A la mitad de foro: Cuidado, ahí viene Trump


Donald Trump

León García Soler

Hubo aviso de suspensión del encuentro madrugador de pueblo y pastor. Parece ser que únicamente en los canales del Estado. O sea en todos aquellos que el Estado todavía no ha concesionado a la iniciativa privada, o facilitado a las iglesias evangelistas del encuentro en Palacio, anterior al día en que AMLO declaró que somos laicos, pero no intolerantes. Y el INE informó que en Puebla, Baja California, Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, podrán ratificar pacífica y legítimamente sus mandatos morenos o de terca oposición al 4T.

Nada altera la aprobación popular al presidente del alud de votos. Cierto, hubo una reducción a la impactante mayoría, pero se mantuvo arriba del sesenta por ciento. Casi como para aprobar reformas constitucionales por medio de  un referéndum que ratifique o aclare lo dicho por López Obrador: No me pienso reelegir, no soy cacique, y menos dictador.

Lo de Bellas Artes no fue acto religioso, sino festival lírico en honor de un hombre que llegó a cincuenta años bajo la Luz de Cristo. Y el mismo Papa Francisco llegaría a inquietarse por los signos demoníacos que aterran a México.

El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con gobernadores emanados del PAN

Hay que ser tolerantes. Y más cuando el que manda resiste los disgustos y reclamos de los asegurados y pacientes no asegurados para los que no hay ni aspirinas en los institutos de Salud que ven irse a los tolerados por falta de plazas, ahora despedidos por la receta de austeridad a toda costa. Y con eso basta. Marcelo Ebrard luce traje y corbatas de Canciller y viaja al norte, donde si no lo recibe el secretario de Estado Pompeo, él informa del programa de colaboración con Washington para invertir diez mil millones de dólares anuales en el sureste mexicano, en Guatemala, El Salvador y Honduras: para que cese la emigración por hambre y por miedo. Para que se queden en el hogar patrio.

Así las cosas. Andrés Manuel López Obrador se reunió a cenar con los gobernadores panistas que sobreviven. Ágape para avanzar en el Acuerdo de la Concordia, diría Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro y presidente pro témpore de la Conago. Mesa en Palacio Nacional. Ni en los años del desarrollo estabilizador, anteriores a la suspensión del festín para invitados la noche del Grito. Luego estarán los del PRI que son más o menos 10, declararía el titular del Poder Ejecutivo de la Unión. Y después los de Morena, los de su rebaño. Se trata de la concordia nacional en pleno combate al crimen organizado y predominio de la delincuencia envalentonada que espera el arribo de la Guardia Nacional entre tiros y exhibiciones de poder con logotipos en las camionetas de batalla.

Nada debe interrumpir el progreso de la Cuarta Transformación y los pasos de su líder en el laberinto eterno. Todo irá bien. Llegó al país la directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Y haga de cuenta que la Plaza de la Constitución era la Place de la Concorde.

Justin Trudeau

Y el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, se reunió con la muy alta funcionaria del FMI, mito y método de la disciplina fiscal en las cuentas de los aspirantes al desarrollo espectacular, aunque sea de concentración del capital en las alturas y austeridad abajo, para no hablar de pobreza y menos todavía del hambre.

Y siguió la fiesta. Hubo buen entendimiento entre madame Lagarde y la secretaria de Gobernación, la ex ministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero, que en estos días se empeña en enseñar a los reporteros de entrevistas de banqueta o mañaneras, la diferencia entre una cacería de brujas y la dura lex sed lex que impone el Estado de Derecho.

En los días festivos acudió la secretaria Olga Sánchez Cordero al acto ordenado por el Presidente de la República para dar paso y rápida aprobación del Senado a la ratificación del T-MEC, sucedáneo del Nafta afamado. Ahí no habría dificultad alguna. Gracias al “Supremo Creador y al Santo Niño de Atocha”, diría el zacatecano Ricardo Monreal Ávila. Pero esos son otros López. Los del atentado en la oficina de la senadora Citlali Hernández, senadora por Morena y la más joven entre los padres de la patria.

