Ataque en las Ramblas deja muertos, lesionados y una profunda herida.
En Cambrils, cinco extremistas islámicos preparaban un gran atentado.
Ari Salgueiro
Barcelona, la Ciudad Condal, la mítica joya de la Corona española, la soberbia e inalcanzable capital de una región autonómica que busca por todos los medios hacerse independiente, de tal tamaño es su ego que no le da para compartir la gloria de su estampa con España. La niña mimada de Catalunya, la distante pero hermosa Barcelona, sufrió el jueves pa- sado una puñalada mortal, un golpe tan fuerte que la dejo tambaleante y aterrada.
Fue en su maravilloso paseo de La Rambla, el lugar infaltable para todos aquellos que visitan esa ciudad por primera vez y por siempre, fue ahí en donde entró el puñal y dejo una herida abierta que será muy difícil pueda cicatrizar sin rastros.
Fueron trece los muertos y unos cien los heridos, víctimas de un planeado y salvaje atropellamiento, pero las víctimas se cuentan por millones porque el corazón de todos los catalanes y de todos los españoles sufre por este demencial acto de salvajismo.
LO SUCEDIDO EN CAMBRILS
Pero eso no fue todo, en Cambrils, localidad costera a unos 120 kilómetros de Barcelona, un grupo de cinco extremistas islámicos pretendía atacar con explosivos en la zona del malecón, sin embargo los mossos d´escuadra (policía catalana) los abatieron a todos.
Por cierto el conductor de la furgoneta que atropello a la gente en Barcelona estaba entre los extremistas que cayeron en Cambrils.
Desde hace algunos años, luego de los ataques a los trenes de cercanías en Madrid el 11 de marzo de 2004 y que dejaron un saldo de 192 muertos y dos mil heridos el territorio ibérico no había sido víctima de la violencia extremista, Barcelona ya había sido puesta en el mapa como un posible blanco de ataques terroristas.
Pero hasta ahora había salido indemne de todo, sin un rasguño y quedando en el papel de mudo testigo de las desgracias de otros.
SIMBÓLICO SITIO
Pero ayer terminó la indiferencia con el ataque en la Rambla, a unos pasos de la fuente de Canaletas, lugar de privilegio al que acuden a festejar los triunfos de su equipo los aficionados del Barsa, que se ubica en ese mismo paseo turístico de La Rambla.
Es mucha la rabia que deja este tipo de cosas, que lamentablemente son cada vez más frecuentes. El radicalismo del Estado Islámico es aterrador y virulento. Se expande como un cáncer y va más.
El problema es que para contrarrestarlo se están aplicando medidas muy severas para con toda la comunidad islámica del mundo generando más odios y resentimientos religiosos, pues por lógica, la violencia engendra violencia.
DONALD TRUMP Y SUPREMACISTAS
Si a eso sumamos la crisis política mundial generada en gran parte por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien se ha convertido en un defensor a ultranza del extremismo más vociferante, tenemos un verdadero caos.
Así que tanto el atentado en Barcelona, como el ataque de un supremacista blanco en Charlottesville, Virginia que dejo un saldo de un muerto y 19 heridos, son sólo mues- tras del desbordado crecimiento del odio.
Los gobiernos de ultraderecha están cobrando un auge preocupante, tan preocupante que los pocos países en donde todavía hay cierta cordura piden vehementemente que se detenga la sinrazón.
Pero no será fácil, pues está demostrado que los odios entre razas no quedaron enterrados luego de dos sangrientas mundiales, simplemente estaban dormidos y listos para despertarse a la menor provocación.
Realmente no se ve que la actual gene- ración de dirigentes mundiales sea capaz de poner un alto definitivo al cada vez más rápido deterioro del mundo y al contrario, parece que el radicalismo alimentado con demagogia y mentiras, devora terreno a grandes velocidades.
El hecho es que estamos a merced de este enemigo cobarde y silencioso que ataca des- de las sombras. de nosotros depende el fu- turo. Debemos decidir si nos agazapamos y esperamos medrosamente el siguiente golpe o nos erguimos y le hacemos frente con dig- nidad y con la consigna de que somos más los que queremos vivir en paz y que ningún terrorismo puede derrotarnos.
