuevo México, Oklahoma, Colorado, Los Ángeles, y de otros territorios que pertenecieron a México y que EE.UU. nos arrebató vilmente en 1848, también están dispuestos a enfrentar a la guerra contra Donald Trump, la bestia trumpiana, y ahora sí, me parece que el granizo se calentó.

¿Serán nuestros abnegados e históricos indios la salvación de México?

vieyra territorios arrebatados a mexico

DESCUARTIZACIÓN DE MÉXICO

El 2 de febrero de 1848 a las 14.00 hrs en plena sacristía y a los pies de nuestra señora de Guadalupe, sé firmarían los ignominiosos Tratados de Guadalupe Hidalgo, con los que EE.UU. cometía la agresión más vil y artera en contra de una nación latinoamericana, su vecino, México. Sí, el rancio conservadurismo mexicano y los voraces halcones de Washington descuartizaban a México inmisericordemente. Los gringos nos arrebataban 2, 547 mil 242 km2 de nuestro territorio original, es decir, el 62% de nuestro cuerno de la abundancia, se lo agandallaban los gringos en una guerra de conquista jamás vista.

“En todas las conferencias (ante) la iniquidad de la guerra, como un abuso de poder de nuestra parte”. Con esa frase Nicholas P. Trist, el negociador diplomático gringo expresaría su arrepentimiento después de la firma del “Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América”. Sí, un meaculpa gringo después de una guerra que fue como un secuestro en casa. Haga usted de cuenta que en su casa es usted secuestrado y los secuestradores lo obligan a que les firme la cesión de su inmueble y de lo que ellos quieran.

 

SUGERENCIA DE PANISTAS

Es más, se cuenta que durante la firma de los tratados, algunos de los conservadores panistas, expresaría que por qué mejor no se anexaban todo el territorio mexicano, a lo que un sádico gringo contesto: “No, porque hay muchos pinches indios. No lo que nos interesan son las partes despobladas”. Sí, un atraco en despoblado

Pero, ¿Por qué hago historia?

Mire usted, 168 años después, dos mexicanos ilustres, el ex candidato a la presidencia Cuauhtémoc Cárdenas y el jurista Guillero Hamdan Castro, demandarán ante la Corte de Justicia Internacional la devolución o indemnización de los territorios que hoy conforman los estados norteamericanos de California, Nuevo Mexico, Arizona, Nevada, Utha, y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. En la exposición de motivos, el abogado Hamdan y el señor Cárdenas fundamentan que los acuerdos de Guadalupe Hidalgo no son válidos porque EE.UU. obtuvo nuestros territorios mediante una guerra de conquista, la principal prueba que aportan los demandantes es que, en la primera oración del Tratado Guadalupe Hidalgo, el ejército norteamericano admite que invadió nuestro país y firmar un acuerdo en esos términos lo invalida por completo.

Cárdenas y Hamdan, anuncian que acudirán a Los Pinos para que oficialmente se presente ante la Corte de Justicia Internacional dicha demanda, en la que pedirán que la indemnización a México sea en oro, y con los réditos históricos. El asunto dará muchísimo de que hablar, será un agrio debate.

vieyra donald trump

LOS MUROS EN LA CABEZA DE TRUMP

Felipe González Márquez, quien gobernó magistralmente a España entre 1982 y 1996, escribió en días pasados un espléndido artículo para el periódico, El País sobre Donald Trump titulado; “Trump, los muros de su cerebro”

Por la importancia de dicho artículo reproduzco tal cual algunos de sus párrafos:

La política como gobierno del espacio público que compartimos está atrapada entre la arrogancia tecnocrática y la osadía de la ignorancia…

Los muros más peligrosos de Trump están ya construidos y petrificados en su cabeza. Son los que más deberían preocupar en Estados Unidos, en México o Latinoamérica, en la Unión Europea y en el resto del mundo, porque este personaje está al frente de la “todavía” primera potencia del globo. En su mente nunca hubo un proyecto para gobernar la diversidad que hace fuerte a su país. Nada parecido a un programa de gobierno en su campaña y, menos aún, en su discurso de investidura. Porque este señor sólo confía en sus “pulsiones” sicopáticas y en los que adulan sus modos insultantes y engañosos.