O madres, para no desentonar con la equidad de género que felizmente impera en nuestro mundillo de la que fuera politiquería palaciega; y que ahora es cuestión de concordia, equidad de género y la misma sumisión al titular del Poder Ejecutivo de la Unión, de la mano del desdén por la separación de poderes, ya no digamos los pesos y contrapesos que engendraran los autores de los Papeles del Federalismo. Ahí quedó lo dicho por madame Lagarde al señor López Obrador: Mantenga la disciplina fiscal y haga lo que quiera. Lástima que en espera de la pronta ratificación del T-MEC llegaran noticias del Imperio. Declaraciones insultantes del tal míster Trump, seguidas por los tweets del Evangelio de la Verdad Alternativa.

Trump está de pésimo humor. Y como es habitual en el que alquila su nombre y jura que no hubo colusión ni obstrucción alguna a la justicia, gritó sus ofensas racistas y aislacionistas contra México y los mexicanos. Que nos hemos enriquecido a costa de los poderosos vecinos del norte y nada hacemos para detener la invasión de migrantes centroamericanos y mexicanos con los que llega “el crimen” a los USA. Y que impondrá un 5% de aranceles a todos los productos importados de México, a partir del 10 de junio; arancel que se incrementará mensualmente hasta que salgan de México las industrias automovilísticas; el 30% de la industria estadunidense, que volverán en cuanto tengan que pagar los aranceles impuestos. dice.

Carlos Urzua y Christine Lagarde, titulares de la Secretaría de Hacienda y el FMI, respectivamente

Hace algunos años decían, sobre todo en Canadá, donde era Primer Ministro el padre del hoy también Primer Ministro. Justin Trudeau: Ser vecino de los Estados Unidos de América es tan peligroso como dormir con un elefante; no por miedo a una agresión, sino porque simplemente con darse la vuelta en la cama, te aplasta. Y ahora el paquidermo en la recamara es un sociópata incapaz de escuchar a la razón, un bipolar temeroso de ver expuestas sus mentiras y al mismo tiempo exhibirlas en el lenguaje de ignara presunción que lo hace esconder sus declaraciones fiscales, y luego gritar que presentar declaraciones fraudulentas de pérdidas es habitual en el negocio de bienes raíces.

El rostro insomne de Marcelo Ebrard y el desolado gesto del Julio Scherer jr., reflejaban la angustia por el movimiento del elefante en la cama. Y el dirigente de la Cuarta Transformación, empeñado en ser autor del cambio y al mismo tiempo el mejor Presidente que en México haya habido; dispuesto a hacer cordiales las relaciones con el ego paquidérmico de Donald Trump, guardó en el desván la tolerancia y la fijación con la idea de que el bien es cristiano y el mal es el diablo mismo. Se acaba el tiempo para echar a andar los proyectos de infraestructura de sello personal, “histórico” cada uno de ellos. Había que responder a la agresión del ignaro inquilino de la Casa Blanca.

Y AMLO le escribió una carta. “En son de paz” la misiva del Presidente de México. “Presidente Trump, los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”, le dice. Y luego le propone “profundizar el diálogo, buscar alternativas de fondo al problema migratorio y, por favor recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que, entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra”. El documento oficial tuvo respuesta inmediata en un par de tweets del enfurecido gesticulador. Nada hace México ante la “invasión” de migrantes y criminales; el mismo que intentó “cerrar la frontera con México, demanda ahora que nuestro gobierno “rescate su soberanía nacional que está en poder de los narcotraficantes y otros criminales”.

La política de agresión que exhibe sus sinrazones. Dura tarea la de dar respuesta adecuada a una amenaza así del estado más expansionista de la historia; alguna vez gobernado por Abraham Lincoln y por Franklin D. Roosevelt, pero hoy a merced de un mercader miserable y desquiciado ante la inminente posibilidad de que el Congreso inicie procedimientos de impeachment en la Casa de Representantes de Washington, D.C.

No queda más remedio que aceptar la  terca realidad y sumarse al llamado a la unidad hecho por los partidos políticos tan despreciados en la derrota; ya hecho por los directivos de los empresarios nacionales y por los gobernadores de la CONAGO en fila para asistir a una cena en la que se apareció ya el amenazante invitado de piedra; pétreo  de la cabeza a los pies.