Borrachos y victorias en AA


Agencia Mexicana de Noticias

¡Hola, soy Casimiro y soy alcohólico!
Esa es la tónica de un neurótico, alcohólico, comedor compulsivo o drogadicto que ha salvado su vida y la de su familia, gracias a la sobriedad que proporcionan los mágicos grupos de autoayuda.
En 1935, en Ohio, Estados Unidos, dos
borrachos: Bill W., un corredor de bolsa de Nueva York, y e Dr. Bob Smith, un eminente cirujano de esa ciudad, se reunieron para
hacer una promesa: dejar el chupe.
Ambos fundarían el primer grupo de Alcohólicos Anónimos -AA-.
Actualmente, se calcula que hay alrededor de 116 mil grupos y más de tres millones de miembros en el mundo que han logrado
su recuperación a través de esta comunidad.
Todos los grupos de autoayuda se rigen por 12 pasos y 12 tradiciones que son ley y se deben cumplir al pie de la letra porque de ello depende la sobriedad, la subsistencia de los grupos y salvar el pellejo.
El primer paso que debe dar un enfermo de alcoholismo, neurosis, etc., es aceptar que necesita ayuda. Debe concientizar que solo
no puede, y es a partir de dos personas como se constituye un grupo.
Ya son 80 años, durante los cuales AA ha salvado muchos millones de vidas.
La Organización Mundial de la Salud – OMS- estima que 3.3 millones de personas mueren cada año a consecuencia del alcohol,
y se calcula que alrededor del mundo hay más de 100 millones de alcohólicos, de los cuales más de seis existen en México.
A pesar de esta fórmula mágica, muchos borrachos mueren por no aceptar que necesitan ayuda, y que la encontrarán en un grupo
de AA.

Y es que muchos borrachos creen que al llegar a estos grupos les van a imponer una religión o los harán adictos a algún partido
político. Nada de eso ocurre.
AA se encuentra en 183 países. Su programa se ha traducido a más de 140 idiomas y es de carácter espiritual, es decir que llega
a gente de diferentes culturas, religiones y estratos sociales.

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¿Quiere decir que para dejar el chupe se tiene que creer en Dios?

No. Dios es lo que cada uno quiera entender.
Por ejemplo, para cada integrante de AA, Dios es la actitud que se tiene con la persona de al lado, pues el apoyo grupal es imprescindible para la salvación.
Según un informe de esta asociación, el 59 por ciento de sus miembros no ha sufrido ninguna recaída, mientras que el 19 por ciento admite haberse enfrentado a una, que en muchos casos resulta mortal.

Algo mágico ocurre para un alcohólico, neurótico, etc., desde el momento mismo en que pisa un grupo de autoayuda y acepta que tiene un problema. ¡Esa derrota se convierte en victoria!

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