Si cualquier mandatario del mundo hubiera descrito la “realidad” americana como lo hizo Trump en su discurso de toma de posesión, lo habríamos descalificado como sectario y fanático cargado de odio hacia Estados Unidos. Merece la pena analizar esa “oratoria” digna de un autócrata que se siente por encima de las instituciones, que desprecia a su propio pueblo, que busca enemigos y culpables en los que no son como él, sean inmigrantes, mujeres o minorías de cualquier tipo. En esa pieza inaugural se comprenden qué tipo de muros anidan en su cabeza y orientan sus abundantes decretos presidenciales o sus constantes tuits.

La primera sociedad que va a pagar el precio de los muros mentales de Trump es la americana. La buena noticia es que esta sociedad está reaccionando inmediatamente, movilizándose para combatir desde dentro las pulsiones reaccionarias y discriminatorias instaladas desde el 20 de enero en la Casa Blanca. Son conscientes de que estas políticas niegan la diversidad de la propia sociedad americana, la que le da complejidad, pero también fortaleza. Son conscientes de que EE UU es una sociedad de minorías entrelazadas en las que la imposición de una de ellas sobre otras los lleva a una nueva “caza de brujas”, al aumento de los delitos de odio contra el que ven como diferente y, por eso, culpables. Son conscientes de que están en peligro derechos civiles dolorosamente conseguidos. Una sociedad construida por y desde la inmigración que no puede satanizarla.

Tal vez no sepan, todavía, los efectos económicos y sociales de estas políticas aislacionistas y amenazantes. En la mente amurallada de Trump no entra la comprensión de lo que es una empresa global y Estados Unidos tiene las principales empresas globales del mundo. Son empresas que producen en el mundo, buscando economizar costes y buscando talento allá donde lo encuentran. Son empresas que venden en el mundo y prefieren un comercio abierto. Claro que la obligación de la política es limitar los abusos con marcos regulatorios razonables, pero no cerrar las fronteras y provocar guerras comerciales.

Como no es posible ser una potencia global sin empresas globales, en la era Trump Estados Unidos iniciará su decadencia como “primera potencia”.

vieyra cuahutemoc

UN NUEVO SUPER MAN

El presidente número 45 de los EE.UU. Donald Trump, la bestia trumpiana, es todo un caso para los estudiosos del carácter y la psiquiatría mundial. Para unos, la bestia trumpiana es un loco que debería estar en el psiquiátrico o el manicomio, o en cualquier otro lugar, pero jamás en la Casa Blanca.

Pero ¿quién es más loco, él o los electores que lo llevaron al poder?

Los rancheros allá en mi tierra dicen que, “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”. Y la máxima en política es que: “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”.

Para algunos la bestia trumpiana es un misógino y también odiador de la especie humana a la que podría llevar a un holocausto. El señor Trump es un lunático narcisista que llevará al imperio de las barras y las estrellas a la ruina.

En un artículo publicado por el diario español El País, el cubano Carmelo Mesa Lago, autor de 93 libros y de cientos de artículos define a Donald Trump como “un egocéntrico narcisista, un sabelotodo arrogante que se proclama como el mejor en cualquier tema”

El pasado 7 de marzo, durante su comparecencia ante el congreso, como si fuera un Santa Claus, ofreció el oro y el moro para cada miembro de la sociedad norteamericana: creación de un millón de empleos, maternidad gratis para las mujeres, nueva infraestructura, rebaja en medicamentos, educación especial para estudiantes fregados, derrotar al terrorismo islámico y todo eso más muchas otras promesas, y todo esto dijo, “en unidad, sin odio y en pro del resurgimiento de la nación”

Acto seguido, el señor Trump emuló a Narciso el célebre griego que nada tenía que hacer y todos los días contemplaba su galanura en el agua hasta enamorarse de él. Pues ante los congresistas gringos la bestia trumpiana se echó porras y se autocalificó con un “sobresaliente en su desempeño” durante su hasta ahora aberrante administración.

Los rancheros allá en mi tierra sostienen la tesis de que “alabanza en boca propia, es vituperio”.

Pero la cuestión es que el narcisismo, es el amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto. Alude al mito de Narciso, amor a la imagen de sí mismo,  de especial hermosura, quien se enamoró insaciablemente de su propia imagen reflejada en el agua.

Los biógrafos de Trump tendrán mucha tela fina y corriente de donde cortar, sus enemigos de la prensa gringa y en todo el mundo, no se diga.

¡Es el nuevo Super Man de gringolandia!

vieyra Guillero Hamdan Castro